Categorías
La doble vida de Isabella

🔒 Capitulo 14. ¿ACCIDENTE?

Log in or Register to save this content for later.

Luego de estar juntos Thomas se había ido a su casa. Bueno, ella lo había llevado a buscar su auto.

Y luego Carolina había ido a la empresa, pasando previamente por un café gourmet de su cafetería favorita de la zona.

Ya al entrar al edificio la gente la miró de forma extraña, ¿Qué carajos estaba pasando allí?

Ella iba con su traje Chanel de pie de pool de cuadros blanco y negro, unos stiletto color negro, se había hecho un moño y llevaba un maletin de su mano colgando de la marca Louis Vuitton. En color negro también. Sus gafas de sol eran Gucci y ella se alegraba de que escondieran su rostro de los señalamientos de todos.

¿Ya habrían decidido quién se quedaba con la cabeza del directorio? ¿Y por eso esas miradas y murmullos?

Se acercó a su oficina y su secretaria se levantó cuando la vió llegar.

— Hola Holly…qué nadie me moleste por favor…— pidió Carolina.

— E…espere señora Hansen — Holly tartamudeó insegura.

Carolina se dió vuelta. En su otra mano, contraria al maletín, tenía el café.

Miró a su secretaria y asistente por arriba de sus gafas que se deslizaron por su nariz.

— ¿Algún problema?.— preguntó alzando una de sus oscuras cejas.

Holly soltó un suspiro…parecía nerviosa.

— El señor Jefferson, pidió que vaya a verlo en cuanto llegara…— Finalmente farbulló.

— Mmmm…¿Te dijo porqué?— preguntó con curiosidad Carolina.

Su secretaria negó con la cabeza.

— Ok, dejo las cosas y voy…gracias Holly… — murmuró ella y entró a su oficina.

Un malestar se había empezado a extender por su plexo solar.

Esa mañana habían vuelto a coger con Thomas y mierda que se sentía bien ser penetrada por eso hombre. Afortunada Isabella que tuvo ese tipo bueno, amoroso y gran amante…Dios le daba de comer a quién no tenía dientes, pensó con amargura.

Habían intercambiado teléfonos con él luego de cambiarse y tomar en silencio un pequeño café en su casa.

No hubo promesas. Thomas se dió valor para ir a su casa y ella se fue a la empresa.

— Si quieres puedo acercarte con el auto al bar, así recoges tu coche. Tengo salida por el estacionamiento…por si acaso…

— Si me parece bien…— dijo él y dudó un momento — Pareces tener todo bajo control…— murmuró extrañado.

— Siempre pienso en todas las posibilidades — dijo ella y se encogió de hombros —.Supongo que es lo que me hace eficaz en mi trabajo, en la empresa — concluyó ella con sinceridad.

— Veo perfectamente por qué — exclamó él. se acercó,  agarró con ambas manos sus mejillas, se agachó y le dió un beso tierno.

— Me gustas Carolina Hansen…solo lamento que hayas llegado justo en este momento…y…yo…no quiero que pienses cosas equivocadas, yo aún tengo en la mente a mi esposa…— susurró con trizteza.

Carolina acarició su mejilla rasposa por la barba crecida.

— Hey…no te estoy pidiendo nada…solo vivamos el momento Thomas…la vida en definitiva son eso…momentos…

Él asintió con la cabeza.

— Gracias por entender, por ser buena conmigo…una parte de mi siente que le está  faltando el respeto a su memoria…

Carolina aspiró. Grrr de solo escuchar acerca de esa mujer se le revolvían las tripas del asco.

— Ya te lo dije, ella seguro debe sentirse feliz, esté donde esté…— que ella esperaba fuera quemándose en el infierno con Fernando —…de saber que estoy aquí para ayudarte…— concluyó tratando de que su voz transmitiera credibilidad.

Thomas se inclinó y le dió otro beso suave.

Habían salido por la parte trasera del estacionamiento en el vehículo de Carolina.

Lo llevó al bar, se despidieron sin promesas pero con un dulce beso y ahora estaba allí. 

Y Dean la llamaba a su oficina.

Dejó su maletin, sus gafas. Tomó un sorbo de café, un poco de valor y se dirigió a la oficina de Dean…la secretaria de él le dijo que la estaba esperando.

Ella tocó su puerta y se asomó.

— ¿Dean???

El hombre que tenía su mirada leyendo su tableta la levantó.

— Carolina, al fin llegas…

Ella se acercó y se sentó frente a él.

Él la miró con seriedad.

— Bueno me dijeron que me querías aquí, y aquí me tienes…que pasa ¿ya me han descartado??? — preguntó ella con sarcasmo.

Dean resopló.

— No…— dijo e hizo una pausa—…todavía…

— ¿Entonces? — dijo ella con una forzada sonrisa.

Dean le extendió su tableta y ella la tomó.

La joven mujer se puso pálida. Era una imbécil, nunca debió acercarse abiertamente a Thomas así, en ese bar. 

Fue un impulso…quiso protegerlo de alguna manera, y ahora ese gesto amable podía costarle su puesto, su carrera…¡Mierda!

Era una nota, con una foto de ellos en el bar.

— Esto son solo especulaciones Dean…— dijo ella devolviendo la tableta al hombre e intentando parecer despreocupada.

— Te dije que mantuvieras un perfil bajo, que hicieras las cosas bien…¿ESTO TE PARECE MANTENER UN PERFIL BAJO CAROLINA? ¡MALDITA SEA!!! — Dean tiró la tableta sobre el escritorio y se acercó a la ventana con las manos en la espalda.

Dean suspiró fuerte y se agarró la frente.

Ella se acercó por su espalda.

— No fue nada. Solo es un viejo conocido…

— Dicen que estuviste en el servicio de Isabella Wagner…

— Si, porque es un viejo conocido, ya te dije…¿Qué tiene de malo?. ¿Acaso no querían que demostrara compromiso???

— ¿Y esa es tu idea brillante? ¿Mantener una relación con Thomas Wagner??? ¿Realmente Carolina? — la miró de perfil con el entrecejo fruncido —. ¿Un hombre que está en el ojo de la tormenta y siendo investigado por la muerte de su esposa?

Carolina se sonrojó culpable…quiso gritarle a Dean que Thomas era inocente, que Isabella toda la vida había sido una perra y que él no se merecía ese escarnio.

Pero en el fondo sabía que Dean tenía razón. Nunca imaginó que iban a tratar de culparlo de la muerte de su esposa, ella supuso que iban a cerrar el caso como accidente o algo así. Porque los accidentes ocurren ¿no?…

Aparte Thomas había sido su amor imposible durante tanto tiempo…

Ella suspiró con pena y evadió la mirada reprobatoria de Dean. Odiaba tener que reconocer que el hombre mayor, que la quería como una hija, no se equivocaba…Quizá no había pensado del todo bien ese asunto…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *