Marina le ofreció algo, pero él negó acercándose a ella, tomó su rostro y la beso muy despacio y dulce.
Carlos le susurro. “No quiero agua… te quiero a ti”. Volvió a besarla intensamente.
Ella siguió el beso, habían pasado muchos años en los que no se sentía de esa manera, la calidez en su corazón, miedo, dulzura, eran muchas emociones.
Carlos se detuvo. “¿Estás segura?”.
Ella lo miró a los ojos y asintió. “Solo que yo…” Ella sentía vergüenza de decirle que no había tenido una pareja en años.
Él sonrió comprendiendo lo que pasaba. “Déjame hacerlo todo, te haré feliz esta noche”.
La volvió a besar llevándola despacio a la habitación…
Carlos besó su cuello y desabotono su vestido poco a poco hasta bajarlo a su cintura quedando expuesta del pecho. Bajo besando su vientre pidiéndole que subiera un poco las caderas para quitarle el vestido completamente.
Ella siguió su tacto, poco a poco ella se sentía más caliente y sofocada.
Marina le ayudó a quitarse la camisa informal que llevaba, después con el pantalón y quedaron casi desnudos en la cama.
Carlos no tardó en quitarle la ropa interior entre besos y caricias, la noche era brillante y armoniosa, la luna brillaba con un tono intenso, los gemidos de ambos se escuchaban por toda la habitación.
Marina una vez más había decidido confiar en que el amor existía y que ella tenía el derecho de ser feliz con alguien que no fuera el padre de su hijo…
………………………
USA…
Dinora y David llegaron al aeropuerto, ella busco las maletas mientras David miraba algunos anuncios en los alrededores, él sabía más de tres idiomas en entre ellos un inglés fluido, entendí las frases y anuncios que había en el aeropuerto, frunció el ceño al ver una sobre un consorcio.
“ESTALKO”. Susurro David, en ella estaba el proyecto más nuevo con el que cooperaban con otras medianas empresas, proclamaban los altos estándares a lo que había llegado y la lealtad y honestidad.
Dinora se acercó con todas las maletas molesta. “¡Oye! ¿No piensas ayudarme?”. Se acercó entregando a David su pequeña maleta.
David sin mirarla le dijo. “Yo solo traigo una maleta y mi mochila, las demás son tuyas, por tanto, tú misma debes cargar tu equipaje”.
Ella negó. “Soy una dama, deberías ser un caballero y ayudarme”.
Ella molesta miró el anuncio y resopló. “¿Honestidad? ¿Lealtad? Debe ser una gran broma”.
David la miró. “¿Conoces a los dueños?”.
Ella titubeó. “Nooooo…”
David siguió. “Entonces cómo sabes que no son leales y honestos”.
Dinora no explicó. “Créeme niño, ellos son todo menos lo que dice el letrero… vamos a tomar un taxi se hace tarde”.
Ella extrañada observó a David. “¿Por qué llevas gafas y gorra? ¿A qui nadie te conoce?”.
David solo le contestó. “Me gusta, las seguiré usando”. David tenía algo de temor a los lugares extraños, la gorra y los lentes lo hacían sentir invisible ante la gente que lo rodeaba.
Subieron a un taxi que los llevó al departamento de Alonso. David observaba todo grabando los lugares, calles e indicaciones en su mente, tenía memoria fotográfica.
Ellos subieron al elevador, se abrió la puerta y ambos bajaron, Dinora busco las llaves en su bolso, sacó infinidad de cosas antes de encontrarlas, David estaba algo fastidiado de la mujer, ya estaba arrepintiéndose de haber viajado con ella.
“¡Aquí están!”. Ella hizo una señal de victoria y bailó un poco feliz.
David rodó los ojos. “¡Puedes abrir la puerta ya, estoy cansado!”.
Dinora hizo una mueca. “Bien lo haré, no seas desesperado”.
Entraron con las maletas y el lugar estaba iluminado, había un olor a comida recién hecha, Dinora camino a la cocina y observó los sartenes.
David se quedó de pie mirando alrededor.
Dinora camino hacia la habitación de Alonso y estaba vacía, escucho voces bajas en la otra habitación y caminó hacia la otra puerta que estaba entreabierta.
Ahí encontró a Alonso sentado en la cama tratando de alimentar a una mujer. El era amable y cariñoso, la mujer no se movió ni contestaba, solo Alonso balbuceaba y acariciaba su mejilla delicadamente.
Dinora lo escucho…
“Vamos Miranda debes ponerte bien, te llevaré a ese parque de diversiones al que íbamos de niños… mejor aún iremos a la playa, ¿Recuerdas?”. Él sonrió.
“O podemos ir a esa cabaña donde nos quedamos antes… son hermosos recuerdos”. Él suspiró.
Dinora abrió la puerta, Alonso giró mirando a la mujer. “¿Dinora? ¿Qué haces aquí?”.
Dinora furiosa se acercó estaba a punto de tirarse encima de Miranda, pero Alonso la detuvo. “¿Cómo pudiste Alonso? ¿Quién es está? ¿Vive aquí contigo cuando yo no vengo a visitarte? ¡Dime!”.
“Tranquilízate Dinora, te lo explicaré”. El forcejeaba con ella tratando de sacarla de la habitación.
Dinora gritaba y lo golpeaba, su temperamento era muy fuerte, pero ella se sentía lastimada.
Alonso salió con Dinora a la sala y la sentó en el sillón a la fuerza. Él le gritó. “¡Basta!”.
Dinora se quedó en silencio mirándolo, sus ojos estaban vidriosos con lágrimas, ella esperaba a que la soltara.
Alonsos suspiró. “Tienes que calmarte…Yo”. Él la soltó y ella aprovechó empujando a Alonso, se levantó para recoger sus maletas
David observaba todo de pie cerca de la puerta, cuando escuchó los gritos de Dinora se imaginaba que se irían inmediatamente, no era difícil saber qué pasaba, el novio la estaba engañando y ella llegó de sorpresa encontrándolo con otra.
David suspiró susurrando. “Solo quería descansar…” Camino a la puerta esperando a que Dinora saliera furiosa.
Ellos discutían mientras forcejeaban por la casa, Dinora no quería escuchar y Alonso la detenía constantemente.
Mientras ellos peleaban una mujer salió de la habitación, camino hacia David despacio, iba descalza y solo llevaba una bata blanca.
David sintió la presencia y giró para ver a la mujer, era muy bonita pero su mirada era triste y vacía.
Ella se puso a su altura y miró al chico detenidamente.
David también la miraba atento, era muy bonita y le recordaba a alguien…
Una respuesta a «🔒 CAP 29 VISITA SORPRESA»
Me encanta como David trata a Dinora, super dotado el niño.