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La virgen comprada, del millonario

🔒 Capítulo 11. Político y divorciado

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Era un soleado viernes por la tarde cuando Nathan y Steven decidieron salir a comer juntos. Después de días agitados en sus respectivos mundos, necesitaban un momento de relajación y distracción. Especialmente el último con lo de su separación, pues desde que Megan se había ido no había tenido paz prácticamente.

Se encontraron en el restaurante local favorito de ambos, “Cocodrilo”, un lugar tranquilo con mesas al aire libre al que asistía mucha gente importante, rica, del mundo de los empresarios pero también del espectáculo como modelos, actores y deportistas. Nathan llegó primero y ocupó una mesa en la zona más alejada para mayor privacidad, igual tenían reserva previa e iban con cierta frecuencia, así que el maitre, le dio un lugar privilegiado. 

Unos minutos después, Steven apareció con una sonrisa tensa en el rostro.

— ¡Hey viejo! Qué bueno verte — dijo el trader millonario que solo salía con prostitutas, mientras su amigo se sentaba frente a él.

Le devolvió la sonrisa y Nathan le hizo también una seña al camarero para que les llevara el menú. 

— Igualmente, amigo. Necesitaba un poco de tiempo fuera de la oficina y de las reuniones interminables… — se quejó Steven.

— Lo mismo digo…Pero ¿Y tú, cómo estás llevando todo después de la separación? — inquirió Nathan alzando una ceja.

Steven soltó un suspiro y se encogió de hombros. 

— Bueno, ha sido difícil, no te lo voy a negar. La campaña se vio ligeramente afectada, pero ya sabes, en política siempre hay altibajos. Sigo enfocado en mi trabajo y en recuperarme de todo esto — respondió con una sonrisa forzada que hizo que en los labios de Nathan, una sonrisa genuina se asomara antes de romper a reír. 

— ¡Vaya, parece que político y divorciado es una combinación difícil de llevar para tí! — dijo y el otro lo miró con mala cara —. Vamos viejo, relájate un poco…Estoy seguro de que saldrás adelante, Steven. Eres un tipo fuerte y tienes mucho que ofrecer…de verdad, yo te votaría…— afirmó y Steven lo observó como si se lo fuera a comer y Nathan rio más fuerte —. Ok ok te voy a votar…¿mejor?

Steven lo miró de costado.

— Jaja muy gracioso…

— Sabes que fuera de toda broma te apoyo hermano… solo que pienso que pareces un anciano, debes divertirte más…

— ¿Contratando putas como tú?

— No me ofende pagar por compañía, yo la paso muy bien y ellas también, y se van con dinero en el bolsillo y bien cogidas — respondió despreocupado Nathan mientras ojeaba el menú. Mientras tanto, Steven lo observó de reojo.

— Por cierto, ¿has visto las últimas fotos de TMZ?…

— No tengo tiempo de ver esa clase de programas de chismes — admitió el agente de bolsa.

— Pues parece que mi ex ya ha sido fotografiada con su nueva novia. Parece que no puedo escapar de los escándalos incluso después de la separación…— masculló Steven con un tono de rencor.

Nathan levantó la vista y frunció el ceño. 

— Mira, la verdad es que he estado trabajando mucho. No tengo tiempo para esas trivialidades…sin ofender…

Steven asintió con su cabeza. 

— Lo entiendo, ojalá yo pudiera escapar tan fácil, pero por unos días he tenido guardia periodística en la puta puerta de mi casa…— masculló el candidato.

— ¿Sabes lo que necesitas, amigo ? Alejarte de todo eso… te vendría bien. Solo te digo que si entras a leer todos los titulares te llevarás más dolores de cabeza de los necesarios. Disfruta un poco de tu libertad… no sé , no te digo que empieces a salir con otra mujer, ¿pero hace cuánto que no coges?

Steven se atoró con el agua y se puso rojo mientras el camarero llegó para tomar sus pedidos.

— ¿Está bien señor??? — inquirió preocupado mientras Nathan ocultaba una sonrisa y el candidato intentaba respirar.

Él asintió con la cabeza mientras tosía.

Luego,Nathan le pasó su pedido al mesero, hasta que el político carraspeó luego de toser un par de veces, y terminó pidiendo un filete no muy cocido con ensalada.

Cuando el camarero se retiró Steven le dijo por lo bajo.

— ¿Puedes con un demonio dejar de meterte en mi vida sexual?

— No cuando afecta tu estado anímico, el sexo es salud…— afirmó Nathan incluso serio.

— Pues yo no tengo tus… ” necesidades” — dijo casi como si fuera un insulto y el agente de bolsa lo miró despreocupado.

— Claro que las tienes, solo que las escondes en algún lado…— respondió el susodicho encogiendo sus hombros despreocupado.

— ¿No podemos cambiar de tema??? — inquirió Steven con molestia —. ¿Por qué debes volver una y otra vez sobre lo mismo?

— Porque para eso están los amigos, si quieres a alguien que te lama las pelotas contrata una puta como lo hacemos todos…

— ¡POR DIOS NATHAN!

— Bueno, está bien, dejando de lado los problemas matrimoniales y los chismes, cuéntame cómo ha sido tu semana…— murmuró su amigo revoleando sus ojos.

Steven sonrió aliviado por el cambio de tema y comenzó a contarle a Nathan sobre los desafíos de la nueva campaña y la eficiencia de Trish para llevarla adelante en medio del temporal que significó su separación.

A su vez, lógicamente, Nathan le habló de la última puta que se estaba cogiendo.

— Te digo, yo sé que quieres dejar el tema, pero deberías acompañarme al club…— murmuró.

En ese momento ambos fueron interrumpidos pues les trajeron las bebidas y los platos, casi a la vez.

Y mientras disfrutaban de esa buena comida Steven sopesó los dichos de Nathan pensando en que quizá, después de todo, su amigo no estaba tan equivocado con lo que afirmaba.

Estaban comiendo en silencio cuando Steven le dijo:

— Está bien, lo haré — Nathan dejó su tenedor en el aire y lo miró alzando una ceja interrogante —. Te lo concedo, tienes razón, necesito “relajarme” …— admitió mientras Nathan dejaba el tenedor y cerraba el puño en el aire con un gesto de triunfo —. Pero no puedo ser pescado por los paparazzis…— le advirtió.

— Tú no te preocupes por nada,

déjame ocuparme a mí de ellos… Vas a ver, en The Paradise la pasaremos de diez …

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