Categorías
Amor en juego 2

Último Extra.

Veinte años después.

Felipe estaba en aquella galería de tiro viendo como su hija mayor disparaba con maestría, preparándose para convertirse en la primera mujer en entrar en la unidad de élite del Cuerpo Nacional de Policía de España. 

–Te dije que era una Guerrero. – Murmuró Abraham acercándose a Felipe que sonrió con condescendencia. –Una Oliveira que ahora es una de las mejores agentes de policía de España, hace unos años cualquiera diría que esto sería imposible.

–Independiente de lo que ha elegido para su vida estoy orgulloso de ella, mi hija es una mujer fuerte que ha nacido para hacer que más de un machito se cague en los pantalones. – Respondió Felipe y los dos se giraron para verla disparando sin fallar ni un solo disparo, tenía el pulso firme lo que le daba una puntería perfecta. – También debo agradecerte por todo lo que has hecho por ella Abraham. Entrar en los GEOs no fue una tarea fácil y logró hacerlo con tu ayuda.

–No Felipe, nuestra niña lo logró por su fuerza y determinación, aunque debo decirte que esto es algo que ha heredado de ti porque Dante con la poca edad que tiene ya es casi tiburón para los negocios. – Habló Abraham con orgullo pensando en el hijo varón de Felipe. – Y nuestra pequeña Azahara va por el mismo camino.

–Esa tiene el carácter de su madre, o hasta peor porque es una mezcla de nosotros dos. – Bromeó Felipe y los dos se rieron mientras que Zoe se acercaba a ellos.

–Bueno mis queridos papá y papi Ojitos, ahora tenemos que irnos porque Francia nos espera. – Anunció Zoe cambiando el cargador del arma antes de entregarla a Abraham. 

–Sí hoy es un día especial para nuestro Kai, que con a apenas veintiún años está a punto de lograr uno de sus mayores objetivos en la vida. – Afirmó Felipe y los tres se marcharon de la galería para preparar todo para el viaje a Francia.

Horas más tarde Kai estaba parado delante de aquellos espejos, donde un alfayate lo ayudaba a preparar su esmoquin para la ceremonia de la revista France Football donde entregarían el galardón al mejor jugador del año. Era una noche especial porque él era el favorito para recibir el galardón, ya que se había convertido en uno de los mejores jugadores del mundo siguiendo los pasos de su padre.

Hugo entró a la suite de su hijo y le pidió amablemente al alfayate que los dejará solos. Después se acercó a su hijo por detrás y pudo ver en sus ojos por el reflejo en el espejo que estaba nervioso, entonces colocó las manos sobre los hombros de Kai que lo miró por el espejo.

–Independiente de lo que pase esta noche quiero que sepas que estoy inmensamente orgulloso de ti, no solamente por ser el mejor jugador, sino que también por ser un hijo maravilloso y un hombre de carácter. – Habló Hugo con orgullo y Kai se giró para mirarlo.

–Todo lo que soy lo he aprendido de ti, papá. – Contestó Kai dándole un abrazo a su padre y después lo miró a los ojos. – Esta noche si me entregan el Balón Oro pienso dedicarlo a ti, por enseñarme el camino para convertirme en un campeón. – Murmuró con los ojos cristalizados y Hugo puso la mano en el rostro de su hijo mirándolo con amor y orgullo.

–¡Todavía no ha llegado el momento y ya están llorando! – Exclamó Iker entrando a la suite, entonces padre e hijo se giraron para mirarlo.

–También lloré el día que recibiste el titulo de duque, hijo. – Aclaró Hugo acercándose a él para dejar un beso en su frente. 

–Sí, pero lloraste por piensas que el título es una cárcel invisible, sé perfectamente lo que piensas sobre la nobleza papá. – Contestó Iker suspirando con cansancio pensando en todas las súplicas que le había hecho su padre para que no aceptase el título de duque de Lugo.

–Y es una cárcel, pero esto me pasa por ser un padre que te ha enseñado a cumplir con tus obligaciones y jamás faltarle a tu palabra. – Respondió Hugo encogiéndose de hombros pensando en el camino que su hijo mayor había elegido para su vida.

–Si no fueras un duque esta noche no sería el único Torres con posibilidades de recibir el Balón de Oro. – Afirmó Kai y Iker le dio un abrazo.

–Esta noche el galardón será para el mejor nanito, te lo has ganado. – Respondió Iker con seguridad y Kai sonrió. – Además, creo que salí más a los Martínez de Irujo que a los Torres, por eso soy duque y no delantero del Real Madrid.

–Por favor no le faltes al respeto a los testículos de tu padre, basta con verlos para saber que son verdaderas copias mías. La sangre real no fue capaz de superar a la de este barriobajero. – Habló Hugo con vehemencia y sus hijos se llevaron la mano a la boca para no reírse porque su padre estaba a punto de llevarse una bronca.

–¡¡¿Ah, no Torres?!! – Exclamó Julia parada en la puerta y Hugo se giró rápidamente para mirarla. – ¿Estás afirmando que solamente tú has hecho un gran trabajo en la creación de estos dos hombres hermosos que son nuestros hijos?

–No cariño, jamás diría algo así porque tú has hecho toda la parte difícil. – Contestó

Hugo poniendo ojitos y Julia giró los ojos, después se giró para ver a su hijo mayor. – Cariño Irina acaba de llegar con sus padres es mejor que vayas a recibirlos, ya sabes como es el barón Orleans para las formalidades. 

Iker sonrió entusiasmado dejando un beso en la frente de su madre antes de bajar para recibir a su prometida y a su familia mientras que Hugo y Kai ponían los ojos en blanco recibiendo una mirada de reproche por parte Julia que sabía que a ninguno de ellos les agradaba la relación de Irina con Iker.

Una hora después toda la familia y amigos estaban en entrada del Teatro Chatelet de

Paris, donde hace años Felipe se había interpuesto ante una bala para proteger a Hugo, pero aquellos momentos de tristeza habían quedado en el pasado. Ahora todos estaban reunidos en aquella feliz noche.

Felipe estaba abrazado a su adorada esposa, que lucía hermosa aquella noche junto con sus tres hijos. Dante que acaparaba la atención de todas las mujeres, Zoe con su atractiva seriedad agarrada del brazo de su hermano y al otro lado estaba la luz de sus ojos, su hija Azahara que con apenas quince años ya destacaba por su belleza.

Kai subió al escenario después de ser nombrado el mejor jugador del año y todos se pusieron de pie para aplaudirlo emocionados, hasta Aurora con Diego que aprovechaban cualquier motivo para besarse apasionadamente mientras que María Eugenia se reía al lado de su amorcito, quien después de tantos años había decidido confesar su amor por ella. En aquel momento María Eugenia solo quería disfrutar de la vida al lado de Cristóbal.

–Ya Zaza deja de babear por el amor de Dios. – Murmuró Zoe pegando su hombro al de su hermana pequeña que se llevó una mano a la boca para ocultar una risita. 

–No puedo Zozo, Kai es tan hermoso, más que un jugador de fútbol parece un príncipe…no, un príncipe no, mejor que eso. Kai es un dios. – Suspiró Azahara y Zoe la miró con ternura.

–Kai es seis años mayor que tú hermanita, sabes que no debes hacerte ilusiones. 

–Lo sé Zozo, no soy tonta, pero eso no cambia el hecho de que soy su fan número uno y lo seré toda la vida. Quiero pasar toda mi vida admirando a Kai Torres. – Habló Azahara embelesada viendo como Kai recibía el Balón de Oro.

Después de la reunión todos se habían reunido para celebrar el nuevo triunfo de Kai en una Villa que Felipe había comprado para la familia. Camille y Henri también estaban presentes. Henri no dejaba de mimar a su esposa después de haber pasado tanto tiempo de tras de ella suplicando por su perdón, uno que llegó junto con el nacimiento de su cuarto hijo Iray que era tan solo dos años mayor que Azahara.

Julia y Kelly estaban sentadas en las escaleras que daban al hermoso jardín decorado con luces y varias mesas alrededor para las familias y los amigos. Julia miraba con ternura la forma como Merche seguía cuidando a Hugo como si fuera su niño mientras que Kelly veía como sus hijos y lo de Julia eran tan unidos, sobre todo Iker y Zoe que eran como hermanos, a pesar de que la prometida de Iker no aceptada aquella amistad.

–No te parece increíble el amor que se tienen nuestros hijos, es hermoso. – Habló Kelly apoyando la cabeza en el hombro de Julia y las dos suspiraron enamoradas mirando a las hermosas familias que habían formado.

–Sí, todos se quieren como hermanos, aunque algunas veces llegué a pensar que Iker llegaría a sentir algo más por Zoe. – Confesó Julia y Kelly levantó la cabeza para mirarla.

–Yo había imaginado lo mismo, pero se aman y se pelean como dos hermanos. Bueno de todas formas me siento muy orgullosa de ellos y de nosotros por haber superado tantos obstáculos.

–Y nosotros nos sentimos orgullosos de tener a dos mujeres tan hermosas en nuestras vidas. – Habló Felipe acercándose a ellas junto con Hugo y las dos se levantaron para abrazar a sus maridos.

Quiénes nos han enseñado el verdadero camino hacia la felicidad, y nos han demostrado lo que es realmente el amor incondicional. – Continuó Hugo dejando un beso en los labios de su esposa mientras que Felipe besaba a Kelly apasionadamente.

–Ya hemos luchado nuestras guerras, ahora solo disfrutamos de vivir intensamente nuestro amor y apoyar a nuestros hijos en lo que hagan falta.

–Hablando de nuestros hijos, ¿alguien ha visto a Azahara? – Preguntó Felipe buscando a su hija con la mirada y todos se miraron extrañados.

Azahara estaba debajo de un árbol del jardín alejada de todos junto con Iray, que no dejaba de decir lo hermosa que era y que algún día sería su novia.

–No quiero ser tu novia Iray, mi corazón ya tiene dueño. – Habló Azahara con sinceridad y Iray se acercó a ella mirándola a los ojos.

–¿Pero tú también eres la dueña de su corazón? – Preguntó Iray deslizando su dedo pulgar por el rostro de Azahara que se había quedado pensativa con su pregunta. 

–Pues la verdad es que creo que no, él jamás se fijaría en mí. – Contestó Azahara con tristeza y Iray sonrió satisfecho porque era todo lo que quería escuchar.

–Pues déjame besarte y te juro que te gustará tanto que te vas a enamorar de mí. – Pidió Iray acercando su boca a la de Azahara y ella dudó por unos segundos si estaría bien hacerlo o no, pero jamás había besado a nadie y tenía curiosidad por saber como era, entonces asintió, pero cuando estaba a punto de hacerlo alguien los interrumpió.

–¡Apártate de ella si no quieres que te parta la cara ahora mismo Iray! – Exclamó Kai y el chico se apartó de Azahara sobresaltado. – Regresa con tus padres ahora. – Ordenó el chico abrió la boca para protestar, pero Kai se acercó a él con una mirada amenazante. – Haz lo que te estoy ordenando si no quieres tener problemas conmigo y no vuelvas a acertarte a ella. – Habló con un tono tan bajo que la piel de Azahara se erizó, entonces Iray se marchó sin decir nada con la cabeza baja dejándolos solos.

–¿A qué ha venido esto? – Preguntó Azahara molesta llevándose las manos a la cintura.

–Te parece bien estar besándote con chicos a escondidas. – Contestó Kai exasperado.

–No, no me parece, pero nunca he besado a nadie y quería saber como se siente. – Replicó Azahara y Kai se paró delante de ella.

–Pues yo no quiero que lo sepas, por lo menos no ahora Azahara. No quiero que te beses ni con Iray ni con ningún otro. – Murmuró Kai mirándola a los ojos y Azahara frunció el ceño con incomprensión.

–Pues no entiendo porque Kai, ¿por qué no puedo besar a nadie? – Preguntó Azahara con ansiedad y Kai agarró su rostro entre las manos para dejar un suave beso en su frente. – ¿Y esto que significa? – Preguntó con la voz temblorosa por sentir los labios de Kai sobre su piel, aunque solo fuera un inocente beso en la frente.

–Esto significa tres años Zaza. – Murmuró Kai mirándola con ternura viendo su hermosa boca entreabierta mirándolo con expectación. – Tres años es lo que estoy dispuesto a esperar por ti, hasta que seas mayor de edad y puedas estar conmigo. –¿De…de…de verdad…Kai? – Balbuceó Azahara aturdida mirándolo y Kai asintió con una sonrisa.

–Naciste para mí Azahara Herráez y no hay nada en este mundo que haga dudar de esto. Te prometo que algún día serás mi esposa.

Siete años después Kai y Azahara se convirtieron en la unión perfecta entre las familias Torres y Herráez llenándolo el corazón de Hugo de emoción mientras que Felipe solo quería matar a Kai por enamorarse de su niña, pero en el fondo también estaba feliz por ellos. Estaban felices por todos, ya que después de tantas batallas cada uno de sus hijos encontró la felicidad de la misma manera que ellos habían encontrado. 

