—Cálmate Eros. —dijo mi padre y me hace ver que estamos llamando la atención —¿Hacia donde iban?.
—No tengo porque darte explicaciones.
Bianca toma mi mano —Íbamos a comer algo. Si quieren puede venir con nosotros así podemos hablar sobre la fecha de nuestra boda.
—Ya deja de fingir..
—De acuerdo. —dijo mi padre callando a su hermano. —Nos iremos en mi auto.
Ellos se adelantan y el hermano de papá se veía molesto mientras le decía que no confiara en mi. Y es absurdo que le diga eso ya que soy su hijo, a diferencia de él que es solo su hermano, no se puede comparar.
—Ese hombre cree que es una farsa y si hablamos del matrimonio, una fecha fija para ello, dejará a tu padre en paz.
—¿Cómo lo sabes?.
—Que no es obvio, quiso tocarme para hacerle ver a tu papá que mi estómago es falso. Y tú al intervenir le hiciste entrar en duda a tu padre.
No lo había pensado en realidad, y tiene razón, ahora papá está dudando de la veracidad de su embarazo al no dejar que él la tocara, aún así no lo permitiría prefiero que sea mi padre quien lo haga a que lo haga mi tío es un hombre con garras que esperan a salir en cualquier momento.
—Mantén la calma. No pierdas la cordura.
—Con el presente es imposible lograrlo.
Cuando llegamos al restaurante y ordenamos algo de comer, mi padre preguntó si ya teníamos fecha para nuestro matrimonio y Bianca le dijo que si, ella me mira a mi así que deje que hablara y al decir que sería en una semana me dejo descolocado pero no lo demostré.
—Eso suena algo apresurado
—Señor, no es apresurado, con el bebé en camino es mejor que nazca dentro de un matrimonio, mi madre dice que son niños bendecidos. —mi tío se burla al decir que son religiosas entonces. —No, no somos religiosas, pero algo que nosotras si creemos, señor. —termina la conversación con él de forma tajante —Señor Luis, su hijo y yo hemos hablado de que… debería acompañarnos en mi próxima visita al médico para que conozca a su nieto bueno, así todos sabremos si es niño o niña.
—Enserio… ya se podrá saber.. pero como… si esta dentro de ti..
—Tampoco lo sé, es lo que doctora me dijo. —toma mi mano —¿Qué dice?
—Bueno estaré por aquí unos días más así que puedo ir.
Roberto mira a mi padre como si quiera decirle “enserió vas a creerle” juro que hay veces que desearía que el asesinato fuera legal, así podría deshacerme de la plaga en unos minutos.
Paso el tiempo y la comida fue tranquila, al parecer a mi padre si le agradó Bianca ya que no dejaban de conversar, y eso pareció afectarle a mi “querido” tío Roberto. Ya era tarde y mi madre seguramente estará echa una fiera porque se quedó todo el día sola en casa. Pedimos la cuenta y cuando escuché a alguien muy familiar volteé y vi que era el mismo repartidor. “enserio”.
Él no puede quitarle los ojos de encima a ella y Bianca parece no darse cuenta de su presencia ya que sigue conversando con mi padre, Roberto se da cuenta de la atención que tiene el sujeto con Bianca así que le dije que era hora de irnos mi padre y Roberto preguntan por la prisa así que les dije que mi madre comenzaría a ocasionar problemas por nuestra demora.
—¿Tú madre está aquí?.
—Si y como recordarás… la paciencia no es una de sus virtudes.
La saque de ahí lo más pronto posible y ella aun sin entender cuando ya nos encontrábamos en el auto me preguntó por la prisa que tenía ya que no se creyó el cuento de que era por mi madre. Al detenernos por el semáforo suspiro sin quitar los ojos de enfrente ya que recordé quien era ese sujeto. Es su ex, el que la dejó en el altar por otra mujer, su amante.
Tengo que preguntarme el porqué la dejó, alguna razón tendrá para que haya hecho tal cosa, Bianca tiene sus defectos pero es linda en realidad, dulce y tierna, es muy sensible, y aunque a veces tiene su temperamento, pero es muy poco común verla enojada, creo que fui cruel al principio con ella y … Un poco patán al haberla llamado mendiga la primera vez que la vi, pero es que su ropa ese día no ayudaba en lo absoluto, parecía una hippie, enserió.
—¿Enserio no te diste cuenta que tu ex estaba trabajando como mesero cuando pedimos la cuenta?.
—Eh… no.
—Pues lo estaba. Y déjame decirte que no te quitaba los ojos de encima.
Ella me mira con una sonrisa haciendo que me moleste porque esto no es algo divertido, Roberto se dio cuenta de eso y estoy seguro que le pedirá a mi padre irse antes y esperara a ese sujeto para sacarla la información necesaria y así usarla en mi contra.
Lo único que hago es pensar y pensar en como hablar con mi padre antes de que Roberto lo haga y le diga todo lo que averigüe de ese tipo.
—Estas celoso —sonríe mientras me mira por el espejo del auto —Celoso…
—¿De qué hablas?
—Estabas celoso porque Leonardo me estaba viéndome…
—¿No comprendes verdad?. Roberto debe estar afuera del restaurante esperando a tu ex y si el habla le dirá a mi padre que los tiempos en que estamos juntos son falsos. Celoso yo. ¿Porqué habría de estar celoso?.
Escucho que comienza a sollozar, al verla por un momento me quedo confundido ya que no entiendo porque esta llorando, no dije nada malo.
—Detente.
—¿Qué?.
—¡¡Detén el maldito auto!!
Tuve que frenar en seco cuando vi que abrió la puerta, ella salió del auto e ignoró mi llamado, tuve que estacionarse e ir por ella, al alcanzarla la tomé del brazo por su tonto comportamiento.
—¡¡Suéltame!!.
—¿¡Pero que te sucede ahora!? Que te hice para que te enfadadas tanto, he sido bueno contigo y así reaccionas.
—¡Entonces no lo hagas! —grita eufórica —No lo hagas.
No comprendo, creí que estaría bien todo si era bueno, así el bebé nacería con buena salud y sin problema alguno, ganarme su confianza era mi meta para que después no me diera problemas al darme la custodia del bebé.
—Quién te entiende, querías que fuera bueno, eso hice y ahora me pides que no lo haga.
—¡No, no lo vuelvas a hacer. No lo hagas prefiero tu arrogancia a que me hagas creer que me quieres y que sientes algo por mi haciendo que me enamoré!… —ella cierra sus ojos me da la espalda. Yo estaba paralizado por lo que dijo.