Aitana
Sabía que no había que darle tanta cercanía a mi madre.
¡Joder! Es que no soporto dejarme guiar por la gente, para que al final yo siga teniendo razón y encima tenga que sentir, que me metieron en algo que sabía que iba a pasar. ¡Joder!
Mi hermana llorando y mi madre inamovible. Es que era para sacarla a patadas de aquí y mandarla a vivir con Andrew, así sea al hospital.
Es que estoy empezando a pensar, que se merecen.
— Todavía analizo, el tipo de madre que tu eres — me levanté de mi silla, Ashton trato de aguantarme y esta vez me lo sacudí como su fuera una mosca — y cada vez que te miro pienso,¿Cómo coño puedes ser tan maldita, de si quiera mencionar el nombre de tu hijo delante de mi hermana? — ella me miraba con falsas lágrimas en sus ojos, mientras mi hermana sí, lloraba fuerte — ni Ashton lo menciona y es su hermano con el que se crió y vivió todo la vida, sin embargo tú, que no fuiste su madre para ser la nuestra… malamente, ahooooora quieres pasar por la madre y abuela ejemplar.
— Aitana, trata de entender mi situación — ella trató de defenderse y la dejé, porque necesitaba oír que basura tenía ella en su mente — el es mi hijo y esos niños no tienen la culpa de nuestros errores. Solo quiero hacer algo bien.
Di un golpe en la mesa, para contestarle presta, pero mi melliza se levantó, secó sus lágrimas y la encaró rápidamente.
— Tienes razón al decir que esos niños no tienen la culpa, y por eso mismo voy a hacer todo lo que pueda para que no caigan en las manos de gente como tú — Amaia estaba furiosa — si tú no has sabido ser madre, mucho menos podrás ser abuela, así que si pensabas exculpar tu mierda, con la vida de esos niños, te aseguro que no lo harás, aunque los tenga que criar yo misma.
— Amaia, por favor, entiende — suplicaba mi madre desde su asiento y mi hermana no cedía.
— No tengo nada que entender. Ese tipo, en el que tú tanto piensas últimamente, me trató de violar, me hizo creer que lo había conseguido, se calló la verdad y me destrozó por dentro a golpes, así que el no es mi hermano y no debería ser tu hijo. Pero como tú quieres ser madre a estas alturas, vete al hospital y cuídale el coma, para que cuando despierte encuentre a su madre allí y vete a vivir con el, pero sal ahora mismo de mi casa, y no vuelvas hasta que hayas descubierto como ser mi madre y la de Aitana. — mi mamá ahogó un grito, llevando su mano a la boca y tapando su dolor. Amaia se giró hacia Jason y continuó — y tú, no sé qué tipo de hombre seas, pero el hecho de que apoyes las conductas de ella y no hayas logrado que cambie ni un poquito, significa que no eres mejor. Así que vete con ella y ya veremos, si algún día podemos tener algún tipo de relación como familia. Pero desde ya les digo, que lo dudo mucho. Porque lo que hay que conseguir de manera forzada, no va a funcionar nunca.
Me había quedado asombrada, de ver a mi hermana hablando así, porque de las dos ella era la que menos aprobaba este tipo de actitudes, ella estaba mucho más dispuesta que yo, a solucionar todo con nuestros padres.
Pero hasta los santos se cansan de perdonar pecados.
— Amaia, no me hagas esto. Yo sí quiero seguir acercándome a ustedes. Por favor — nuestro padre, que se había levantado y casi imploraba a mi hermana, me miró a mí, como buscando mi apoyo. Pero yo retiré la mirada, porque de apoyar a alguien…ese alguien es Amaia.
— Pues piensa como te vas a acercar a nosotras, estando al lado de mi madre. Porque ahora mismo, la quiero fuera de mi casa y tú con ella.
Amaia se fué y yo les miré, esperando algún tipo de reacción positiva de ellos dos.
Al menos, esperaba que tratarán de continuar con nosotras. Que mi madre renunciara a Andrew y mi padre pidiera quedarse aunque fuera el solo.
¿Pero es que como hacer que alguien que no supo que era padre,actúe como tal?
Sobre todo, cuando la madre, no tiene la calidad adecuada para llevar por el buen camino a su propia familia.
Si uno no era el padre idóneo, la otra desde luego era deplorable.
Y eso, cada vez me daba más pena y me daba más lo mismo.
No supe cuando se fueron, ni como, ni siquiera qué se llevaron. Yo entré a buscar a mi hermana, que se encontraba en su habitación, buscando un vestido de noche.
— ¿Vas a salir? — pregunté asombrada. ¿Sin Aídan?¿A dónde?
— Esta noche, tengo algo que hacer y necesito que no se lo comentes a Ashton.
Malo. Tanto misterio siempre acababa en algo malo.
Amaia
Había hablado con mi hermana y le había contado sobre Alicia y lo que pensábamos hacer Archer y yo esta noche.
Ella había prometido no decir nada a Ashton y entretenerlo para que no notara que me había ido.
Tenerlos en casa, me hacía muy feliz, pero me complicaba en momentos como este.
No hubiese querido involucrar a mi hermana en este tema, pero necesitaba su ayuda y no encontraba otra forma de evadirlos esta noche, para poder salir.
Aitana, apoyaba completamente lo que yo pensaba hacer. A veces creía que ella era más irreverente que yo.
Sabía que era arriesgado, pero tenía que encontrar alguna relación positiva entre los riesgos y beneficios.
Generalmente, lo que más beneficios nos trae, es justamente aquello que hacemos bajo los más grandes riesgos.
Sin embargo, el éxito es de los que se arriesgan… En el miedo solo encontramos fracasos.
— Es sexy tu vestido.— ella estaba sentada en la cama, viendo como elegía entre un vestido negro muy corto y lleno de escotes, y otro de espalda tejida entre cuerdas y sin mangas.
— Entonces,¿El sexy? — le pregunté levantando el negro en alto.
— Me encantaría poder ver la cara de Aídan, cuando sepa lo que has hecho y dentro de qué vestido, lo has hecho — se acostó a reírse como niña pequeña.
Se burlaba del loco de mi marido, como si no acabasemos de echar a nuestros padres de la casa.
Verla tan alegre y risueña, era un soplo de emoción y energía que necesitaba.
Le había contado todo lo que Aidan me había confesado, y ella había llegado a la conclusión de que por esa razón, el había sido tan posesivo conmigo desde la primera noche y me había reclamado como su mujer, al segundo día… Como el loco que era. Ni siquiera se molestó en contarme nada, ni en disimular su deseo por mí.
— Mañana iré al médico, Ashton quiere que vea a otro especialista. Habló con un amigo de ellos y segun me dijo, este amigo cuenta con los mejores médicos a su disposición, es un rey de no sé que país, pero está en la ciudad con su esposa y lo iremos a ver, su médico de cabecera viaja con ellos y revisará mis análisis.
— Que buena idea Aitana, me parece muy bien. — me senté a su lado y le tomé las manos — yo también iré con ustedes. Quiero estar segura que todo está bien.
Ya habíamos hablado de su enfermedad, le había dicho que ya lo sabía todo y le había prometido también, que no le diría a nadie. Se lo tomó mejor de lo que esperaba y yo sigo haciendo un gran esfuerzo, para no llorar cuando pienso lo que puede pasarle a mi hermanita.
Más tarde, justo como había dicho Archer, la rusa nos dijo que debía pedir la noche libre y se había marchado.
Mi hermana quizo que comieramos temprano y le dijo a Ash, que como estaba muy cansada se quería acostar temprano y que el le hiciera un masaje.
Ella me dió un guiño, que me hizo saber que iban a hacer mucho más que darse masajes, pero mientras yo pudiera escapar de casa, y tener la mayor ventaja posible hasta que mi maridito supiera dónde, con quién y a qué había salido.
Me vestí, después de maquillarme y peinarme. El vestido que finalmente escogí era corto, con varios escotes laterales y una sola manga. Más sexy no podía ir, por supuesto sin bragas, las uso poco y con este vestido era imposible ponerse ropa interior. Unos tacos bien altos y estaba lista, junto a un pequeño bolso de noche.
Ya Aídan me había vuelto a poner el collar que me había regalado, pero me lo quité y lo dejé sobre la cómoda, para que el creyera que yo estaba en casa si vigilaba el localizador de la joya. Era capaz de bajarse del avión en marcha, si supiera que voy sin bragas.
Las luces de un auto me hicieron saber que Archer había venido por mí.
Cerré la puerta con cuidado y me encaminé hacia el coche, sin dejar que mi acompañante se bajara.
— Joder Amaia, estás guapísima. — me celebraba el, que también estaba muy guapo y aquellos ojos azules le resaltaban incluso en plena noche.
— Podría decir lo mismo de ti, pero voy a pasar — ambos sonreímos y salimos hacia nuestro destino, habiendo escapado de Ashton pero segura estaba, que no de Aídan.
Más temprano que tarde, estaría entre sus manos, siendo castigada sin piedad.
Casi empiezo a rezar por eso.
— Viéndote ahora, entiendo lo desquiciado que está Aídan contigo — este tío manejaba a una velocidad que daba cierto miedo.
— ¿No me digas que tienes miedo de lo que pueda llegar a hacerte cuando se entere? — le dije sonriente, sin separar mis ojos de la carretera oscura.
— No sé porqué creo, que tú no estás muy temerosa de eso — respondió algo intrigado y mi respuesta le hizo soltar una carcajada contagiosa.
— ¡En el pecado llevo la penitencia!…