Categorías
Amor en juego 2

Capítulo Extra: Despedida

Kelly y Beatriz saltaban de felicidad en el salón junto con Zoe mientras que veían las noticias sobre Rodrigo de Oliveira, el tío de Felipe que estaba en la cárcel. Kelly se preguntó porqué Felipe no estaba celebrando con ellos aquel momento tan importante para la familia, entonces se fue a buscarlo.

Felipe estaba de pie mirando por la ventana de su habitación viendo como la nieve empezaba a caer en la sierra de Madrid. Había estado hablando por teléfono con Adriano Ferrer, el mafioso que había ayudado a Eros a deshacerse de Adela Valverde y también el mayor enemigo de Abraham Guerrero. 

Felipe sentía un fuerte dolor en su pecho después de haber escuchado todo lo que Adriano tenía para decirle, pero sabía que tenía que ser fuerte por su familia ya que a partir de aquel momento los Oliveira tenían que enfrentarse a lo que más temían, la caída de su imperio.

Después de pensar en lo que debería hacer a partir de aquel momento, Felipe reunió sus fuerzas para escuchar el mensaje de voz que había recibido de Eros, pero que él no había querido escuchar. Felipe necesitaba saber lo que Eros quería decirle, aunque ya era demasiado tarde, porque no podía hacer nada más para ayudar a su primo. Entonces Felipe respiró profundamente antes de llevarse el teléfono a su oído y después cerró los ojos mientras que escuchaba la voz de su primo.

–Hola primo, solo quería decirte que tenías razón, sobre todo. – Empezó Eros a hablar con la voz rota. – Creo que me espera mucho sufrimiento en la próxima vida para poder pagar todo el daño que hice en esta y él que todavía me queda por hacer. Os amo con todo mi corazón y de verdad que intenté buscar la libertad para todos nosotros, aunque no lo hice de la mejor manera, pero lo intenté y ahora entiendo que yo soy una de las mayores barreras para alcanzar esa libertad, Lipe. También tenías razón sobre ella. Mi chica se merece ser feliz, ella se merece lo mejor y por más que odie tener que admitirlo ese no soy yo. Soy lo peor que le podía haber pasado en la vida y porque la amo he tomado la decisión de irme, dejarla ser libre de mí y de ese amor que jamás tenía que haber nacido. – Eros se calló por unos segundos como si le hubiese costado seguir hablando y Felipe después escuchó a su primo suspirar antes de seguir. – Espero que algún día me puedas perdonar Lipe. Cuida a la pequeña Zoe y a nuestro niño que está llegando, mantenlos a salvo Lipe, lejos de todo lo que ha provocado nuestra familia, de las cosas que hice. Te quiero primo.

Felipe apretó el teléfono con fuerza en su mano y estaba a punto de tirarlo contra la pared cuando Kelly entró a la habitación.

–Amor, ¿qué estás haciendo ahí? – Preguntó Kelly sonriendo, acercándose a él. – Tenemos que celebrar Lipe, por fin lo han logrado. Ahora los Oliveira son libres. – Habló con entusiasmo, pero al ver el rostro tan serio de su marido toda la alegría desvaneció.

–Prepara las maletas Kelly. – Pidió Felipe con un tono bajo y Kelly lo miró con incomprensión.

–¿Qué estás diciendo Lipe, a dónde quieres ir ahora? – Preguntó Kelly con preocupación y Felipe pasó la mano por sus cabellos con cansancio. 

–Tenemos que irnos está misma noche amor, así que ve a prepararlo todo y avisa a mi hermana. Bea también tendrá que marcharse. – Contestó Felipe mirándola con tristeza y Kelly comenzó a entender lo que estaba pasando.

–¿Tenemos que huir, es eso Lipe? – Preguntó con nerviosismo con sus ojos aguados y Felipe sintió una punzada en el corazón por verla de aquella manera, porque le había prometido que nada les pasaría, pero al final estaba pasando y justo cuando su esposa estaba llegando a las últimas semanas de embarazo.

–No estamos huyendo amor, nos están exiliando. – Murmuró y Kelly se llevó las manos a la boca asustada. – Sí nos quedamos en Europa vendrán a por nosotros.

–Pero tú me dijiste que cuando llegará ese momento Eros nos protegería, me lo prometiste Lipe. – Contestó Kelly llevándose las manos a su vientre angustiada y Felipe negó con la cabeza. 

–Ya no hay nadie que pueda protegernos. – Contestó Felipe y Kelly lo miró a los ojos asustada.

–¿Eros ha …? – Murmuró Kelly sin poder terminar aquella pregunta y Felipe asintió. – ¡¡Dios mío!!

Felipe le explicó todo lo que había sucedido y Kelly se quedó horrorizada escuchando todo mientras que Felipe le agarraba de la mano para intentar calmarla.

–¿Entonces ahora tenemos que confiar en Adriano Ferrer? – Preguntó Kelly nerviosa porque sabía quien era Adriano y temía depositar la seguridad de su familia en manos de alguien tan cruel.

–No confío en Adriano, en este momento solo confío en una persona. – Contestó Felipe y Kelly sabía muy bien a quien se refería entonces lo llamó.

Durante la noche estaban todos en la entrada de la mansión de Felipe Herráez, donde dos camionetas negras estaban preparadas para llevarlos al aeropuerto.

Julia abrazaba a su mejor amiga intentando reconfórtala mientras que Zoe y Iker se abrazaban como si no quisieran soltarse. Los niños no querían despedirse el uno del otro.

–Cuando sea seguro iremos a visitaros, porque no pienso estar mucho tiempo alejado de vosotros y menos de mis sobrinos. – Habló Hugo dando un abrazo a Felipe con Kai en sus brazos, entonces Felipe dejó un beso en la cabecita del bebé que estaba completamente dormido en los brazos de su padre.

–Espero que no sea durante mucho tiempo hermano, espero que esta situación se arregle cuanto antes para poder volver. – Contestó Felipe intentando ser positivo porque no le quedaba más remedio. 

Después de que toda la familia Herráez se despidiese de sus amigos, Felipe se acercó a Abraham que esperaba por ellos cerca de la camioneta.

–¡Tengo todo preparado! – Habló Abraham con seriedad y Felipe se cruzó de brazos para escucharlo. – Cuando lleguen al aeropuerto todos recibirán una nueva documentación y también encargué lo que me pediste, hay un hermoso viñedo esperando por vosotros en Argentina. Espero que sea lo suficiente para amenizar un poco la preocupación de Kelly porque en su estado debe estar tranquila.

–Gracias Abraham, por todo lo que estás haciendo por nosotros. – Contestó Felipe y los dos se dieron un abrazo. 

–No tienes que agradecer, recuerda que esa niña. – Abraham señaló a Zoe con la mirada apartándose de Felipe. – Esa princesita también es mía. – Murmuró y Felipe sonrió mirando a su pequeña, después miró a Abraham con preocupación.

–Abraham, no me gusta la idea de decirte esto, pero Adriano Ferrer quiere el lugar que sería para Eros y si llega a hacerlo…

–Ustedes jamás podrán volver y el futuro de tus hijos correrá peligro, porque los Oliveira siempre serán una amenaza para cualquiera que quiera gobernar la mafia en Europa. – Terminó Abraham lo que Felipe quería decir colocando una mano sobre su hombro mirándolo directamente a los ojos. – Eso no pasará Felipe, puedes estar seguro de que no lo dejaré tranquilo ni un solo momento, Adriano Ferrer jamás tendrá el imperio de los Oliveira. – Habló con vehemencia y Felipe lo miró con seriedad.

–Sé quién eres Abraham y sé que Adriano Ferrer es tu hermano mayor. – Contestó Felipe y Abraham miró hacia los lados para estar seguro de que nadie más de la familia escuchará aquello. – ¿Estás dispuesto a luchar contra tu propio hermano para proteger el legado de los Oliveira?

–Por mí todos tus primos se pueden ir a la mierd* Felipe, pero nadie se va a meter con mi niña. Por Zoe soy capaz de meter una bala en la cabeza de mi hermano. – Contestó Abraham con seguridad y Felipe asintió sabiendo que no podía haber elegido a nadie mejor para confiar la seguridad de su familia.

Felipe y Kelly se despidieron de sus amigos deseando volver a verlos pronto, pero lo que no se imaginaban es que solo regresarían a España seis años después con sus tres hijos Dante, Zoe y una hermosa bebé llamada Azahara.

Categorías
Amor en juego 2

Capítulo Extra: Obligaciones.

María Eugenia estaba caminando de un lado a otro por el despacho de su mansión, mirando el único retracto de su fallecido marido que quedaba en aquella casa y se hizo un apunte mental para recordar prenderle fuego, cuando alguien tocó la puerta llamando su atención.

–Duquesa el barón está esperando en el salón. – Anunció Laura entrando al despacho y María Eugenia se llevó una mano a la cien porque sabía que su dolor de cabeza había llegado.

–Lo recibiré aquí Laura porque necesito que esa conversación sea lo más privada posible. – Contestó María Eugenia y Laura la miró intrigada.

–¿Crees que está aquí el barón por ese antiguo acuerdo? – Preguntó Laura con preocupación y la duquesa se giró para mirar por la ventana.

–La existencia de Iker es noticia es todas partes, sobre todo después del nacimiento de Kai en la final de Champions. –Contestó María Eugenia y suspiró con cansancio, porque sabía que aquella noticia despertaría viejos intereses. – Algunas revistas directamente han anunciado a Iker como futuro duque y ahora ese hombre está aquí, te puedo asegurar que su visita no es una casualidad. Antoine no viajaría tan lejos para hacer una simple visita de cortesía. 

–Que hombre tan despreciable. – Murmuró Laura indignada y María Eugenia se giró para verla.

–¿Dónde está mi nieta? – Preguntó María Eugenia con preocupación.

–Está en el centro dando clases a los ancianos, pero estará a punto de regresar a casa.

–¿Hugo dónde está? – Preguntó María Eugenia.

–El señor Torres está haciendo lo mismo que cada mañana, ha llegado de su entrenamiento y ahora está con sus hijos, la última vez que lo vi estaba volviéndose loco cambiando el pañal de Kai mientras que Iker intentaba ayudarlo. – Contestó Laura sonriendo al recordar la escena de como Iker tenía las manos sucias con la cremita que era para Kai.

–No se puede negar que la estrella del fútbol es un padre maravilloso. – Suspiró María Eugenia. – Asegúrate de que no se cruce con el barón, lo esperaré aquí Laura. – Pidió y Laura se giró para salir cuando María Eugenia volvió hablar, entonces se giró otra vez para verla. – Y Laura por favor prepárame un café bien fuerte, porque lo voy a necesitar después de esta conversación.

–¿Le hecho brandy al café? – Preguntó con curiosidad y la duquesa asintió.

–Que sea más brandy que café, por favor. 

Laura se retiró dejándola sola en el despacho y María Eugenia caminó hasta el enorme ventanal del despacho pensativa, hasta que unos minutos después una voz que ella no soportaba llamó su atención.

–Mi queridísima María Eugenia, adorada Duquesa de Lugo – Exclamó un hombre elegantemente vestido y María Eugenia se giró para verlo mirándolo con desagrado sin intentar disimular.

–¿Puedo saber a qué se debe la visita del Barón en mi casa? – Preguntó María Eugenia mirándolo con desprecio, pero el hombre no se molestó con su actitud, no parecía importarle ya que sabía que ella estaba obligada a soportar su presencia.

–Solo he venido para recordarte los acuerdos que existen entre nuestras familias. – Contestó el hombre sonriendo con satisfacción y María Eugenia lo miró indignada. – La esposa de mi hijo está esperando una niña.

–¡No te atrevas a sugerir lo que creo que estás intentando decir Antoine! – Exclamó María Eugenia con rabia y Antoine se encogió de hombros. 

–No estoy sugiriendo nada querida, solo estoy mencionando un hecho y debo decirte que me había dado por vencido ya que María Fernan…Oh perdón, sé que te desagrada que llamen así a tu fallecida hija. Bueno, Sonia tenía que haber sido mi esposa, pero Jerome me ofreció una buena suma de dinero para olvidarme del acuerdo y cuando supe que tenías una nieta, mi hijo ya estaba casado con Berénice y debo confesarte que ese matrimonio significó un antes y un después para los negocios de mi familia. – Habló con orgullo y María Eugenia lo miró asqueada porque sabía que el hijo del barón se había casado obligado por su padre que un hombre extremadamente ambicioso.

–Bien, ¿cuánto quieres ahora para olvidarte del acuerdo entre nuestras familias? – Preguntó María Eugenia mirándolo fijamente y lo vio reírse con sorna.

–No querida, el dinero ya no es un problema para mí, lo que me interesa es el título. Mi familia está perdiendo poco a poco su estatus entre la nobleza de España, solo quiero volver a ser parte de ella. – Contestó con satisfacción sentándose en uno de los sillones del despacho. – No puedo permitir que mi linaje caiga en el olvido porque eso sería el inicio de mi ruina. Tú y yo sabemos perfectamente los beneficios de ser un noble y no pienso perder los míos. 

–¡No pienso permitir que utilices a mi bisnieto Antoine!

–No tienes otra opción querida, bueno si lo tienes y sabes muy bien cuál es así que dudo mucho que quieras arriesgar el legado de tu familia. – Contestó Antoine encendiéndose un cigarrillo. – Un matrimonio entre nuestras familias es todo lo que los Orleans necesitan para volver a ser parte de la nobleza, mi nieta casada con un Martínez de Irujo, esto es mucho más que ser un noble, es ser parte de la mismísima Familia Real. – Habló pensativo, como si estuviese hablando consigo mismo pensando en las ventajas de aquel matrimonio. – Daba por hecho de que esto no sería posible por la relación de tu nieta con el futbolista y que mi hijo esté casado con una plebeya , pero mira cómo es la vida, ahora tienen un niño que algún día será Duque y Grande de España, puedo decir con seguridad que será el hombre perfecto para mi adorada nieta.

–Estamos en pleno siglo veintiuno Antoine, este tipo de acuerdos ya no son válidos. – Replicó María Eugenia y Antoine de Orleans comenzó a reírse.

–No seas ingenua querida, sabes perfectamente que para nosotros estos acuerdos jamás dejarán de existir y como futuro duque tu adorado bisnieto tendrá que cumplir con sus obligaciones. –Contestó con satisfacción. – Aunque me desagrada la idea de saber que ese niño no es de pura sangre, pero al fin y al cabo es un Martínez de Irujo. Un varón que unirá nuestras familias como es la costumbre. Hacía muchos años que La Casa de Orleans y La Casa de Alba no coincidían de esta manera tan perfecta…

–¡Olvídalo, Antoine no pienso permitir que mi nieto sea parte de una familia de sanguijuelas como la tuya! – Escupió María Eugenia encarándolo y lo vio sonreír con malicia. – Son otros tiempos, Iker no tendrá que cumplir con esos acuerdos, ya es hora de actualizarnos a nuestra nueva realidad.

–Son otros tiempos mi señora, pero nuestra sangre es antigua al igual que nuestras obligaciones y jamás cambiaremos nuestras costumbres, porque si llegáramos a hacerlo dejaríamos de existir, así funciona la nobleza. – Espetó Antoine mirándola con soberbia. – Si intentas romper con el acuerdo que existe entre nuestras familias, llevaré este asunto ante el Rey. –Habló poniéndose de pie, apagando el cigarrillo en un jarrón de flores que tenía cerca y después sacó unos guantes que traía en el bolsillo de su chaqueta para ponérselos. – Que tengas un buen día querida Duquesa. – Habló con un tono suave inclinando la cabeza con sarcasmo. – Y dale saludos de mi parte al futuro marido de mi querida nieta.

Cuando Antoine iba a abrir la puerta del despacho se dio cuenta de que ya estaba abierta porque Julia estaba detrás de ella escuchando la conversación. 

Julia había llegado a la casa buscando a su abuela y uno de los empleados le había informado que María Eugenia estaba en el despacho, pero no le había contado que estaba acompañada.

Cuando Julia se acercó a la puerta y escuchó la alteración de su abuela, entonces no pudo evitar quedarse allí escuchando lo que decían.

–¡Oh, pero mira quién tenemos aquí! – Exclamó Antoine con sarcasmo girándose para ver a María Eugenia y después inclinó la cabeza para mirar a Julia que lo miraba con recelo, después levantó la mirada para verla. – Futura duquesa, es un verdadero honor ser testigo de su belleza. – Murmuró mirándola y después miró a María Eugenia. – Estoy deseando ver como saldrán los próximos descendientes de nuestra familia mi querida duquesa. 

–¡Márchese de mi casa barón! – Ordenó María Eugenia señalando la puerta y Antoine sonrió con malicia. 

–Claro que sí duquesa, como usted ordene. Hasta pronto querida, volveremos a vernos dentro de unos años en la inevitable fiesta de compromiso. – Se despidió Antoine tarareando una melodía alegremente y Julia miró a su abuela con angustia.

–¡Dime que lo que acabo de escuchar no es cierto abuela! – Pidió Julia preocupada y María Eugenia bajó la cabeza sin saber que decirle, pero sabía que nieta ya sabía la verdad así que estaba obligada a contestar.

–Es cierto cariño, todo lo que ha dicho es verdad.

–¿Mi hijo tendrá que casarse por obligación? – Preguntó Julia con nerviosismo y su abuela se acercó a ella envolviendo las manos de su nieta entre las suyas.

–Existe una salida mi amor. 

–¿Y cuál sería abuela?, dime que tenemos que hacer para librar a Iker de ese matrimonio.

Dejar atrás nuestro legado, la Casa de Alba dejará de existir. Nos quitarán las propiedades, el ducado de Lugo y el titulo de Grandes de España. Los Martínez de Irujo dejarán de existir – Contestó María Eugenia con tristeza y Julia la miró angustiada.

–Es nuestro legado abuela, esta familia lleva siglos existiendo, somos parte de la historia de este país. Tú me lo dijiste muchas veces. 

–Sí mi amor, pero ser parte de esa historia tiene un precio y así es como funciona la nobleza. Lo siento mucho mi amor, siento que nuestro apellido sea una carga y ahora una preocupación para ti. – Se disculpó María Eugenia con el corazón en la mano y Julia la abrazó.

–Encontraremos la manera abuela, buscaremos una solución, tiene que haber una salida.

–No existe una salida mi amor, Iker tendrá dos opciones. Casarse con la nieta de Antoine de Orleans o permitir que el legado de los Martínez de Irujo se pierda para siempre.

Categorías
Amor en juego 2

Capítulo Extra.

Pilar salió del ascensor de su edificio sujetando una botella de champagne, caminando descalza agarrada al brazo de uno de sus amantes.

Los dos habían pasado toda la noche celebrando el hecho de que su marido estaba a punto de morirse y a pesar de que no se llevaría gran parte de la fortuna de Amancio estaba feliz, porque pensaba que su marido le dejaría una buena suma para asegurar su futuro y el lujoso departamento donde vivían, ya que en sus condiciones no tenía fuerza ni cabeza para cambiar su testamento.

–Tenías que haber invitado a tu amigo, porque esta noche me apetece hacer un trío. – Habló Pilar tambaleándose mientras que buscaba la llave del departamento en su cartera.

–Jamás en mi vida había visto una viuda tan alegre como tú, eres realmente la maldad personificada. – Se burló el chico quitándole la botella de champagne para tomarse un trago.

–Casi viuda querido, porque el maldit* viejo todavía no ha muerto. – Aclaró Pilar agarrando la camiseta del chico, que debería ser unos veinte años más joven que ella, y susurró cerca de su boca. – Y prefiero que digas que soy la lujuria personificada, porque cuando entré a este departamento volveré a matarte de placer.

Pilar besó al chico de forma obscena chupando sus labios y después se apartó de él para abrir la puerta, pero cuando metió la llave en la cerradura no se abría. Al principio Pilar pensó que estaba metiendo mal la llave porque iba un poco mareada por el alcohol, pero el chico también intentó abrirla y no pudo hasta que de repente la puerta se abrió, entonces el rostro serio de Felipe sorprendió a los dos.

Pilar se quedó boquiabierta mirándolo mientras que el chico los miraba con ansiedad sin entender lo que estaba pasando.

–Pensaba que tu marido fuese un viejo Pilar, ¿y no dijiste que estaba en el hospital? – Preguntó el chico nervioso, pero Felipe no apartó la mirada de Pilar haciendo una mueca de asco.

–El que posiblemente terminará en un hospital eres tú muchacho, porque si ya te has acostado con esta mujer espero que por tu bien que te hayas puesto una goma y si no es así pena me das, porque esta mujer tiene el VIH. – Contestó Felipe sin molestarse en mirarlo y el chico los miró aturdido, porque se había acostado con Pilar diversas veces sin utilizar protección, entonces abandonó el edificio corriendo con su rostro desencajado por el miedo de estar enfermo. La preocupación era tanta que ni siquiera se molestó en preguntarle nada a Pilar y también porque la figura de Felipe era tan imponente que daba miedo.

Cuando el chico se marchó dejándolos solos en el pasillo de aquel edificio, Pilar comenzó a temblar mirando a Felipe. Pensó que no serviría de nada intentar explicarse, estaba claro que sabía toda la verdad y sabía para qué estaba en su departamento.

–Déjame adivinar, la que es ahora tu querida esposita te ha ido con el chisme de la visita que le hice, porque no veo otro motivo para que hayas decidido buscar a tu padre, que por supuesto te ha contado mi situación. – Escupió Pilar con rabia pensando en el hecho de que Kelly ahora era la nueva señora Herráez como ella había leído en las revistas, entonces Felipe frunció el ceño.

–¡¡¿De que mierd* estás hablando Pilar?!! – Preguntó Felipe agarrándola del brazo con fuerza y Pilar gritó por el daño que le estaba haciendo. – ¿Te has atrevido a acercarte a mi mujer?

–¡Eso ya no importa, porque ella ha conseguido lo que quería! –Vociferó Pilar mirándolo con rabia. – Esa interesada ha logrado enredarte y te has casado con ella…

–¡¡¡No vuelvas a mencionar a mi mujer!!! Y que sepas que la única interesada aquí eres tú maldit* zorra arribista. – Escupió Felipe mirándola con desprecio. – Pero se acabó Pilar, tu vida de sanguijuela en esta familia ha llegado a su fin.

–¿De qué estás hablando Felipe? – Preguntó Pilar mirándolo con desagrado. – Sigo siendo la esposa de Amancio y él es el único que puede quitarme algo. Ahora apártate de mi camino porque esta es mi casa. – Habló con autoridad intentando entrar al departamento y Felipe la empujó tirándola al suelo del pasillo. – ¡¿Te has vuelto loco?!

–Tus días como señora Herráez se han acabado. – Contestó Felipe tirando en su cara unos documentos y se quedó con uno en la mano, que para él era el más importante. – Esta es la demanda de divorcio y hay algo más perra maldit*. ¡¡ Y esta ya no es tu casa!! – Gritó restregando el documento que tenía en su mano en la cara de Pilar.

–¡¡No es cierto, este departamento es de Amancio y por tanto también es mío!! – Exclamó Pilar indignada mirando las escrituras del departamento.

–Este departamento ya no pertenece a mi padre, ahora es mío. –Contestó Felipe asqueado y Pilar se levantó tirando la escritura al suelo.

Pilar volvió a intentar entrar al departamento, pero Felipe la pegó contra la pared golpeando su cabeza con fuerza y Pilar hizo una mueca de dolor.

–¡¡Tengo derecho a recoger mis cosas, eso no me lo puedes quitar!! – Escupió Pilar furiosa llevándose una mano a su cabeza donde se había golpeado.

Pilar quería entrar al departamento por sus joyas, porque sabía lo valiosas que eran y sería más que suficiente para darle una vida cómoda hasta que encontrará la manera de recuperar su dinero, porque estaba segura de que Felipe también se había encargado de bloquear sus cuentas bancarias.

–Aquí ya no hay nada para ti, Pilar. – Contestó Felipe con rabia pensando en como podía haber llegado a sentir algo por una mujer tan repugnante. – Todo lo que hay en esta casa lo has comprado con el dinero de mi padre, de mi familia, así que olvídalo. Te irás de aquí solamente con lo que llevas puesto y agradece que no te lo quite también.

–No puedes hacerme esto Felipe, sabes perfectamente que no tengo a nadie en este país. – Contestó Pilar con ansiedad y Felipe la agarró del cuello con fuerza.

–¡¡No me importa una mierd* y menos ahora que sé que tuviste el descaro de buscar a Kelly, deberías de darme las gracias por no matarte ahora mismo con mis propias manos!!

–¿Sa…sabe…tu…tu mujer…que eres…un…un monstruo? – Balbuceó Pilar mientras que Felipe apretaba su cuello con más fuerza impidiéndole de respirar.

–Sí y no tienes idea de lo mucho que le excita este monstruo. – Gruñó Felipe con rabia y la soltó.

Pilar cayó al suelo llevándose las manos a su cuello tosiendo, entonces Felipe agarró la escritura tirándola dentro del departamento y cerró la puerta. Pilar lo miró aturdida sin saber lo que iba hacer y Felipe la agarró de los cabellos sin darle una oportunidad para levantarse.

Felipe la llevó hasta el aparcamiento del edificio a arrastras y la metió dentro de su coche atándola con el cinturón de seguridad. Pilar gritaba como loca intentando liberarse, pero Felipe la ignoraba por completo mientras que manejaba por las calles de Madrid en plena madrugada.

Cuando llegaron a un lugar alejado del centro Pilar se dio cuenta de donde estaban y Felipe miró alrededor mirando el polígono Marconi, recordando la noche en la que había dejado a Kelly sola en medio de aquellas calles tan peligrosas.

–¡¡¡¿Por qué me has traído a este lugar Felipe?!!! – Gritó Pilar nerviosa y Felipe giró la cabeza para mirarla con desprecio. – No estarás pensando en dejarme aquí, ¿verdad?

–Tenía que haberlo hecho hace mucho tiempo Pilar, porque este es tu lugar. –Contestó Felipe bajándose del coche.

Felipe sacó a Pilar de su Ferrari tirándola en medio de la calle y después volvió a subirse para marcharse de allí mientras que Pilar miraba alrededor sin saber que hacer.

Felipe encendió su coche y lo puso en marcha alejándose del lugar donde estaba Pilar, después dio un par de vueltas y aparcó bajo un árbol en una esquina que estaba a oscuras, para ver qué haría su madrastra en aquella situación.

Lo que Felipe no se imaginaba es que Pilar conocía muy bien aquel lugar, ya que antes de trabajar para los Herráez, ella se había prostituido en aquellas calles.

Pilar miró alrededor recordando la época en la que había trabajado como prostituta y pensó en lo que Felipe le había quitado aquella noche. Pilar sabía que no tenía a donde ir, que tampoco tenía dinero y mucho menos amigos que la ayudarán, entonces levantó la cabeza con soberbia y caminó hasta una de las esquinas del lugar.

Felipe observaba cada uno de sus movimientos, mirándola con asco. No sabía si estaba o no sorprendido de ver la actitud de Pilar en aquella calle llena de prostitutas, porque en el fondo sabía que tipo de mujer era, entonces se recostó en el asiento de su coche para ver que haría ella en aquel polígono.

Pilar se paró en una esquina vacía, se quitó el carísimo abrigo de pelo que llevaba puesto y se subió un poco el vestido que ya era muy corto. Entonces se paró en el borde de la acera forzando una sonrisa para cada coche que pasaba y Felipe veía todo negando con la cabeza, era repugnante verla.

–¡¡Este es mi puesto zorra, ve a buscar otro!! – Exclamó una de las prostitutas acercándose a ella y Pilar la miró con indiferencia.

–¡¡El puesto es de quién llega primero, así es como ha funcionado siempre!! – Escupió Pilar sin girarse para ver a la enorme mujer que iba casi desnuda detrás de ella.

–Eso fue hace años vieja, ahora tenemos que pagar por nuestro puesto y este es el mío. – Contestó la mujer acercándose y Pilar se giró para mirarla.

–Con esa cara que tienes deberías de ir a lavar baños, gorda asquerosa. Aunque me vaya de aquí no habrá macho que quiera follarse a semejante criatura y mucho menos pagando por ello. – Se burló mirando a la mujer de arriba abajo con asco mientras que otras se acercaban.

–¿Todo bien Kristal? – Preguntó otra chica acercándose a ellas.

–Nada que no pueda resolver nena, esta zorra está buscando un tratamiento de belleza y ahora mismo se lo voy a dar. – Contestó la mujer y las demás comenzaron a reírse sabiendo lo que estaba a punto de pasar en aquella calle y Pilar la miró con el ceño fruncido.

Pilar no tuvo tiempo de reaccionar cuando Kristal la agarró de los cabellos mientras que escuchaba el bullicio de las demás chicas. Pilar no podía luchar contra la mujer porque era mucho más grande y fuerte que ella, pero de todas formas intentaba agarrarse a cualquier cosa que se encontraba mientras que Kristal la arrastraba.

Cuando Pilar se dio cuenta hacia a donde la llevaba comenzó a gritar desesperada, porque sabía lo que estaban a punto de hacerle. Kristal la arrastró hasta una de las hogueras que había en medio de la calle, que las prostitutas solían hacer para mantenerse calientes en invierno mientras que esperaban por clientes.

Kristal puso la cara de Pilar en el fuego quemándola y ella comenzó a gritar de dolor, chillaba como si fuese un animal que estaba siendo despellejado vivo, después Kristal la apartó de la hoguera tirándola al suelo mientras que las demás aplaudían riéndose, viendo como Pilar se retorcía en el suelo por el dolor.

Felipe observó todo desde su coche y sonrió con sarcasmo viendo todo lo que estaba pasando, sin hacer absolutamente nada para ayudarla.

–Después de esto me pregunto, ¿quién será el monstruo ahora Pilar? – Se burló Felipe y después puso su coche en marcha para regresar a su casa, con su familia.

Cuando Felipe entró en la mansión subió directo a la habitación, seguro de que Kelly estaría durmiendo, pero la encontró con su pequeña pancita de embarazada dando vueltas de un lado a otro preocupada.

–¡¡Lipe!! – Exclamó Kelly aliviada de verlo bien acercándose a él. – Me dijiste que no regresarías tarde.

–Lo siento amor, pero Pilar ha tardado en regresar a casa. – Murmuró Felipe quitándose la corbata y Kelly lo ayudó a quitarse la chaqueta. – ¿Dónde está mi hija? – Preguntó mientras que dejaba un beso en el vientre de su mujer.

–Pues con las horas que son bien dormidita en su cama, le ha costado dormir porque está acostumbrada a que leas un cuento para ella cada noche. No dejaba de decir “PAPÁ” mirando la puerta de su habitación esperando por ti hasta quedarse dormida. – Contestó y Felipe suspiró pensando en su pequeña y en lo apegaba que ya estaba a él. – Entonces, ¿ha quedado arreglado el asunto de Pilar? – Preguntó con preocupación y Felipe se quitó la camisa.

–Hablemos sobre esto después, ahora solo quiero darme una ducha y hacerte el amor. – Habló con la voz ronca mirándola, porque nada le había excitado más en su vida que ver a Kelly embarazada, entonces ella asintió con una sonrisa sin preguntar nada más.

Felipe y Kelly se bañaron juntos, pero Felipe no podía aguantarse las ganas de poseerla, así que la levantó en sus brazos para sacarla de la ducha y la llevó directo a la cama.

Felipe quería ir suave con ella, tratarla con cariño, pero el embarazo de Kelly solo había aumentado su deseo por él, entonces el sexo fue duro, como tanto les gustaba. Después Kelly y Felipe se quedaron abrazados en la cama intercambiando caricias mientras que Felipe le contaba todo lo que había pasado con Pilar.

–¿Por qué no me habías contado que ella fue a verte para contarte todas estas cosas sobre mí y mi familia? – Preguntó Felipe intrigado y Kelly levantó su cabeza que estaba sobre el pecho de su marido para mirarlo.

–Porque el daño ya estaba hecho amor, daba igual contártelo o no. Personas como Pilar solo viven para hacer daño a los demás, yo no debí permitir que sus palabras me afectasen de aquella manera. Estaba en mis manos no dejarme envenenar por ella y decidí permitir que sus palabras llegasen a mi corazón haciéndome dudar ti. – Murmuró Kelly delineando los pectorales de Felipe.

–Te entiendo, porque yo tampoco le he contado a Hugo lo que Adara le hizo a Julia. – Contestó Felipe refiriéndose a cuando Adara empujó a Julia por las escaleras. –Yo tenía que haber hecho algo en ese momento y no lo hice. Contarlo a Hugo solo hubiese servido para provocar un enfrentamiento entre Adara y él, donde claramente ella volvería a hacerle daño. – Contestó Felipe dejando un beso en la cabeza de su mujer. – Contarle a Hugo la verdad no hubiera cambiado el hecho de que le fallé, pero bueno, ahora él ya lo sabe y Adara está muerta.

–Todo eso ha quedado en el pasado cariño, ahora solo debemos mirar hacia adelante y pensar en el futuro. – Contestó Kelly acariciando su vientre y Felipe la acomodó en la cama para darle besos en su vientre.

–Tienes razón mi amor, ahora solo debemos pensar en lo que la vida reserva para nosotros. – Habló Felipe dando un beso en la pancita de su mujer que comenzó a deslizar los dedos por sus cabellos mirándolo embelesada. – Ahora mi única preocupación es Zoe, nuestro pequeño Dante y tú. ¿Verdad que sí mi chico? Vamos a tener mucho trabajo para cuidar a estas dos mujeres que nos volverán locos y eso sin contar en los que faltan.

–¿Cómo qué “en los que faltan”? No te estarás refiriendo a más hijos, ¿verdad? –Preguntó Kelly mirándolo con expectación y Felipe sonrió con malicia.

–Por supuesto que sí, está casa es enorme y necesito escuchar muchos niños correteando por ahí para sentirme cómodo. – Habló Felipe con satisfacción dejando un camino de besos por el torso de su mujer hasta llegar a su boca. – Ahora déjame hacerte el amor otra vez, que todavía estás muy hormonal y creo que no te he dado una buena dosis antes, ahora tengo que completarla.

–¡Estás loco Felipe Herráez Alias la Bestia!

–Loco por ti, me tienes completamente loco y enamorado, Kelly Herráez.

Categorías
Amor en juego 2

Epílogo: Parte 2

Felipe agarraba la mano de su padre con fuerza mientras que lo miraba a los ojos, olvidándose de todo lo malo que había pasado entre ellos, porque aquel no era el momento para reproches, ni discusiones, solo era un momento de sinceridad entre padre e hijo, una oportunidad que la vida le estaba ofreciendo para sanar viejas heridas, aunque fuese tarde par uno de ellos.

–Eres mi niño y debí protegerte de ella, del daño que te hizo. – Murmuró Amancio con tristeza. 

–Pilar ha destrozado nuestras vidas. – Murmuró Felipe asqueado solo de recordar el rostro de su madrastra.

–No hijo, lo hice yo, pero me alegro de saber que tú vida no ha terminado destrozada. – Contestó Amancio. – Sé que te has casado y estás formando una familia con la mujer que amas y no sabes lo feliz que esto me hace. Porque quién se merece pagar por sus pecados aquí, soy yo, tú eras inocente en toda esa historia. Te mereces ser inmensamente feliz mi chico.

–Pero no es justo que acabes así papá, sin derecho a una segunda oportunidad. – Murmuró Felipe sin pode soportar las ganas de llorar. 

–Fue mi culpa hijo, me merezco esto por haber creído en una mujer antes que en mi niño. – Habló Amancio con la voz rota. – No te merecías lo que te hice y cuando te quedaste con mi puesto en las empresas descubrí quien era ella y aún así no fui hombre suficiente para asumir mi error y buscarte para pedir tu perdón. Decidí cerrar los ojos hijo, porque no tenía valor para afrontar la mala decisión que había tomado y el daño tan grande que te hice, porque nadie es capaz de hacer más daño a una persona que sus progenitores, por eso debemos tener mucho cuidado con cada decisión que tomamos a la hora de educar y proteger a nuestros hijos.

–Tu desprecio fue lo que más me dolió papá, porque eras un ejemplo para mí. – Confesó Felipe mientras lloraba. – Eras mi héroe y cuando me encerraste en aquel lugar me rompiste el corazón. Cuando me encerraban en un agujero para castigarme, me quedaba dormido allí y en mis sueños escuchaba tu voz, cuando venías a mi habitación en las noches de tormenta y cantabas para calmarme. Para mí tu palabra valía oro, entonces cuando me dijiste que era un monstruo me lo creí y eso me ha atormentado durante años.

–No lo eres hijo, los monstruos fuimos nosotros, Pilar, tu madre y yo. – Contestó Amancio con el corazón en la mano por haber hecho tanto daño a su hijo mayor. – Tienes un corazón muy bueno hijo, pero también eres fuerte y a veces esa fuerza es confundida con frialdad o maldad, pero no eres malo Felipe, eres un gran hombre y jamás dejes de utilizar esa fuerza que tienes. – Habló Amancio recordando todo lo que había escuchado sobre su hijo en los últimos años y en cómo la gente decía que era un empresario muy frío, lo que le convertía en un tiburón en los negocios, pero Amancio insistía en no ver esa virtud como algo malo. –Así que perdona a tu padre por haber permitido que una mujer acabase con nuestra relación, por apartarme de ti por ella y por haber sido tan cobarde, algo que tú jamás serás.

–No tienes que pedirme más perdón, porque ya lo tienes, vamos a dejar esto en el pasado y aprovechar el tiempo que nos queda para volver a ser padre e hijo. – Habló Felipe con firmeza porque hace mucho había decidido sanar sus heridas del pasado y hacer con su padre era una oportunidad que no se quería perder. 

–Gracias hijo, espero que seas muy feliz y que puedas seguir con tu vida sin que el pasado vuelva a afectar tus decisiones. –Murmuró Amancio respirando con dificultad y Felipe se sentó a su lado sacando su teléfono móvil.

–No volverán afectarme papá, porque ahora tengo algo en mi vida que me da fuerzas para enfrentar cualquier cosa. – Felipe habló desbloqueando la pantalla de su teléfono móvil y puso una foto de hija. – Ella es mi fuerza, es tu nieta, Zoe.

Felipe entregó el teléfono a su padre y Amancio comenzó a llorar emocionado mirando a la niña que era una copia de su hijo y de él.

–Es igualita a ti Lipe. – Murmuró Amancio sonriendo y Felipe asintió. – Es hermosa, es una niña preciosa. 

–Así es papá, es preciosa y es tu nieta. – Murmuró Felipe acercándose más a su padre para apoyar su cabeza en la suya y cuando Beatriz entró, los encontró sonriendo emocionados viendo videos de Zoe y se unió a ellos.

Felipe miró a su padre y sintió una enorme tristeza por él, entonces supo de inmediato que no sería capaz de dejar aquel asunto de Pilar morir y mucho menos cuando Amancio le contó que ella llevaba seis años enferma sin decirle nada. Felipe sabía con qué intención Pilar se había callado aquella verdad, que podía haber cambiado el destino de su padre y pensaba cobrarle todo el daño que había hecho a su familia, pero en aquel momento pensó que solo quería darle a su padre paz en este mundo antes de morir.

Al día siguiente todos estaban como locos preparándose para la gran final de la Champions, donde el Real Madrid jugaba en casa, en el Santiago Bernabéu. Julia estaba en el palco vip con toda la familia y sus amigos.

Julia recordó la primera vez que había pisado aquel palco cuando su relación con Hugo no pasaba de un teatro y acarició su vientre pensando en lo que se había convertido aquel acuerdo entre ellos. Entonces lo vio entrar al campo, ocupando su lugar como capitán del equipo otra vez y volvió a sentir aquellas mariposas en su estómago.

Para Julia era emocionante recordar su historia, en todo el amor que se tenían y en sus hijos, el pequeño Iker que llevaba la camiseta con el número ocho de su padre escrito “PAPI” en la parte de atrás de la camiseta, se veía hermoso y parecía ser el que estaba más animado para el partido de Hugo.

Después de unos minutos de partido Hugo marcó el primer gol, Julia comenzó a llorar con Iker en sus brazos cuando Hugo hizo una ”J” con una de las manos y la besó dedicándole aquel gol. Estaba orgullosa de su hombre, de quien era Hugo Torres, de su fuerza, de su determinación y sobre todo de lo apasionado que era en todos los ámbitos de su vida. Para Julia no habían dudas de que aquel era el hombre de su vida.

Cuando el marcador mostró en pantalla los minutos que faltaban para terminar el partido, estaban todos comiéndose las uñas, porque iban empatados los dos equipos y faltaban a penas tres minutos para el final, entonces Hugo demostró que seguía siendo el mejor haciendo un lanzamiento aéreo, marcando un gol de chilena que llevó la afición a la locura. Una vez más Hugo demostraba con su equipo que eran verdaderos campeones.

Cuando recibieron el trofeo de la Champions, Hugo la levantó en alto como buen capitán del equipo que era y mirando aquel campo llegaron a su cabeza todos los recuerdos de lo que había vivido allí. Que no solamente había encontrado en aquel césped su objetivo en la vida, sino que también su gran amor. En aquel campo se había entregado a la mujer que amaba y allí mismo también había gritado al mundo lo mucho que la amaba, pero lo más bonito era verla caminar sobre aquel césped agarrada de la mano de su pequeño campeón y esperando otro que estaba a punto de nacer.

Hugo entregó el trofeo a uno de sus compañeros y salió corriendo en la dirección de su mujer y su hijo. Iker corrió hacia su padre cuando lo vio y cuando Hugo lo agarró levantándolo en alto porque para Hugo su hijo era la mayor de sus victorias. 

Julia se acercó a él caminando despacio porque su pancita la pesaba cada vez más y la tenía extremadamente baja, un presagio de que el nuevo miembro de la familia estaba muy cerca de conocer aquel mundo. Entonces Hugo la besó con devoción con sus dos hijos entre ellos, uno en el vientre de su madre y el otro en los brazos de su padre.

–Te dije que eras un campeón mi amor, acabas de sumar una victoria más a tu historia. – Habló Julia mirándolo a los ojos y Hugo la miró embelesado revelando en su mirada todo el amor que sentía por ella.

–La victoria ha sido tuya, mi niña, porque le marcaste un penalti a mi corazón y me tienes completamente enamorado de ti. – Habló con seguridad y Julia volvió a besarlo mientras sonreía. – Ha sido el mejor partido de nuestras vidas.

–Tenía que hacerlo, porque el amor estaba en juego. – Contestó Julia sonriendo. – Ha sido el mejor partido y el más importante porque hemos ganado los dos. – Contestó Julia señalando con la mirada a Iker y a su pancita.

Hugo tuvo que separarse de ellos, porque tenía que celebrar con su equipo, entonces dejó a su mujer y a su hijo con la familia y se fue con sus compañeros. 

Todo el equipo se subió al autobús del Real Madrid después de celebrar la victoria en el campo, porque aquel era el momento de celebrar con los aficionados y después presentar aquel trofeo a la diosa del equipo. Entonces el autobús con todo el equipo arriba festejando se dirigió a la Plaza Cibeles mientras que las familias los iban siguiendo de cerca en los coches.

Julia e Iker iban en el mismo coche que Aurora y Diego con María Eugenia a su lado, porque su abuela se negaba a apartarse de ella en aquel momento cuando ya estaba en los últimos días de su gestación. Entonces de repente mientras celebraban Julia sintió la parte donde estaba sentada mojada y miró a su hijo para ver si había derramado el zumo que se estaba tomando, pero al ver que no, se dio cuenta de que solo podía ser una cosa.

–¡Ah, otra vez no! – Habló Julia respirando profundamente pensando en otro parto natural en el lugar menos apropiado, entonces todo se giraron para verla.

–Hija, no me digas…

–¡Sí Diego sí, ya viene el conejito! – Exclamó Julia y Iker comenzó a palmear las manitas.

–¡¡Nanito, nanito, nanito!! – Repetía Iker con entusiasmo refiriéndose a su hermanito.

Todos los que iban en el coche de Diego se volvieron locos en apenas unos segundos por la llegada imprevista del bebé, porque el pequeño de la familia Torres había decidido nacer justamente en una noche de final de la Champions. 

Las calles estaban hechas un verdadero caos aquel día por el partido, entonces Diego llamó a Felipe para avisarle que se llevaban a Julia directo al hospital, porque su nieto estaba en camino.

Kelly y Felipe iban en el Ferrari siguiendo el coche de Diego y los dos se quedaron muy boquiabiertos después de escuchar que Julia había roto aguas.

 Felipe vio cuando Diego giró el coche para ir al hospital y pensó en seguirlo, pero se quedó pensativo mirando el autobús donde iba Hugo con el equipo, porque no había forma de avisarlo, entonces Felipe decidió hacer una locura.

–¿Lipe que es lo que vas a hacer? – Preguntó Kelly con ansiedad al ver que Felipe no seguía el coche de Diego, donde estaba Julia. 

–Tengo que avisar a Hugo, él no puede perderse el nacimiento de su hijo. –Respondió Felipe apretando el claxon de su coche frenéticamente, para que los aficionados se apararán del camino y cuando encontró una brecha en la carretera adelantó el autobús del equipo.

Felipe hizo una maniobra aprovechando que el autobús iba lento y paró su Ferrari delante del autobús para detener su paso. 

Todos los jugadores se quedaron estupefactos viendo la maniobra que había hecho el dueño del Ferrari y hasta Hugo lo miraba intrigado, porque sabía de quien era aquel coche. Entonces Felipe se quitó el cinturón y sacó la mitad de su cuerpo por la ventana.

–¡¿TE HAS VUELTO LOCO LIPE?! – Gritó Hugo con expectación viendo a su mejor en medio de aquella calle repleta de aficionados.

–¡EL QUE ESTÁ A PUNTO DE VOLVERSE LOCO ERES TÚ, PORQUE TU HIJO VA A NACER, TU

MUJER VA DE CAMINO AL HOSPITAL, ¡ASÍ QUE BAJA DE UNA VEZ SI NO QUIERES PERDER EL NACIMIENTO DE ESTE TAMBIÉN! – Gritó Felipe riéndose al ver como su mejor amigo perdía el color, quedándose en estado de shock hasta que Sergio le dio un manotazo en la cabeza para sacarlo de su aturdimiento.

–Mi hijo…mi hijo… ¡¡¡mi hijo va a nacer!!! – Exclamó Hugo saliendo a prisas del autobús para montarse en el Ferrari de Felipe.

Felipe manejó a toda velocidad por la misma carretera en la que se había ido Diego y no tardaron en alcanzarlos.

 Hugo tenía su corazón apretado por la ansiedad y las ganas de estar con Julia en el aquel momento. Cuando Felipe se acercó con seguridad al coche de Diego, María Eugenia bajó la ventana para que Julia pudiese ver a Hugo mientras que comenzaba a sentir las contracciones.

–¡¡¡TE AAAAAAMO!!! – Gritó Hugo al ver a Julia y ella comenzó a sonreír respirando profundamente. – ¡¡ERES MARAVILLOSA MI AMOR, VERÁS QUE TODO SALDRÁ BIEN!!! – Hugo gritaba para darle apoyó hasta que Felipe aceleró el coche para llegar antes que ellos y así tener todo preparado para Julia.

Cuando Julia llegó al hospital Hugo estaba allí para recibirla, todavía iba vestido con el uniforme de su equipo, pero no le importaba nada más que no fuese su mujer y el pequeño que estaba a punto de nacer.

Hugo entró con Julia al paritorio mientras que los demás se quedaron en la sala de espera para aguardar la llegada del pequeño de los Torres. Después de un rato apareció Abraham, ya que le habían informado de la situación, pero había llegado tarde porque Kelly le había pedido que la llevase algo de comer. 

Cuando Abraham llegó al hospital le entregó a Kelly lo que le había pedido, pero cuando la chica abrió el bocadillo que Abraham la había comprado sintió su estómago revolverse a penas con el olor, entonces corrió a la basurera que tenía más cerca y Felipe la siguió asustado, poniéndose detrás de su esposa para sujétale el cabello mientras que los demás miraban aquella escena estupefactos. 

Aurora inmediatamente se fue a buscar una botellita de agua para Kelly mientras que Felipe pasaba la mano por su frente preocupado, preguntándose que le había pasado.

–¿Estás bien amor? – Preguntó Felipe angustiado y Kelly asintió mientras que agarraba la botella de agua que le estaba entregando su madre.

–Sí, creo que comí algo que no me ha sentado bien. – Contestó Kelly un poco mareada y Felipe la envolvió en sus brazos.

–¡No cariño, eso que has comido te ha sentado muy bien! – Exclamó Aurora mirando a su hija y María Eugenia que se acercó a ellas.

–¡Qué alguien avise al doctor porque en unos meses volveremos a estar aquí! – Exclamó Mercedes riéndose y Felipe miró a Kelly con expectación.

–¿Es posible nena, estás embarazada? – Preguntó Felipe con ansiedad y Kelly se mordió los labios mirándolo.–Pero, ¿Cómo es posible si llevabas un DIU puesto?

–Pues porque eres un animal y creo que tantas posturas raras el DIU se ha movido, así que en la última revisión decidí quitármelo. – Contestó Kelly haciendo un puchero.– Pero no imaginé que me quedaría embarazada tan rápido. – Murmuró pensando que tenía todos los síntomas, eso sin contar el retraso que tenía, pero Kelly había decidido esperar un poco más antes de hacerse una prueba.

–¿Tan poca fe tienes en mi mujer? – Preguntó Felipe fingiendo estar ofendido, después abrazó a su esposa, deseando que fuera cierto y la confirmación llegó una hora más tarde después de tres test de embarazo. 

Todos estaban celebrando la noticia del nuevo bebé en camino cuando una enfermera informó que Julia ya había dado a luz, entonces la felicidad se multiplicó para todos e incluso Iker saltaba de alegría por el nacimiento de su hermanito.

Hugo no dejaba de dejar varios besos en la cabeza de su esposa que estaba exhausta después de haber enfrentado otro parto natural. 

–Eres la mujer más valiente del mundo, eres increíble bebé y has hecho un gran trabajo. – Murmuró Hugo acariciando el rostro de su esposa mientras que el pequeño bebecito berreaba en los brazos de su madre y Hugo comenzó a llorar mirándolo.

–Es precioso Hugo, nuestro bebé es una cosita arrugada muy hermosa. – Habló Julia entre lágrimas viendo como su bebé agarraba su dedo con fuerza. – ¡Tremendo golazo metiste en esta portería Hugo Torres!

–Nuestro pequeño Kai, Kai Torres. Mi hijo que ha decidido darnos la alegría de nacer en la final de una Champions. – Habló Hugo orgulloso dando un beso en la cabecita de su bebé.

