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Regreso a Tyler

Capitulo 3. Sobre su cadáver parte 2

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Cuando el embarazo comenzó a ser notorio, pese a las protestas de Wen, la echaron del bar y ésta no pudo evitarlo de ninguna manera. El dueño fue categórico y ese era el único empleo fijo de Wen, no podía arriesgarse a perder lo mal que le pesara por todo eso. Ella quería a la joven y también se sentía responsable por algunos hechos de su pasado. Cosas que quería olvidar y que a veces, los recuerdos, aún la atormentaban.

Por supuesto fue la comidilla del pueblo, al pasar Mika todos murmuraban y la señalaban, llenándola de pena y vergüenza.

A pesar de todo sentía una alegría incandescente por estar embarazada, por sentir las patadas de su bebé creciendo poco a poco dentro de su vientre.

Ella tenía algunos ahorros y pensó que con eso se podrían mantener pero el dinero empezó a escasear. Entonces no tuvo opción. Debió ir a la mansión Tyler. Ya tenía casi seis meses de embarazo para ese momento.

Tocó la puerta intentando darse valor. Aspirando aire, la madre de Taylor era una mujer que le inspiraba muchísimo terror. ¿Pero que otra alternativa tenía? Necesitaba comunicarse con Taylor y decirle la verdad…que su amor había dado frutos, que apenas si podía mantenerse…ni siquiera podía alimentarse bien.

Le abrió la puerta de la mansión una mujer de mediana edad con uniforme de mucama quién la miro con curiosidad más no con rechazo.

— Disculpe señora. Estoy buscando a la señora Tyler, la dueña de casa ¿le puede decir que estoy aquí ?. — Claro que no fue necesario que la señora del servicio fuera a buscar a la madre de Taylor ya que ésta salió con rapidez a la puerta en cuanto escuchó su voz … ya había algún rumor y ahora la mocosa tenía el descaro de ir personalmente hasta su casa. Cuando salió y vio su vientre la miro con asco y desprecio.

— ¿Qué haces tú aquí? te dije que te mantuvieras alejada de mi hijo pedazo de basura blanca— remarcó las últimas palabras con enfado y desdén.

Ella no pudo evitar largarse a llorar. Su idea había sido esperar a que volviera Taylor para darle la noticia, ya que no podía comunicarse con él, pero la situación con su abuela era crítica y necesitaba obtener dinero de alguna manera ya que realmente no tenían para comer y estaba con muy bajo peso, eso no le iba a hacer bien al bebé. Incluso apenas había podido tener una sola consulta médica. Su situación era muy precaria.

Mika se puso a llorar desconsoladamente.

— Por favor señora es el hijo de su hijo…su nieto, le suplico que no nos haga esto…Yo necesito comunicarme con Taylor nada más, solo eso por favor… perdí el teléfono y necesito el número de teléfono de Taylor para poder comunicarme con él. — rogó a la mujer.

Mika había intentado obtener el teléfono de Taylor en otros conocidos que quedaban pero cuando marcaba ese número le daban y no estaba conectado. Claro que lo que ella no sabía era que con la excusa de renovar un nuevo plan telefónico la madre de Taylor había cambiado los números de teléfono del joven de manera tal que nadie pudiese comunicarse con él mientras él si podía comunicarse con los demás porque tenía sus teléfonos claro que al haberle sustraído el teléfono a Mikayla no tenía forma de contactarse con ella. Su plan era perfecto.

Por otro lado la mayoría de los más allegados a Taylor, que eran quiénes tenían su número actualizado, eran jóvenes que se habían ido a la universidad igual que él…así que no había quedado alguien en el pueblo cercano a Taylor con quién pudiese hablar para poder establecer algún tipo de contacto. Fue por eso que no le quedó otra alternativa que dirigirse a la casa de su madre sabiendo igual el desprecio con el cual iba a encontrarse…pero pensó de forma inocente que quizá al verla embarazada se iba a apiadar pero nada más ajeno a esto.

Por el contrario, la mujer enfureció al ver su vientre inflamado por el bebé de su hijo.

—¿Qué quieres, dinero? te doy dinero pero VETE, tu presencia me repugna…— la mujer fue hacia dentro de la casa y salió con su cartera. Luego le tiró unos billetes en la cara. Mika siguió sollozando compungidamente.

Tomó cada uno de los billetes porque no tenía ninguna alternativa realmente, la situación de su pobre abuela era muy frágil y ahora tenía su hijo en camino.

Mikayla intentó limpiarse las lágrimas que tenía en el rostro con sus manos.

— VOY a tomar el dinero pero lo hago por su nieto, porque este bebé que tengo en el vientre aunque usted no lo quiera va a ser parte de su familia— Le dijo con la dignidad que pudo juntar en este momento. Se dio la media vuelta y se fue de esa casa. Se prometió no volver nunca jamás.

