Categorías
El día que te perdí

🔒 CAP 55 LO PENSARE

Log in or Register to save this content for later.

El hombre mayor aprovechó que estaba solo con Marina. “Marina… sé que es muy rápido lo que pido, pero sabes bien que no me queda mucho tiempo, mi hijo se hace ilusiones con que viviré mucho más, pero ambos sabemos que el tiempo está contado, de verdad me gustaría ver a mi hijo casado y formar una familia, es algo que te pido personalmente, espero que lo pienses”. Él tomó su mano amablemente y casi rogando por que aceptara.

Marina sonrió. “Lo haré, le daré una respuesta pronto”.

………………………

USA…

Erick ayudó a bajar a Miranda del coche, estaban frente a la funeraria, había mucha gente y medios de comunicación que al verlos los inundaron de preguntas.

-Señora Thomas ¿Por qué no estaba con su esposo cuando murió? –

– ¿Es cierto que estaban separados? ¿Tenían problemas en su matrimonio-

– Dicen que el señor murió en un burdel de prostitutas ¿Es cierto eso? –

Erick habló. “Mi hermana está delicada de salud, por eso no estaba con su esposo, él necesitaba trabajar y seguir con las empresas, ahora si nos disculpan tenemos que entrar”.

Los guardias del lugar ayudaron para que pudieran caminar, ya adentro la gente posó su mirada en los tres recién llegados, el señor Raúl se acercó mirando a la gente alrededor. “¿Por qué llegan tan tarde?”.

Erick le dijo molesto y con un tono de indiferencia. “El vuelo se retrasó”.

El señor Raúl miró a su hijo, nunca le había contestado así. “Tienes un maldito jet, como es que se retrasó”.

Miranda les dijo a ambos. “No es el momento de discutir”.

Todos se quedaron en silencio sintiendo las miradas de la gente.

El funeral fue rápido, el señor Raúl explicaba la muerte de Paul a sus conocidos. “Es difícil perder a mi yerno, lástima que tuvo un infarto fulminante, todavía era joven y no dejó descendencia, mi hija se hará cargo de todo, yo la apoyaré en esta pérdida”.

Alonso y Erick se miraron tácitamente. Miranda estaba tranquila, solo asentía a infinidad de personas que le daban el pésame, no conocía a nadie de los presentes.

Después de cremar a Paul regresaron a la mansión de la familia. Erick miró alrededor con otros ojos, su padre siempre les hizo creer que esta Mansión era de la familia Estrada, pero todo era una mentira.

El señor Raúl se recostó en el sillón cansado, miró a su hija. “Lo siento mucho Miranda, sé que es muy rápido, pero debemos de hablar sobre las empresas de Paul, ahora todo es tuyo, con gusto te ayudaré a manejarlo”.

Ella sonrió y le dio la noticia. “No te preocupes papá ya tengo quien se encargue de todo”.

El hombre frunció el ceño.

Miranda le dijo altiva. “Erick y Alonso ahora son mis albaceas de todo, ya he firmado los papeles para que ellos me representen, se encargarán de administrar las empresas y negocios que Paul me dejo, además… buscaré un administrador, tú ya eres muy mayor y debes descansar del trabajo”.

El hombre se levantó molesto. “¿Qué estás diciendo?”.

El hombre miró a Alonso. “Este tipo… ¿No recuerdas lo que hizo hace años? ¡Cometió fraude!, le di una oportunidad por ser amigo de Erick, pero no puedes confiar en él”.

Erick lo interrumpió. “Alonso es de mi plena confianza”.

El señor Raúl resopló. “Ja, Alonso no es tu amigo Erick, si supieras lo que te hizo hace años…”

Erick volvió a interrumpirlo. “Se lo que pasó entre él y Tamara”.

El hombre molesto reclamó. “Y aun así sigues confiando en él”.

Erick afirmó. “Si”.

Erick no quería discutir más. “Miranda ya te lo dijo, seremos los nuevos albaceas de toda su fortuna y tú no tienes que preocuparte por nada, ahora si nos disculpas estamos cansado nos iremos”.

El hombre molesto se quedó en el sillón. Solo susurró cuando se fueron. “Eso lo veremos”.

…………………………

Días después, Erick trabaja en su oficina, el trabajo de las empresas de la familia y ahora lo de Miranda era pesado llevar todas las empresas, decidieron contratar a alguien para ayudarlos.

Alonso entró. “Tengo un candidato”.

Erick dejó lo que hacía y tomó la carpeta que Alonso le entregó, en ella venía toda la información de un prospecto para ayudar en la empresa, Alonso también ayudaba, pero era demasiado el trabajo.

“Dante Márquez, es administrador en finanzas, fue de los mejores de su generación”.

Erick frunció el ceño. “Es primo de Tamara?”. 

Alonso asintió explicando. “Si, lo encontré por casualidad en el juzgado, perdió la demanda en contra de su tío, ellos no se llevan bien, Dante cree que el señor Humberto tiene algo que ver con el incidente de su madre, ella sigue en coma”.

Erick recordó, que Tamara hablaba despectivamente de Dante siempre que lo veía, nunca tuvieron buena relación.

“No sé”. Erick no estaba seguro.

Alonso lo trató de convencer. “He tenido conversaciones con él, al morir su abuelo, su madre se quedó con la mitad de todo, pero el señor Humberto movió hilos y les arrebató todo después del incidente, Dante solo quiere justicia”.

Erick hizo una mueca. “Está bien, llámalo, me gustaría hablar primero con él”.

Dos días después, en las oficinas de ESTALKO.

“Buenos días”.

La recepcionista levantó su mirada viendo al hombre, quedó embelesada, él era alto, de tez clara ojos verdes y cabello castaño, tenía una gran y hermosa sonrisa, sus facciones eran perfectas y tenían un toque carismático, él sonrió a la mujer.

La recepcionista le sonrió coqueta. “Buenos días señor ¿Tiene cita?”.

El hombre se acercó al mueble inclinándose. “Si, soy Dante Márquez, su jefe me citó y me está esperando”.

Ella asintió sin dejar de mirar sus hermosos ojos. Reviso la computadora. “En efecto, puede pasar”. Ella le entregó un gafete.

Ya con el pase de entrada, Dante subió al elevador, nunca dejó de sonreírle a la mujer hasta que la puerta del elevador se cerró. Al estar solo en el pequeño espacio, su rostro se tornó frío.

Se escuchó el sonido de la puerta y se abrió, el salió regresando a su estado de felicidad, saludo a la secretaria pidiendo ver a Erick.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *