Esto era el colmo con él, “pero y si no fue él”. La forma en que me estaba observando es desagradable, alejo mi cara de su mano cuando intenta tocarme, no era mi guardián y claro que no mostrará su verdadera cara
—No se porque me parece que lo que dices, es pura basura.
Me sujeta con fuerza y esta vez siento el filo de la navaja en mi cuello, rechino mis dientes mientras intento alejarlo de mi con mis poderes. “¡mierda no puedo!” por mas que intento hacerlo, no funciona
—Viéndote de cerca… no eres tan fea como decían.
—Púdrete imbécil. —escupo su cara y a cambio recibo una abofeteada que me tumbó al suelo. Esta vez me asfixia al estrangularme. —No…
Mi cuerpo lucha por quitármelo de encima y cuando siento que estoy a punto de morir esta vez logré arrojarlo contra un árbol, el golpe no fue lo suficientemente fuerte como para inmovilizarlo
Sigo tosiendo mientras me coloco de pie, el mantiene su sonrisa mientras dice que no esperaba que comenzara a fluir mi poder, ni siquiera tuve que parpadear para perderlo de vista.
—Pero apenas eres un bebe—mi cuerpo se tensa cuando lo siento detrás de mi —No puedes hacer nada para defenderte.
“Voy a morir”
Suelto un quejido cuando me lastima por el lado izquierdo de mi abdomen, algo pasó sobre mi cabeza volando, al ver al sujeto que me atacó este lucha con una loba que me es familiar. Violeta era tan rápida que no la podía ver, pero de pronto el comenzó a flotar en el aire y es cuando Violeta encaja sus dientes en su brazo haciéndolo perder la imagen de Tay, ahora es un hombre mayor que grita de rabia cuando Violeta le arranca su brazo
—¡Liz! —Tay se desliza por el suelo hasta llegar a mi, al verme herida hace un gesto de desagrado —No te muevas.
—Claro —ladeo una sonrisa mientras siento el sudor en mi frente —No será problema.
“Soy una completa inútil”
Solo en eso podía pensar, mis amigos al contrario de mi, estaban dando una buena lucha pero que al parecer no esta funcionando porque Violeta estaba recibiendo muchos golpes, se volvía mas lenta y Tay intenta frenarlo para que ella pueda acabarlo.
Por un segundo el brujo se vio acorralado haciendo que quiera huir cuando se da cuenta que no lo dejaran ir ni siquiera porque se ven exhaustos.
—¿Ibas a algún lado? —Damián estaba frente al brujo. —Parece que viste un fantasma.
—Mierda.
Uso su magia para quitarlo de su camino, pero no pudo hacerlo, Damián se burla de él y le dice que estaba en su camino y su mano se convirtió en garras para luego cortar su garganta, paso saliva mientras siento una extraña sensación al ver la expresión que tenia al ver el cadáver y la sangre, sombría… siniestra como si disfrutara de lo que estaba viendo.
Los chicos lo ignoran cuando me ven herida, tratan de sacarme la navaja, pero temían que haya perforado algún órgano de mi cuerpo.
—Ahora comprendes que nadie más que yo, podrá protegerte.
—No necesito de tu ayuda. —murmuro débilmente
—Damián haz algo por favor —Pide Violeta —Alfa…
El se coloca en cuclillas frente a mi, y sin verlo venir me sacó la navaja, pasa su mano por mi cuello, sujeta mi nuca y ladea una sonrisa al verme y mi corazón claro que tiene que reaccionar como un estúpido por esa sonrisa tan seductora que posee
—Elizabeth…
Dice mi nombre haciéndome estremecer, pero cuando todo parecía en calma mi cuerpo ardió como si estuviera en llamas en el momento que enterró sus colmillos en mi cuello, no pude resistirlo y solté un gemido de placer ya que en realidad no me dolió, si no todo lo contrario, sentí tanto placer, pero el solo se mantiene encajando sus colmillos en mi lentamente
Mi pecho subía y bajaba tan rápido cuando se alejó de mi, mis mejillas estaban rojas, podía sentirlas tan calientes como lo estaban mi cuerpo.
<VIOLETA>
El momento fue incomodo por supuesto, no supe que hacer así que hice de la vista gorda ya que eso debería hacerse en privado y no frente a otros, Elizabeth se veía agitada pero luego comenzó a dormirse.
—¡Que demonios le hiciste!.
—Lo que haga con mi chica no es de tu incumbencia.
Nuestro próximo alfa se la lleva en sus brazos, corre con ella como si no cargara nada y luego desaparece de nuestra vista.
—¡Maldito perro!
—Oye, cuida lo que dices. Recuerda que la ultima vez que lo enfrentaste casi te mata.
—Por si no lo recuerdas, a ti también casi te mata.
Ruedo mis ojos y me alejo lo suficiente de él porque es una verdadera molestia estar de un brujo tan odioso como este. Le echo un vistazo al cadáver y puedo ver que tenia una marca, eso llama mi atención.
—Ella…
—¡Oh carajo! —doy un brinco del susto cuando veo que el brujo sigue vivo. —¡Mierda sigue vivo!.
—Ellos…
—¿Ellos?…
Trata de decir algo así que le doy mi atención pero cuando estaba por decir algo mas que “ellos” Tay uso la magia para acabar con él al arrancar su cabeza “Mierda mi ropa” es nueva y ahora estaba manchada de sangre.
—¡Porque hiciste eso! —dije cabreada —Estaba por decir algo importante.
—Nunca confíes en un brujo.
—¿Asi? Entonces no debo confiar en ti.
—No.
Su respuesta me ha dejado atónita, su comportamiento es extraño, este brujo parece que oculta algo, lo puedo sentir, huelo su ansiedad y frustración. Cuando llegué al departamento donde vive Liz me presente con sus padres que pude oler que eran brujos como Liz
—Me alegra saber que nuestra hija tenga mas amigos. —dijo su padre —Asi ese lobo se mantendrá lejos de ella.
—Bueno… creo que eso será imposible señor. —dije entre risas pequeñas.
Al ver que Damián seguía con ella, pero no ese brujo, me sorprendió. El muy idiota me dejó sola en el bosque, desapareció cuando le di la espalda mientras lo insultaba, creí que lo encontraría aquí, pero parece que tenía otra cosa más importante que hacer.
No hice ningún comentario ya que Damián es demasiado desconfiado, no confía en nadie, y cuando digo en nadie, es completamente en nadie, ni siquiera en su familia, fui paciente y esperé a que se fuera, después de media hora, se marchó, pero pude notar que esta extraño al igual que el brujo, Liz despertó minutos después y observa a su alrededor.
—Estas en tu casa. —sonrío mientras tomo su mano —Damián te trajo si te preguntas quien te trajo.
—Lo que me faltaba. —dice sin ánimos —¿Y Tay?…
—Liz… quería hablarte de él, bueno de ambos.
—¿Qué pasa?