Unos días después fue al control por su bebé en el hospital dejando a su abuela en el tráiler sola. Ella aprovechó algo del dinero que le había tirado la señora para poder pagar la consulta médica.

Nunca imaginó ni siquiera en sus peores pesadillas que cuando volvería encontraría lo que encontró. El trailer había sido prendido fuego y su abuela estaba llorando desconsoladamente afuera.

Como pudo le explicó que unos hombres habían ido al lugar y habían revuelto todo intentando robar o buscar dinero y la habían tirado del lugar hacia afuera para después prenderlo fuego.

En medio de los llantos otras personas de trailers cercanos, porque ellas estaban más alejadas, se acercaron al ver el fuego y también llegaron los bomberos que lo apagaron… la policía le tomó declaración pero su abuela no se sentía muy bien y apenas pudieron tomarle unos datos cuando se descompuso.

La llevaron al hospital pero para su inmensa tristeza esa misma noche su abuela murió de un paro al corazón.

Desde el hospital llamo a Wen desconsolada y ésta la fue a buscar y la tomó en su casa bajo su cobijo, aunque ya sabía que la mujer tampoco tenía mucho dinero como para poder mantenerla a ella y a su hijo.

—No quiero traerte problemas Wen— le dijo unos días después. Habían sepultado a la abuela en un cementerio local en una fosa común porque no tenían dinero… ni siquiera pudo poner una lápida para su abuela… siempre le dolería el corazón por eso.

— Tú quédate tranquila, de alguna manera vamos a resolver esto — le dijo Wen con una confianza que realmente no sentía.

Ese mismo día fue a la casa de su ex mejor amiga y amante Hanna y tocó la puerta. Abrió el ama de llaves Ana se llamaba, según ella recordaba.

— Necesito ver a la señora — le dijo con actitud prepotente.

— ¿Usted quiénes? — le respondió la mujer con curiosidad.

— Dígale que es Wen quién la busca.. por favor — a fin de cuentas la empleada no era la culpable de nada.

La mujer se fue y quién volvió fue Hannah.

— ¿Qué haces aquí? ¿cómo te atreves a venir???

— Fuiste tú ¿no? tú mandaste a prender fuego el trailer ¡dime la verdad!!! — demandó con furia Wen.

Hannah rio con cinismo

—Honestamente no sé de qué me hablas, ni me interesa tampoco…

— Es una niña… no puedes hacerle esto. Está embarazada y de tu hijo ¿no sientes al menos un poco de compasión??? tú también fuiste pobre como ella

La otra la miró alzando una ceja.

—Justamente cómo fui como ella , sé de lo que son capaces de hacer las mujeres como ella para trepar en la escala social…— le respondió con cinismo la madre de Taylor.

Wen se cruzó de brazos y la miro con tristeza y extrañeza.

— ¿Qué fue lo que te pasó Hannah? Tú no eras así…

— Hazme el favor y solo vete de aquí…

— Es una buena chica, no es una trepadora… no busca el dinero de tu hijo. La está pasando mal de veras y está embarazada …por favor…

— Si hubiese cerrado las piernas esto no hubiese pasado. Si está embarazada es porque ella se lo buscó Yo soy mujer así que sé bien de lo que hablo.

— Sabes bien de lo que hablas porque es lo que tú hiciste— le contestó la otra con sarcasmo.

— ¿Acaso quieres que le diga la verdad acerca de sus padres para que te mire con odio? ¿ eso es lo que quieres y estás buscando ? Mira que no tendría ningún problema en esparcir el rumor en el pueblo Aunque si mal no recuerdo en su momento hubo un rumor pero luego fue acallado ¿te acuerdas?

Claro que se acordaba. En ese momento a pesar de no estar tan apegadas ella le había ayudado con el rumor. Ellas habían sido más que íntimas amigas, habían tenido una relación e incluso un trío con el marido de ella. Bueno siempre había amado secretamente a Hannah, pero también sabía que estaba lejos de sus posibilidades. Ella era demasiado ambiciosa. Estaba dispuesta a hacer absolutamente cualquier cosa para lograr sus objetivos. A costa de quien fuera y cayera quién cayera, pero en ese momento estaba a punto de caer una inocente con su bebé.

Wen asintió con la cabeza derrotada y no dijo nada más.

— Está bien como quieras… pesará sobre tu conciencia — dicho lo cual finalmente se fue.

Ella a duras penas podría sobrevivir pagando el alquiler de su casita, manteniendo a su madre en un asilo de Dallas y ahora tenía con ella a la hija de Patricia.

Patricia, Hannah y ella habían sido grandes amigas…luego por cuestiones de la vida cada una había tomado diferentes caminos.

Y por alguna razón Hannah evidentemente se había transformado en un monstruo que era capaz de cometer cualquier tipo de crimen con tal de separar a su hijo de la joven Mikayla.

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