Amaia
Aquella mujer demostraba, por segunda vez en mi vida, que conducía como nadie.
Dejamos atrás aquel bosque en menos de lo normalmente posible.
Todas íbamos calladas y nadie tomaba la iniciativa. Éramos cuatro chicas con distintas historias, que se habían mezclado en un mismo episodio.
En el asiento trasero íbamos Tanya y yo, ella solo miraba por la ventanilla, con su aspecto de niña buena, que parece mala.
— ¿Dónde está tu hijo Alicia? — le pregunté, inclinándome hacia su asiento.
En ese justo momento, el coche se detuvo, Irina echó el freno de manos y mi vista se perdió en una cabaña pequeña que teníamos delante.
Todas bajamos y pude ver como detrás había una carretera, lo que hacía que hubiese dos accesos hacia nuestra actual ubicación.
— Vamos dentro hasta que nos recojan y te cuento — me dice Alicia y todas entramos.
La cabaña era acogedora y llena de ventanas que nos permitían observar los alrededores.
— ¿Segura que estaremos bien aquí? — me decía Alicia.
— Como voy a saberlo si no tenía idea del supuesto plan para atrapar a Nikolay. Yo voto por volver a la ciudad, vamos todas para mi casa — me sentía demasiado confiada allí y no podía permitirme el estarlo.
Si bien tenía que averiguar cosas muy importantes, como los supuestos asesinos de Aídan y la relación entre todos estos niños de tantísimos delincuentes, también tenía que mantenerme a salvó hasta que Aídan me encontrara.
— Mientras no tengamos noticias de Archer, no podemos salir de aquí Amaia. Es una maldita mafia, hasta que no sepa que los atraparon, no me pienso a exponer, tengo un hijo que recuperar.
Cuando Irina concluyó en aquello, yo redireccioné mis intenciones.
— ¿Dónde se supone que están sus niños? — la pregunta iba para las dos.
Alicia había tomado asiento en un sofá, mientras Irina no dejaba de mirar por las ventanas. Tanya se había puesto a hacer algo en la modesta cocina y yo me senté en el brazo de otro sofá, para escuchar atentamente.
— Mi madre Amaia, está muy mal de la cabeza, ya verás el nivel de locura que carga — tampoco es que pensara creer todo lo que dijera pero al menos tendría información — aunque no me creas, toda la vida me ha chantajeado y manipulado, solo porque sabe de siempre, que amo a Andrew.
El asco me revolvía y no se, si podría estar sin vomitar oyendo aquello.
— Ya sé que lo odias y te entiendo, pero todo lo que hizo fue envenenado por la vida que mi madre nos obligó a vivir. Le dijo que yo estaba muerta y mi hijo también, le hizo creer y a mí, apoyar su historia, que estaba acostandome con mis tres hermanos, cuando jamás he querido nada de Ash y Aídan, más allá de su cariño. Andrew es mi amor, lo he amado desde siempre.
— No me vengas con hipótesis románticas Alicia, que tú no eres mejor que el — las chicas miraban atentas nuestra conversación — secuestraste a mi hermana y a Ash y sabrá Dios que le hiciste cuando lo drogaron y desnudaron.
Ella se levantó y sonriendo con agotamiento me reclamó.
— Tu cómo todos, cree y sigue creyendo que yo soy quien hago las cosas — se agachó delante de mí y casi la repelo pero no quería interrumpir su discurso — yo estaba con Nikolay cuando pasó lo de Ash, fue el ruso quien me obligó a ver a Aídan para que me capturaran y cuando estuviera en la cárcel hacerle llegar una carta a un guardia, ese se lo daría a una persona que sería la que intentaría matar a mi hermano. Eso lo supe después, pero mi madre y el ruso van orquestado todo. Antes era el monigote de mamá y ahora me obliga Nikolay, porque sabe que llevo un año sin ver a mi hijo y quiero a Andrew de vuelta. Tu no entiendes mi amor por él y yo te lo respeto. Yo solo quiero cuidarlo, ya está sufriendo bastante y su problema es irreversible, pero quiero vivir con el y mi hijo lo que le quede de vida Amaia. El amor no se explica no se entiende. Yo lo amo, como no he amado a nadie más.
Al final de sus palabras, había terminado arrodillada en el suelo, llorando y tomando mis manos entre las suyas como si estuviera rezando.
No podía sentir pena por Andrew. No podía. Me solté de sus manos y pude ver a Tanya, secando lágrimas de su cara. Irina solo la veía, supongo que advirtiendo, que había odiado a Alicia, creyendo que quería seguir siendo la esposa de Nikolay, cuando en realidad ella solo quiere volver a Andrew.
— Y si querías estar con el,¿Por qué lo has dejado en aquel sitio?— yo no le habría ido de ninguna parte dejando a Aídan detrás.
— Tu madre se lo llevó, antes de ir por tí, fui por ellos y les saqué de allí. Si todo sale bien, en unos días estaré con mi hijo y el otro bebé de Andrew, ya no puedo tener hijos con el, así que esos serán los nuestros.
En poco tiempo, mi madre, su hijo y Alicia vivirían como una familia feliz. Definitivamente la vida a veces es injusta.
— Andrew tiene cargos a los que responder Alicia y mi madre, aún está por verse que otras cosas puede haber hecho, porque aliarse a la mafia no es precisamente ser inocente.
Tanya nos trajo un chocolate, que no se de dónde sacó pero que me supo a gloria. Mi bebé y yo teníamos hambre. Y frío.
— Entiendo tu postura, prometo que lo entiendo. Sin embargo, Andrew es un impedido de por vida, ya no va a recuperar sus funciones motoras, el coma y las drogas de Nikolay le dejaron el cerebro frito. No hay peor cárcel que esa. Así que no creo, que cumpla condena y yo, no estoy acusada de nada, porque una vez que Leticia esté bajo la mano de la justicia, entregaré las grabaciones de todas sus manipulaciones y su coacción para conmigo.
Eso me supo mal. Al final esas drogas fueran un poco, a consecuencia de Aídan en reacción por lo que su hermano me hizo. Y ver a Alicia,plantearse el vivir al lado de alguien así, le daba cierto crédito de consciencia.
Sin embargo, cada vez me sentía más cerca de encerrar a Leticia Miller.
Casi saboreaba la sensación de ese momento.
— ¿Sabes dónde están los niños? — pregunté a cualquiera de las dos madres. Al fin y al cabo ellas, eran las que podían saber mejor que nadie.
— Están bajo la tutela del gobierno, dónde mismo está el de Mark. Nikolay me mintió y dijo, que el lo tenía y que sería como una familia, una vez que volviera. Sin embargo mi hijo fue entregado junto al de Alicia, y solo escapando de aquel sitio, podré reclamar su patria potestad, a fin de que soy su madre biológica y legalmente resido en el país, no hay registros míos como delincuente en este país. Solo tengo que ir por mi hijo.
Irina podía ser más fácil de creer, pero Alicia, a ella aún no le creía del todo.
De pronto se sintió un auto cerca y todas miramos por la ventana.
Tanya, fue corriendo y salió, reconociendo el auto de su nuevo amor.
Archer era muchísimo mayor que ella, pero a ninguno de los dos parecía importarles.
Se abrazaron en medio de aquel sitio, como si les fuera la vida en ello y cuando ví, detrás de ellos a Carter, supe que volvería a estar con mi amor, dentro de nada.
Sin embargo, Carter venía hecho una furia y cogió a Alicia por el cuello, la pegó contra una pared y clavando el cañón de su pistola en la yugular de la chica le gruñó entre dientes…
— Si algo le pasa a mi mujer por tu culpa te mato, a tu querido Andrew y a tu hijo si mi luz pierde al mío…