–Es el nacimiento digno de una futura estrella del fútbol. – Contestó Julia delineando la carita de Kai mientras que Hugo limpiaba el sudor de su frente con una toalla que le había entregado una enfermera.

–Dos posibles grandes estrellas del fútbol. – Habló Hugo sin poder dejar de sonreír. 

–Recuerda que uno de ellos puede decidir seguir el camino de su abuela y ser el nuevo Duque de Lugo. – Aclaró Julia y Hugo asintió, recordando las obligaciones que tenía su hijo, por ser el primogénito de Julia.

– Independiente de lo que elijan ser nuestros hijos, creo que el futuro nos reserva grandes aventuras bebé. – Murmuró Hugo y Julia miró directamente a los ojos del hombre que tanto amaba.

–Todo es una aventura cuando se trata de nosotros Torres, y estoy loca por vivir todo lo que la vida tiene reservado para nosotros.

–¿Juntos siempre? – Preguntó Hugo recogiendo una lágrima de la mejilla de su esposa.

–Juntos siempre mi campeón.

Categorías
Amor en juego 2

Epílogo: Parte 1

Siete meses después.

–Hugo, tengo la “cosa” esa pegada en mi cabello. – Se quejó Julia agarrando una mecha de su cabello mientras que Hugo intentaba ayudarla a lavarlo.

–Tranquila bebé, una vez escuché que es un hidratante natural buenísimo. – Contestó Hugo aguantándose las ganas de reírse.

–Ah, ¿sí? – Preguntó Julia con sarcasmo girando la cabeza para verlo, mientras que tenía todo el cabello lleno de espuma. –Entonces, ¿por qué no te lo echas en la cara?

–Porque se ve mucho más bonito y morboso en la tuya. –Contestó Hugo mirándola con malicia y Julia le dio un pellizco en el brazo. – ¡Auuuch! –Se quejó y después la abrazó por detrás deslizando las manos por la pancita de embarazada de su mujer que apoyó la cabeza en su pecho mientras que el agua de la ducha caía sobre ellos. – ¿Todavía te duele la espalda? –Preguntó preocupado y Julia asintió.

–Un poco, pero le pediré a mi abuela que me haga el masaje esta vez. No pienso arriesgarme a que una bestia salvaje quiera poseerme como un loco otra vez. – Contestó Julia riéndose y Hugo dejó un beso en su cuello, después deslizó la boca por su hombro para darle un suave mordisco.

–No es mi culpa que te veas tan sexy con esta pancita tan redonda. – Respondió dejando besos en la mejilla de Julia. – Jamás me perdonaré por haberme perdido el embarazo de Iker. – Murmuró y Julia se giró para verlo.

–Estás en este, mi amor y estamos juntos como una familia. – Habló Julia para reconfórtalo. –Nada, ni nadie volverá a separarnos.

–Tienes toda la razón, así que continuaré disfrutando de este embarazo y me preparé para el siguiente.

–¡Hugo no volveré a quedarme embarazada! – Contestó Julia con vehemencia y Hugo hizo un puchero que no tardó en cambiar por una sonrisa traviesa.

–Eso mismo dijiste la última vez, así que sé que en algún momento volverás a cambiar de idea. – Contestó con seguridad y Julia giró los ojos.

–He cedido una vez y ahora crees que lo conseguirás cada vez que se te pegue la gana, pues no Torres. – Respondió Julia apartándose de él para agarrar una toalla y salió de la ducha. –¡Cuando nazca este conejito cerraremos la fábrica y esta es mi última palabra! Ahora sal de ahí que debes ir a entrenar, mañana tenemos una final muy importante.

–Y será la final de Champions más importante de mi vida, porque tendré a mi familia conmigo. –Contestó Hugo con entusiasmo y Julia se acercó a él para dejar un beso en su boca mientras que pasaba una toalla por su torso bien remarcado.

–Estaremos todos allí para apoyarte mi campeón, estoy segura de que será un gran victoria.

En Barcelona, Felipe estaba sentado en una mesa rodeado de los empresarios más grandes de España, tomándose un carísimo champagne mientras que veía orgulloso a su amada esposa que daba un discurso junto con la ministra de igual, contando sobre el éxito de proyecto que había creado ella, antes de recibir el premio de mejor empresaria del año, donde reconocían el despeño de su empresa en la creación de empleo y la generación de riqueza.

Felipe había recibido una invitación especial para que fuese él mismo le entregará a su esposa el premio.

–Señores, el premio lo recibe ella, pero la felicidad y el orgullo es todo mío, os explicaré el porqué. – Empezó a hablar Felipe delante de todos, antes de entregarle el premio a Kelly, que lo miraba con expectación. – Me siento afortunado por tener a mi lado a la mujer más hermosa de este país, dueña de una brillante mente empresarial, increíblemente inteligente, determinada, EMPODERADA y resalto esto porque es muy importante. – Habló Felipe. – También no puedo olvidarme de mencionar lo sorprendentemente fuerte que es esta gran mujer. – Habló con vehemencia y la mayor parte de las mujeres que estaban en sala suspiraron, viendo lo mucho que Felipe Herráez amaba y admiraba a su esposa mientras que los hombres lo envidiaban por tener tanta suerte. – Eres una verdadera ganadora cariño, te has ganado este premio a pulso siendo la mujer tan grandiosa y luchadora que eres, te amo Kelly Dumas De Herráez, eres y siempre serás mi mayor orgullo.

Felipe entregó el premio a Kelly y después la besó olvidándose por un breve momento de donde estaban, después Kelly se apartó de él y levantó la mano para tocar el rostro de su marido, después se giró dando las gracias por aquel premio.

–Te amo Felipe Herráez de Oliveira. – Susurró Kelly volviendo a girarse para ver a Felipe y después le dio otro beso.

La pareja recibió diversas felicitaciones por el crecimiento de sus empresas y se convirtieron en la pareja del momento durante el evento, después Kelly agarró a su marido del brazo para hablar con él en privado.

–Hacemos un par de fotos más para los periodistas y nos vamos, recuerda que debemos estar esta noche en Madrid para prepararnos para el partido de Hugo mañana. – Murmuró Kelly mirando alrededor buscando a alguien.

–Lo sé cariño, si quieres podemos irnos ya, estoy segura de que Carla podrá ocuparse de todo. –Contestó Felipe refiriéndose a la asistente personal de su esposa y Kelly sonrió orgullosa, sin dejar de buscarla, entonces cuando la encontró le hizo un gesto con la mano para que se acercará a ellos.

–¡Hola jefecita! – Habló Carla mirándola orgullosa. – Mírate niña, cuando nos conocimos aquella noche en el polígono jamás imaginé que la chica que habían dejado casi desnuda en medio de la calle se convertiría en la empresaria del año, eres un verdadero orgullo para todas las latinas, Kelly. – Habló mirándola a los ojos y después Kelly le dio un fuerte abrazo.

–Tú también lo eres Carla, saliste adelante dejando atrás aquella vida y ahora eres una parte esencial de nuestra empresa, esto sin contar en un gran ejemplo para tus niños que ahora pueden estar a tu lado viendo la gran mujer en la que te has convertido. – Contestó Kelly apartándose de ella agarrando las manos de la mujer.

–Gracias a ti, que me has dado esta oportunidad.

–No Carla, es gracias a ti por haberme ayudado aquella noche y con tu historia me diste las ganas de querer dar una vida diferente a todas las mujeres que, como tú, solo quieren luchar por sus familias, para sacarlas adelante y darles un futuro mejor. – Habló Kelly con los ojos acristalados y Felipe se acercó a ellas.

–¿No me digan que volverán a llorar otra vez por la emoción? – Preguntó Felipe mirándolas con incredulidad.

–Es que ando muy sensible amor, no puedo evitarlo. – Contestó Kelly limpiándose las lágrimas y Carla frunció el ceño mirándola.

–Después de haber tenido cinco hijos, mi experiencia me dice que estás muy hormonal y que esto solo significa una cosa. – Habló Carla mirando a Kelly con picardía mientras que Felipe las miraba sin entender a lo que se referían.

–No, ni lo pienses porque es imposible Carlita, en este hornito no hay bizcocho. – Afirmó Kelly mientras que Felipe seguía sin entender de lo que hablaban, más que nada porque estaba muy centrado mirando la hora en su reloj preparándose para llamar al piloto de su jet privado, para tener todo listo para regresar a Madrid.

Felipe y Kelly se marcharon del evento para regresar a Madrid lo cuanto antes y cuando llegaron horas más tarde a la enorme mansión que Felipe había comprado para vivir con su familia, Beatriz jugaba muy animada con su sobrina Zoe, que se había convertido en su mayor alegría.

–¡¿No me digas que también ya te tiene dominada, Bea?! – Exclamó Kelly entrando al salón, viendo como Beatriz miraba a su sobrina embobada mientras que la nena caminaba directo a los brazos de su padre que la recibió gustoso, llenándola de besos.

–Me tiene loca desde la primera vez que la vi. – Contestó Beatriz acercándose a su hermano acariciando la cabecita de su sobrina. – Zozo es una niña hermosa y muy lista, Kelly. Habéis hecho un gran trabajo. – Contestó dejando un beso en la mejilla de su sobrina. – Estoy deseando tener más sobrinos para mimar. – Habló frotándose las manos mirando a su hermano con malicia, que dirigió la mirada a Kelly.

–A mí no me mires, yo pongo todo mi empeño para tener otro bebé, es ella la que pone “barreras” entre nosotros. – Contestó Felipe con sarcasmo encogiéndose de hombros, refiriéndose al DIU, que su esposa llevaba puesto.

–Acabas de comenzar a disfrutar de tu hija, ¿y ya quieres otro? –Preguntó Kelly incrédula, recibiendo a Zoe en sus brazos.

–Y puedo seguir disfrutando de mi Zozo junto con otro pequeño, estoy seguro de que nuestra nena está loca por un hermanito. – Contestó dejando un beso en la boca de su esposa y Kelly puso los ojos en blanco mientras que Beatriz los miraba con ternura, después se puso seria, porque tenía algo que decirle a su hermano-

–Lipe, tengo que contarte algo. – Anunció Beatriz y Felipe la miró con preocupación.

–¿Qué ocurre Bea, ha pasado algo? – Preguntó Felipe mirándola y Kelly se sentó en el sillón mirándolos mientras que Zoe jugaba con su pistolita en su regazo.

–Ayer me llamaron del hospital de Majadahonda, papá está ingresado allí. –Contestó Beatriz y Felipe se acercó a ella mirándola todavía más preocupado.

–¿Es algo grave? – Preguntó con ansiedad.

–No lo sé hermano, me llamaron ayer después de que te habías marchado con Kelly, lo único que sé es que quiere vernos. – Respondió y Felipe se acercó a las llaves de sus coches y agarró una de ellas mientras que Kelly y Beatriz lo miraban con expectación. –¿Qué estás haciendo, Lipe? Acabas de llegar.

–No importa, Bea. – Contestó Felipe acercándose a su mujer y a su hija para darles un beso a cada una. – Volveré en un rato amor. – Se despidió y después de giró para ver a su hermana. – Vámonos Bea, quiero saber que es lo que quiere Amancio Herráez ahora.

Cuando los hermanos llegaron al hospital fueron recibidos por el doctor que estaba a cargo del padre de Felipe, que los acompañó hasta una de las habitaciones donde Amancio estaba.

El hombre se encontraba muy demacrado, había perdido muchísimo peso y el color de su piel estaba amarillento. Felipe y Beatriz se dieron cuenta de que el hombre estaba durmiendo y que parecía respirar con dificultad.

–¿Qué es lo que tiene mi padre, doctor? – Preguntó Beatriz mirando a su padre con angustia.

–El señor Herráez tiene una acidosis respiratoria y metabólica, también tiene insuficiencia orgánica múltiple, todas estas enfermedades son derivadas del VIH. – Contestó el médico y Beatriz se llevó las manos a la boca asombrada mientras que Felipe giró la cabeza para ver a su padre incrédulo.

–¿Se va a recuperar verdad, doctor? – Preguntó Felipe con angustia sin aparta la vista de su padre. – Muchas personas ahora viven con el VIH, pueden vivir normalmente y alargar sus vidas.

–Así es, pero este no es el caso del señor Herráez, la enfermedad fue diagnosticada muy tarde, infelizmente ya no hay nada que la medicina pueda hacer por él, lo siento mucho. – Contestó el doctor y Felipe miró a su padre sin saber que decir, después él médico se retiró y los dos hermanos se acercaron a Amancio.

Beatriz puso la mano sobre la de su padre que despertó abriendo lentamente los ojos, pero cuando lo hizo el primer rostro que vio fue el de Felipe, entonces extendió la mano para intentar tocarlo.

–Papá. – Murmuró Felipe sintiendo un aprieto en su corazón, sin saber que le iba a decir en aquella situación.

