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El día que te perdí

CAP 39 SOMOS RICOS

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Dinora nerviosa se mordía las uñas, esperaba que David vendiera a buen precio su pintura.

Su teléfono sonó. “Hola, Alonso… Si, es la pintura de David… sí, ¿Qué? Tus amigos están a la espera de la subasta…” Ella conversaba con su novio.

Marina también estaba algo inquieta y nerviosa, Carlos apretó su mano regalándole una sonrisa para tranquilizarla.

Ella sonrió y se recargó en su pecho respirando profundo.

La puja empezaba a las ocho de la noche y en la página, las visitas para ver la pintura, junto con su descripción estaba subiendo rápidamente.

Dinora no podía creerlo. Actualizaba la página cada minuto y el número subía. “¡Es increíble!”.

 ……………………

 En USA……

Erick terminaba todos sus pendientes en la oficina, se había refugiado en el trabajo para no volverse loco con todo lo que pasaba.

Su teléfono sonó y como otras veces se negó a contestar era Alonso, le llamaba todo el tiempo, pero era con el último que quería hablar en ese momento, todavía no digiere toda la información que le dio.

Suspiró, recogió sus cosas, salió de la oficina y su secretaria le dijo.

“Disculpe, el señor Alonso le dejó un recado, dijo que era importante”.

Erick hizo una mueca y lo tomó. Al leerlo frunció el ceño y regresó a su oficina, encendió la computadora y busco la página de la subasta.

Encontró la pintura nueva de David y sonrió, observó a la mujer del retrato era la madre de David, examinó detenidamente cada pincelada, no entendía de donde aprendió cómo estudiarlas, pero sabía que era buena y vale miles, la técnica de David era muy particular y detallada.

Suspiró recordando al chico, con todos los problemas que surgieron no había podido resolver lo de su hijo.

Leyó toda la información y se inscribió para entrar a la subasta, la pintura tenía qué ser suya a como diera lugar.

Miró su reloj, eran las siete treinta, le pidió a su secretaria que se retirara a descansar y esperó a que empezara la subasta frente a su computadora en la gran oficina.

Todo estaba en oscuridad y solo la luz de la computadora mostraba el rostro de Erick, su dedo índice y pulgar cubría su boca y en la otra giraba un vaso de whisky en la mesa.

Todos estaban expectantes esperando el inicio de la subasta en casa de Marina, veían la página de vez en cuando en la computadora.

Empezó la subasta, había más de 20 compradores.

El presentador desde un en vivo explicó las reglas a los participantes y el monto para empezar, también habló sobre la pintura y el creador.

Erick, Marina, Carlos y hasta Dinora estaban muy orgullosos del trabajo de David.

El chico sentado en el sillón no miraba el video estaba jugando en un videojuego. Estaba muy seguro de que su pintura ganaría una gran cantidad.

Inicio… 

La página se llenaba de mensajes y sonidos de alertas donde los participantes ofertaron por miles de poco a poco…

 3 millones 150 mil  3 millones 250 mil    3 millones 700 mil

 4 millones 200 mil    6 millones 100 mil…

 La subasta estaba candente, la cantidad iba subiendo, Erick miraba el video en vivo donde se estaba subastando. Esperaba el momento preciso para ofertar.

Veinte minutos después, la pintura ya tenía un valor de ocho millones Trescientos mil, el presentador estaba a punto de contar cuando Erick hizo su oferta…

“Tenemos un nuevo participante, está ofreciendo doce millones…

Doce millones a la una, doce millones a las dos, doce millones a las… tres.

Vendido al participante 458 por doce millones”.

David levantó la vista para observar la pantalla de la computadora.

Marina y Dinora estaban asombradas, Carlos sonreía felicitando al chico.

David volvió a su iPAD sin inmutarse, Marina se acercó, se sentó a su lado y acaricio su cabello. “Felicidades David”.

David la miró con sus ojos grandes y azules. “Eso es para ti ma”.

Ella beso su cabello abrazándolo, el, aunque no la abrazo, dejó que ella lo tocara.

Dinora bailaba por la sala. “Somos ricos, yea, yea somos ricos”. Se acercó a David y lo tomó desprevenido besándolo en la mejilla.

El inmediatamente se levantó limpiándose la mejilla. “¡Qué asco! ¡¿Cómo te atreves?!”.

David frunció el ceño. “Mamá es rica, tú solo eres una visita”.

Dinora rodó los ojos y le saco la lengua burlándose. “Tú mamá es como mi hermana así que soy parte de esta familia y me toca, aunque sea una buena comida ¿Verdad Marina?”.

Marina y Carlos solo se burlaron de ellos.

……………………

En USA…

Erick sonreía al saber que ya era suya la pintura, terminó su trago mientras estaba realizando el pago y le daban instrucciones de entrega cuando la puerta se escuchó, Tamara entró mirándolo. Llevaba una gabardina negra y tacones altos.

Su cabello estaba suelto y llevaba mucho maquillaje, el olor a su perfume era tan fuerte que Erick podía olerlo por toda la oficina.

Erick frunció el ceño, levantándose del escritorio, encendió la luz. “¿Qué haces aquí?”.

Ella se acercó a Erick coqueta. “Tu secretaria me dijo dónde estabas, Te he llamado todo el día ¿Por qué no contestas mis llamadas?”.

Ella trató de tocarlo en el pecho para acariciarlo, pero Erick la apartó inmediatamente, solo sentía asco por la mujer. “Estaba ocupado”.

Tamara se quitó la gabardina mostrando un conjunto de lencería muy revelador…

Se volvió a acercar a Erick que solo la miraba. “Tamara vístete”.

Ella hizo un puchero y tomo el hombro de Erick aferrándose. “Amor, necesito de ti, no hemos hecho el amor en muchos días”.

Erick se alejó, cerró su computadora y la recogió, Tamara hizo una mueca y trato de nuevo de acercarse cuando estaba a punto de tocarlo Erick detuvo su mano apretándola fuertemente.

Ella hizo una mueca. “Erick, me lastimas”.

Erick la miró a los ojos, su mirada era profunda y con odio, ella lo noto al instante.

“Erick, ¿Qué pasa? ¿Ya no me amas?”.

Erick la soltó y se giró para recoger su saco. “Estoy cansado…” fue lo único que le dijo, recogió la gabardina y se la colocó a Tamara, tenía que seguir fingiendo hasta tener pruebas para divorciarse de ella.

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