Los ojos de la mujer se iluminaron sabiendo que tenía un nieto. “Es bueno saber que no te casaste con esa niña… Tamara”.
Erick y Marina se miraron entre sí.
Erick le dijo a su madre. “Si me case con Tamara por ordenes de mi padre, pero estoy con los trámites de divorcio pronto me casaré con Marina”.
La mujer los miró a ambos y suspiró. Al final Raúl hizo lo que quiso todo el tiempo.
Erick le contó todo, desde lo que pasó con Miranda, como él se fue, su accidente y todas las cosas que hizo su padre.
La mujer lloraba en ratos por todo lo que se enteraba, Flora la abrazaba escuchando la historia, también estaba temerosa de todo lo malo que hizo el hombre.
Más tarde, Erick se despidió y quedaron de verse al día siguiente, Erick caminaba junto a Marina en silencio.
Marina se detuvo quedando frente a él. “¿Cómo estás?”.
Erick se acercó y la abrazó. “Mejor ahora que sé dónde está mi mamá, no la culpó, es como dice ella yo solo era un adolescente y Miranda era muy pequeña, además cuando yo me enteré de muchas cosas que mi padre hacía decidí irme también, no tengo porqué juzgar a mi madre”.
Mariona sonrió besando sus labios. Lo importante es que ya sabes que está viva y ha estado bien”.
Erick asintió. Y regresaron juntos a la habitación. Después de un baño caliente juntos se acostaron en la gran cama abrazados. Erick acariciaba la espalda de Marina mientras ella se relajaba.
Él sonrió esperando que todos los días en el futuro fueran como este, tener a Marina en sus brazos era lo único que necesitaba.
Al día siguiente, ellos volvieron al restaurante, la señora ya los esperaba para desayunar. Después los llevo a algunos lugares turísticos y conversaron de muchas cosas.
Marina caminaba con Flora que le explicaba de los lugares mientras Erick y su madre caminaban por un sendero él miró a su madre. “Quisiera que regresaras conmigo, ahora que mi padre está en la cárcel no hay peligro”.
La mujer observó a las dos mujeres delante. “Soy lo único que tiene Flora, su padre murió hace unos años, no podría dejarla sola”.
Erick le comento. “Ella puede venir, la ayudaré a montar un restaurante”. Él pensó por un momento. “Mamá, nosotros tenemos pensado irnos a vivir a México, Miranda también quiere lo mismo”.
La mujer se detuvo pensando en las palabras de su hijo. “¿México?”.
Erick asintió explicándole. “Es un bello lugar, la playa es de las más limpias y armoniosas, la gente de los alrededores es muy buena”.
Ella sonrió y le dijo. “Necesito hablarlo con Flora, toda su vida ha estado aquí”.
Erick entendió. “Nosotros tenemos que volver a México, hemos estado de viaje durante un tiempo queremos ver a David”.
Ella sonrió al escuchar el nombre de su nieto. “David… igual a mi padre”.
Erick sonrió y asintió. “Si, A pesar de todo, Marina nunca olvidó mi deseo de llamar a mi primer hijo como mi abuelo”.
La señora se puso feliz. “Marina es una gran mujer, mira que pasar por todo eso sola, cuídala mucho”.
Erick afirmó. “Lo haré mamá, es lo más importante para mí, así como tú, David y Miranda”.
Erick miraba a Marina que estaba encantada con el lugar que visitaban, su teléfono sonó y ella le contestó. Al mismo tiempo, el de Erick sonó, era Miranda.
“Hola”.
Alonso nervioso le dijo. “Erick, tu papá se escapó del hospital, no lo encuentran”.
Erick giro para ver a Marina que estaba pálida mirando a Erick.
De repente ella cayó al suelo, Flora alcanzó a tomarla. “Marina”.
Erick caminó rápidamente hacia Marina y su madre lo siguió.
“Marina ¿Qué pasa?”.
Ella estaba mareada miró a Erick y se aferró a su camisa. “David… no lo encuentran”.
Erick ayudó a Marina a ponerse de pie y tomó el teléfono de Dinora, ella estaba histérica, decía que David no había salido, solo tocaron la puerta mientras ella estaba en la cocina, cuando salió a ver quien era, la puerta estaba abierta y David ya no estaba.
Erick trató de calmarse y llamó a Alonso. “Investiga todos los vuelos, debe haber algo… Alonso…. David está desaparecido
Alonso se quedó en silencio y le dijo. “Entiendo”. Rápidamente colgó para moverse con sus hombres y los de Erick.
Erick ayudó a Marina y le explicó a su madre lo que pasaba.
La mujer le preguntó. “¿Crees que tu padre tiene algo que ver con la desaparición?”.
Erick asintió. “Se lo dije a Tamara antes de firmar… debió decirle a su padre cuando se despidió, sé que el hombre visitó a mi padre antes de que lo llevaran preso”.
Erick se apretó los ojos. “Él lo sabe, estoy seguro”.
La mujer angustiada preguntó. “¿Pero qué querrá hacerle?, es solo un niño”.
Erick afirmó pensando. “Es el nieto que siempre quiso… un Estrada”
Erick miró a su madre. “Tengo que volver”.
Ella asintió ayudándolos a empacar rápidamente, Marina estaba muy nerviosa y con miedo pensaba en todo el momento ¿Donde podría estar su hijo? Era una gran angustia, jugaba con sus monos inquieta mientras volaban.
Erick tomó su mano y la apretó. “Haré todo para encontrar a David, no te preocupes”. Marina asintió, pero seguía incomoda, no estaría tranquila hasta ver a su hijo de nuevo.
Al bajar del avión fueron directo a casa de Marina, ahí estaban todos hasta Carlos quien al verla recordó todo lo que pasó.
Marina no tenía tiempo de pensar más que en David, los hombres de Erick y Alonso ya estaban ahí, investigando, había cámaras en la casa de Erick y pudieron notar al hombre que se llevaba a David en brazos como si estuviera desmayado.
Marina se cubrió la boca llorando, Dinora estaba envuelta en lágrimas sollozando y repitiendo. “Es mi culpa, debí cuidarlo mejor, yo… es mi culpa”.
Alonso se acercó a tranquilizarla, sus manos temblaban de nerviosismo, el la abrazo y acaricio su cabello. “Tranquila Dinora, no es tu culpa”.