–Mi chico, no sabes cuanto me alegra verte. – Habló Amancio con la voz débil y Felipe agarró su mano con fuerza sintiendo como sus ojos se acristalaban. – No puedo irme sin antes pedirte perdón por haberte fallado, te fallé mi niño. – Susurró.

–No papá, eso ya no importa. – Contestó Felipe apretando suavemente la mano de su padre. – Vamos a olvidar eso, ¿ok? – Murmuró y Amancio negó con la cabeza, entonces Beatriz se apartó de ellos

–Creo que necesitan tener esta conversación a solas. – Susurró Beatriz viendo como su padre parecía tener la necesidad de liberar todo lo que aquello que lo estaba atormentando. – Si me necesitan estaré afuera. – Habló colocando la mano sobre el hombro de Felipe, y después abandonó la habitación para dejarlos a solas.

–Es hora de pedirte perdón por haber permitido que una mala mujer se interpusiera entre nosotros.

Categorías
Amor en juego 2

Capítulo Final.

Las parejas llevaban cuatro días en Cafayate, cuando una mañana una de las empleadas del hotel se encargó de despertar a Julia y después a Kelly, para avisarlas que había alguien esperando por ellas en la suite principal del hotel de la bodega.

Cuando las dos amigas se encontraron en el pasillo del hotel se miraron extrañadas, porque no entendían lo que estaba pasando, pero la empleada les había asegurado que estaban preparando una sorpresa muy especial para ellas y aquella fue la única manera que tuvo la mujer para conseguir que Kelly la siguiera sin hacer demasiadas preguntas, ya que la empleada tenía terminantemente prohibido contar los detalles de la sorpresa que estaban preparando Felipe y Hugo.

La empleada del hotel abrió la puerta de la suite y cuando Julia entró se encontró con un rostro muy conocido, que esperaba por ellas.

–¡¿Bea?! – Preguntó Julia sorprendida y Kelly miró a su futura cuñada con curiosidad, pensando que a lo mejor toda la familia había decidido unirse al viaje.

–¿Qué estás haciendo aquí, Bea? – Preguntó Kelly mientras que le daba un abrazo y Beatriz se llevó las manos a la boca para intentar disimular toda su emoción.

–Bueno, lo primero que me ha traído a Argentina es la falta que me hace mi pequeña Zozo. – Contestó Beatriz haciendo un puchero, pensando en su sobrina que se había convertido en su razón de vivir. – Y el segundo es esto. – Anunció señalando la puerta de una de las habitaciones de donde empezó a salir el equipo de Beatriz, habían por lo menos unas diez personas y cada una de ellas cargaba algo en las manos que dejó a las dos amigas boquiabiertas y terminaron caminando hacia atrás hasta caer sentada en un sillón, porque estaban asombradas. Habían diez vestidos de novia, uno más hermoso que el otro.

–¡Estamos oficialmente de bodas chicas! – Exclamó Beatriz con entusiasmo y las dos la miraron sin saber que decir.

–Esos…esos… dos…

–¡Esos dos locos! – Exclamó Kelly terminando la frase que Julia intentaba decir, pero no podía. – Anda que han esperado para cometer una locura. – Se rio y Beatriz se acercó a ellas para animarlas a levantarse porque el tiempo era limitado, entonces llegó junto a Kelly y señaló los vestidos que había elegido para ella, según sus gustos. 

Cuando Kelly caminó hasta los vestidos, Beatriz se acercó a Julia y colocó la mano en su vientre sacando a la chica de su ensimismamiento.

–Para ti he traído vestidos con una talla más, porque sé que estas semanitas aquí adentro, aunque no se noten, ya te estarán provocando un pequeño bultito en la barriguita. – Susurró y Julia sonrió con timidez porque sabía que estaba hablando de su embarazo y que Hugo le había informado de su estado. 

Kelly optó por un vestido de novia sexy, de mangas largas, con un pronunciado escote en pico y una abertura en la pierna, un maquillaje sencillo con los labios pintados de rojo y el cabello recogido con apenas unos delicados pendientes de perlas como adorno y un ramo de lirios blancos, que eran los favoritos de la chica y pensó que hasta en eso Felipe había pensado.

Julia eligió un vestido de corte clásico, ajustado a la cintura con una falda lisa y una cola muy sutil, un maquillaje delicado con tonos rosados y el cabello medio recogido con sus tirabuzones sueltos. Julia recibió un ramo de rosas blancas tan delicado, como ella.

Las dos chicas tuvieron la suerte de llevar un maquillaje a prueba de agua, porque no podían dejar de llorar por la emoción y la ansiedad. Después salieron a la entrada del hotel donde Abraham y Diego esperaban por ellas, ya que Diego se encargaría de entregar a Julia y Abraham a Kelly.

–¿Cómo me veo? – Preguntó Julia a Abraham intentando controlarse las lágrimas y él recogió una de sus lágrimas mirándola con ternura.

–Extremadamente hermosa, perfecta para el día de hoy. – Murmuró Abraham y Julia lo abrazo. – Estoy seguro de que el barriobajero que te está esperando en medio del viñedo, temblando como una gallina de camino al matadero, te hará inmensamente feliz.

–Y yo estoy segura de que existe una mujer muy especial en este mundo que estará hecha a medida para un hombre tan maravilloso como tú. – Contestó Julia antes de dejar un beso en la mejilla de Abraham y él sonrió.

–Si tu otra mitad es el barriobajero de Hugo Torres, no quiero imaginar lo que tendrá la vida reservado para mí. – Habló girando los ojos y después abrió la puerta del coche que los llevaría hasta donde estaban todos esperando por las novias.

Cuando llegaron al viñedo habían algunas sillas ocupadas por toda la familia Oliveira de un lado y al otro los policías y la fiscal, eso sin contar los amigos más cercanos, incluso Camille se había presentado para estar presente aquel día y su marido Henri parecía no ver nada más en aquel lugar que no fuese a su exesposa con la niña de ambos en brazos.

El pasillo entre las sillas era amplio para que las dos amigas pudiesen caminar lado a lado para llegar hasta lo hombres de sus vidas. 

Kelly y Julia se dieron la mano mientras que a cada lado tenían a Diego y a Abraham que estaban encargados de no dejar caer a ninguna de las dos, porque ambas habían perdido el equilibrio en las piernas cuando vieron al lado del juez a sus hombres. 

Felipe y Hugo eran dos hombres hermosos y extremadamente elegantes, cada uno con su belleza y sexys a su manera, pero lo que tenían en común era el amor desmesurado que sentían por aquellas dos argentinas que habían robado sus corazones.

Todos se murieron de ternura cuando los niños caminaron delante de sus madres vestidos adecuadamente para la ocasión.

 Iker con un lindo trajecito que lo hacía parecer una mini copia de Hugo, en cambio Zoe iba vestida como una princesita guerrera. Abraham había conseguido para ella una funda pequeña para que llevase su pistolita rosa en la cintura, que era el adorno perfecto en su vestidito blanco con una acolchada falda de tutu y una preciosa tiara con diamantes incrustados, que su padre había mandado hacer especialmente para ella.

Cuando los dos amigos tuvieron a sus mujeres delante no se aguantaron las lágrimas y Eros desde su silla comenzó a burlarse de su primo, que lo miró como si quisiera matarlo.

Hugo estaba loco por acelerar la boda antes de que Julia decidiera salir corriendo, entonces ella se dio cuenta de su nerviosismo, porque podía sentir el sudor en su mano y parecía saber cuál era su miedo.

–Tranquilo Torres, solo pienso escaparme de aquí a tu lado. – Susurró y Hugo la miró embelesado, sintiendo que volvía a enamorarse un poco más de ella, si es que eso era posible. 

Los niños se encargaron de entregar los anillos y Zoe apuntó a su padre con su pistolita mientras que él ponía el anillo en el dedo de su madre y cuando el juez dijo que podían besar a las novias, Eros agarró a Zoe, Paris a Iker y todos se dieron la vuelta mientras que las parejas se reían y Eros tapó los ojitos de Zoe entre risas, para que no viera como Felipe devoraba la boca de su madre.

En cambio, Hugo se inclinó para dejar un beso en el vientre de su mujer, dejando a Felipe boquiabierto al igual que Kelly, que todavía no estaba enterada de aquella noticia.

–¡¡¡¿No me digas que habéis fabricado al otro conejito?!!! – Exclamó Felipe sorprendido y Hugo asintió con satisfacción dando un beso en su esposa. – Ah no, yo también quiero, si Papi ya hizo un bebé, la Bestia también exige uno. – Exclamó cargando a Kelly en sus brazos para sacarla de allí mientras que todos se reían.

La fiesta intima había sido preciosa, todo fue organizado dentro de la bodega y en la decoración utilizaron elementos que estuviesen relacionados con el vino para que todo encajase con el ambiente.

 Las parejas desaparecían de vez en cuando y cada vez que regresaban se dedicaban a disfrutar de la fiesta con sus amigos y familiares.

Cuando llegó el momento del baile de los novios, los niños también decidieron participar y las parejas se veían increíblemente hermosas en medio de aquel improvisado salón de baile con sus pequeños en los brazos bailando una suave melodía mientras que se juraban amor eterno.

Después de unas horas Kelly decidió buscar a su madre, y Felipe al verla tan preocupada, caminando de un lugar a otro como si estuviese buscando algo decidió acercarse a ella.

– ¿Ocurre algo nena? – Preguntó Felipe mirándola con preocupación y Kelly asintió.

–Estoy buscando a mi madre, pero no la encuentro. – Contestó mientras que Felipe la alejaba un poco de todos. – La necesito para hacer las fotos… 

Kelly se calló cuando los dos escucharon unas risas que venían de entre los enormes barriles de vino y cuando se acercaron para investigar de quienes eran, Felipe y Kelly se quedaron asombrados sin poder creer lo que estaban viendo sus ojos.

–¡¡Pero mira quien se está besuqueando a escondidas ahora, señora Aurora!!!– Exclamó Kelly viendo como su madre se perdía en los brazos de Diego y Aurora se sobresaltó al ser sorprendida en aquella situación por su hija.

–¡¡¡Qué calladito lo tenían!!!– Exclamó Felipe y Aurora se apartó de Diego con brusquedad desarrugando su vestido, entonces se giró para verlo y le pegó una bofetada, dejando al hombre aturdido.

–¡¡Viejo pervertido!! –Vociferó Aurora para intentar disimular lo que estaba pasando allí y se marchó contoneándose sin dar más explicaciones, dejando a los tres con la quijada casi en el suelo.

–Qué mujer tan difícil. – Susurró Diego tocando su mejilla que comenzaba a picar por la bofetada de Aurora.

–Si conquistar a la hija ha sido una guerra, pena me das solo de imaginar cómo será conquistar a la madre. – Bromeó Felipe y Kelly le dio un codazo mientras que Diego miraba a Aurora embobado.

Había sido una noche maravillosa noche y a pesar de sus rivalidades, los invitados habían compartido aquel momento entre amigos, en paz. Las parejas estaban más que felices, porque era un nuevo principio para ellos, el inicio de una nueva aventura que estaba determinados a vivir juntos, sin volver a permitir que nada ni nadie los volviera a separar.

Hugo y Felipe brindaron con los suyos y los dos amigos compartieron aquella mirada de hermandad y unión que solamente ellos tenían, dándose cuenta de cómo habían vivido absolutamente todo juntos, entonces Eros se acercó a ellos.

–Entonces qué, ¿los dos amigos no tienen nada que decir? –Preguntó Eros delante de todos y los dos se miraron como si estuviesen pensando exactamente lo mismo y a unísono gritaron.

–¡¡¡VIVAN LAS ARGENTINAS!!!

FIN.

Categorías
Amor en juego 2

Capítulo 103:¡¡Iker!!

Kelly y Julia estaban pasando una mañana maravillosa haciendo el recorrido por la bodega con los niños mientras que las abuelas estaban en la piscina del hotel intentando consumir toda la reserva de vino que había en la Bodega El Esteco, localizada en el pequeño pueblo de Cafayate al norte de Argentina.

–¡Después de conocer este lugar tengo algo muy claro en mi vida, quiero un viñedo! – Exclamó Kelly mirando alrededor y Julia comenzó a reírse mirándola.

–Pues no lo digas cerca de Felipe, porque estoy segura de que si él llegar a enterarse de este deseo tuyo, no tardará en concedértelo. – Contestó Julia girando la cabeza para ver a los niños que iban caminando delante de ellas dados de la mano. – Hablando de Felipe, ¿Cómo lo lleváis? – Preguntó con curiosidad y Kelly se encogió de hombros con una sonrisa tímida.

–Nos amamos y jamás dejaremos de hacerlo y esto es algo que tenemos muy claro, pero de momento nos estamos dedicando a penas a disfrutar juntos de nuestra ZoZo. – Contestó Kelly mirando a su hija con ternura. – Algunas veces hasta dormimos en la misma cama, pero con la princesa entre nosotros. – Habló sonriendo, pensando en cómo Zoe se queda dormida con facilidad en los brazos de su padre. – Felipe se está tomando muy enserio su recuperación y no quiere dar el siguiente paso hasta no estar seguro de que seremos capaces de amarnos de la manera más sana posible.

–¿Pero no menos loca, no? – Preguntó Julia y Kelly se agarró del brazo de amiga sonriendo con malicia. 

–Eso jamás, lo más emocionante de nuestras historias es todo el amor y la locura que existe en ellas. – Murmuró Kelly mientras que las dos se miraban y cuando miraron hacia adelante los niños no estaban. –¿Julia dónde están los niños? – Preguntó Kelly asustada mirando de un lado a otro, entonces las dos amigas comenzaron a buscarlos por el viñedo asustadas.

–¡¡IKER, IKER, ¿CARIÑO DONDE ESTÁS?!!– Gritó Julia angustiada corriendo por el viñedo al lado de Kelly que hacía lo mismo que ella, llamando a Zoe.

–¡¡¡Zozo mi vida, ven aquí tengo tu PIU, PIU, PIU!!! – Gritó Kelly refiriéndose a la pistolita de agua de su hija. –¡¡ZOEEE!! – Gritó desesperada cuando de repente comenzaron a escuchar la risa de los niños y la vocecita de Iker que parecía estar contento mientras que decía.

–¡¡PAPI, PAPI, PAPI!! – Repetía Iker una y otra vez con alegría, entonces las dos siguieron la voz del niño y los encontraron en medio del viñedo en los brazos de sus padres que se giraron para mirarlas mientras sonreían.

–¡Hugo!

–¡Lipe! – Exclamó Kelly acercándose a ellos y Felipe la miró haciendo un puchero mientras que Zoe saltaba en los brazos de su padre muy contenta. 

–¿Se puede saber que están haciendo aquí? – Preguntó Julia sorprendida mirando a los dos que se miraron compartiendo una sonrisa traviesa.

–No existe inauguración o temporada de fútbol capaz de mantenernos alejados de nuestras familias. – Respondió Felipe con seguridad y las dos chicas los miraron con las manos en las cinturas.

–Así es, aunque debo regresar a en una semana para el primer partido de la selección este año. – Avisó Hugo y Julia se acercó a él sonriendo con condescendencia, porque en el fondo estaba muy feliz de tenerlo allí con ellos.

–Además, que no conocemos casi nada en Argentina. – Murmuró Felipe mirando a Kelly poniendo ojitos y ella lo miró con ternura. 

–Pues entonces haremos un pequeño tour para que puedan ver lo maravilloso que es nuestro país. – Habló Julia con entusiasmo mirando a su mejor amiga con curiosidad, y los niños gritaban animados agarrados del cuello de sus padres.

Todos habían pasado un día maravilloso visitando el pueblo de Cafayate con los pequeños, disfrutando de aquel precioso momento en familia. Algunas veces Kelly y Julia veían como Hugo y Felipe las miraban embelesados, porque ninguno de los dos se podía creer que después de tanto sufrimiento, malentendidos y desencuentros, por fin estaban juntos siguiendo el camino hacia la felicidad. 

Durante la noche las abuelas se habían ofrecido a cuidar a los niños para que las parejas tuviesen algo de tiempo de estar a solas. Hugo se llevó a Julia directo a la habitación con la excusa de que no debían desaprovechar la oportunidad de fabricar otro conejito en Argentina, ya Felipe y Kelly habían decidido aprovechar el tiempo para pasear por el viñedo de noche mientras que se tomaban una copa de vino, para hablar un poco sobre ellos.

Cuando estaba muy lejos de todo, perdidos en alguna parte del viñedo, Kelly tropezó y su copa de vino se derramó en la camiseta blanca que llevaba puesta.

Felipe realmente quería ir con calma y hacer las cosas bien, pero aquella camiseta que se había transparentado con el vino no le ayudó a mantener su autocontrol, así que Felipe no se resistió a chupar los pezones de Kelly sintiendo el sabor del vino que había en ellos.

Felipe sabía que estaban solos así que decidió utilizar lo que quedaba de su copa de vino para hacer algo de provecho con ella.

Felipe le quitó el pantalón y las bragas que Kelly llevaba puestas y mojó su sexo con la copa de vino para deleitarse con sus mojados y deliciosos pliegues, llevándola al delirio.

 La pareja aprovechó la oscuridad de la noche para hacer el amor en medio del viñedo a escondidas, como si fuesen dos adolescentes sin importarse con nada.

 Entonces en aquel momento Felipe decidió que ella era la mujer de su vida y que quería que lo fuese de forma oficial, porque sabía que de nada le serviría curarse si no pudiera tener a su mujer en su vida.

Ya en la habitación del hotel, Hugo estaba acostado en su cama completamente desnudo y exhausto después de la intensa “fabricación” a la que se habían entregado Julia y él.

Hugo estiró la mano buscando a Julia y levantó la cabeza abriendo los ojos al sentir que estaba solo en la cama y cuando se giró para buscarla, la encontró cerca de la ventana completamente desnuda mientras que la luz de la luna iluminaba todo su cuerpo, entonces Hugo suspiró viendo lo hermosa que era su mujer.

–Deja de mirarla o terminarás muerta de la envidia. – Susurró Hugo y Julia giró la cabeza para verlo.

–¿Estás diciendo que envidio a la Luna, Torres? – Preguntó Julia mirándolo con curiosidad.

–No, se lo digo a la Luna, porque debe ser difícil para ella ver como una mujer tan bella como tú es capaz de acaparar todo su brillo. – Murmuró Hugo y después se levantó de la cama desnudo para abrazarla por detrás y apoyó la barbilla sobre el hombro de Julia que llevó una mano a su rostro para acariciarlo.

–Me siento completa ahora. – Suspiró Julia haciendo sonreír a Hugo, porque él se sentía igual. – Estoy con el amor de mi vida, tenemos un niño hermoso y…–Julia agarró la mano de Hugo y la deslizó por su vientre, dejándolo desconcertado. – Ahora estamos esperando a otro lindo conejito. – Habló mordiéndose el labio inferior y Hugo la giró para mirarla con un brillo en sus ojos.

–Amor crees que ya te has quedado embarazada con lo que acabamos de hacer, ¿no es necesario esperar un poco más para estar seguros? – Preguntó Hugo con expectación y Julia lo miró con ternura.

–Este conejito lleva en su hornito. – Acarició su vientre mirando a Hugo. – Desde que fuimos a Portugal.

–Pero ¿y las pastillas bebé? – Preguntó Hugo emocionado y Julia se llevó una mano a la boca para callar una risita traviesa.

–Las tiré al mar en Algarve. – Contestó Julia y Hugo empezó a llenarla de besos, después la levantó en sus brazos para llevarla de vuelta a la cama, donde repartió varios besos por su vientre y fue subiendo hasta llegar a boca para besarla. –¡Cásate conmigo Julia!

–¿Hugo me estás pidiendo que me case contigo aquí, desnudos en esta cama? – Preguntó Julia impresionada por aquel sorprendente pedido.

–Una vez te pedí que te casarás conmigo y grité mi amor por ti en medio de uno de los estadios de fútbol más conocidos del mundo, delante de millones de personas, pero cuando más me necesitaste no estuve ahí para apoyarte, para demostrarte a ti, lo mucho que te amaba, así que ahora solo me importas tú, y hacerte saber cada día lo mucho que te amo y que eres la única mujer para mí en este mundo. – Habló con tanta seguridad que Julia comenzó a llorar por la emoción. – ¿Quieres casarte conmigo, aguantar mis locuras y lo impulsivo que soy por el resto de tu vida? – Preguntó esperanzado, mirándola directamente a los ojos con una mano sobre su vientre.

–Sí, acepto porque amo cada una de tus locuras, Hugo Torres, ¡¡y porque no soy capaz de imaginar mi vida sin ti!!

Julia aceptó aquella propuesta de matrimonio sin imaginarse que en la habitación del al lado los gritos de su mejor amiga retumbaban entre las cuatro paredes volviendo loco a Felipe, de placer y de felicidad por contestar a la misma pregunta.

–¡¡SÍ…¡¡OH SÍ¡¡SÍ, SÍ Y SÍ MIL VECES SÍ!! – Gritó Kelly mientras que montaba a Felipe con ímpetu disfrutando de estar completamente unida a él. 

–Ahhh, ¿Sí que está muy bueno …Ohh… o sí que aceptas casarte conmigo? – Preguntó Felipe dándose cuenta de que no había remedio para la intensidad de aquel amor y Kelly agarró el rostro de Felipe entre sus manos viendo lo bañado que estaba en sudor.

–¡¡¡Los dos, que esto está increíble y que acepto casarme contigo!!! – Contestó Kelly con vehemencia jadeando y Felipe sonrió mirándola. –Te amo Felipe, cada pedacito de mí se muere de amor y deseo por ti.

–Te amo Kelly, te amo, te amo, te amo…Dios no sabes cuanto te amo Kelly Dumas, me tienes completamente rendido a tus pies. – Contestó mientras que llenaba la boca de su mujer de besos. – Estas hecha para mí, nena. – Entonces la levantó para ponerla en cuatro volviendo a penetrarla.

–¡Eres mi maldit* alma gemela Felipe De Oliveira! – Murmuró Kelly gimiendo de placer y los dos se entregaron a las llamas de su tan adorado infierno, dispuestos a vivir ardiendo en ellas por el resto de sus vidas.

Durante la mañana siguiente Hugo y Felipe se encontraron en el restaurante del hotel, porque ambos habían enviado un mensaje el uno al otro, diciendo que necesitaban hablar sobre algo importante.

–¡Habla tú primero Lipe! – Pidió Hugo tomando un sorbo de su café y Felipe negó.

–No hermano, él que tiene el corazón débil aquí eres tú, así que habla tú primero. – Lo animó Felipe y se ganó una mirada de reproche cuando mencionó lo del corazón de Hugo y comenzó a reírse.

–Insisto…

–No, de ninguna manera Hugo, tú primero.

–Qué no, hombre, que cuentes lo tuyo primero.

Los dos se miraron dándose cuenta de que ninguno cedería, entonces decidieron soltar a la vez.

–¡¡ME CASO!! – Exclamaron Hugo y Felipe a unísono y después se quedaron boquiabiertos.

–¡¡Es oficial, estas dos nos tienen cogidos por los huevos, estamos enamorados perdidos por ellas!! – Bromeó Hugo y los dos empezaron a reírse

–No me lo puedo creer, hermano, vamos a casarnos con las mujeres de nuestras vidas. – Habló Felipe maravillado por saber que tanto él como su mejor amigo estaban realizando el mismo sueño, entonces se abrazaron emocionados.

–Deben estar muy locas para que aceptar casarse con dos locos como nosotros dos y tan brutos. – Habló Hugo riéndose con Felipe, pero después de unos segundos la sonrisa de los dos se borró.

–Hugo, ¿y si deciden cambiar de idea? – Preguntó Felipe pensativo y Hugo se preocupó, porque por miedo a que las chicas decidieran entrar en razón.

–Si no les damos tiempo para pensar, no cambiarán de opinión. – Se aventuró Hugo y los dos sonriendo con malicia mirándose, después se salieron corriendo casi tropezándose por donde pasaban por0que tenían apenas unas horas para hacer un par de llamadas y organizar el día más feliz de sus vidas.

Categorías
Amor en juego 2

Capítulo 102: Es una Guerrero.

Un mes después Zoe jugaba en el jardín con Iker mientras que sus padres se habían apartado un rato de ellos para tomar unas cervezas y así descansar un poco después de haber estado horas jugando con los niños.

–¡Muy bien cariño, enseña al conejito que tú eres una cazadora! – Exclamó Felipe viendo como

Zoe iba detrás de Iker amenazándolo con su pistolita de agua y Hugo le dio un codazo suave. – ¡¿Qué?! – Preguntó mirando a su amigo. – No me mires con esa cara porque es la verdad, mi hija es toda una Oliveira. 

–¡¡Es una Guerrero!! – Exclamó Abraham saliendo al jardín, llamando la atención de los dos amigos, que se miraron girando los ojos.

–¿Qué hace el pitbull con cara de princeso aquí? – Preguntó Felipe mirando a Hugo que se encogió de hombros. 

–No tengo ni idea, este metiche siempre está en todas partes, aparece de la nada sin que lo inviten. – Se quejó Hugo y Abraham lo miró molesto.

–¡Esta es mi casa payaso, así que ustedes dos son los que sobran aquí! –Exclamó Abraham acercándose a ellos.

–¡Es mi casa también, ahora vivo aquí con la abuela duquesa! – Replicó Hugo mirándolo con fastidio.

–Porque eres un aprovechado igualado, que ha utilizado un documento para meterse en mi casa. – Escupió Abraham frunciendo el ceño, pero su rostro se iluminó cuando Zoe le apuntó con la pistolita, diciendo “Piu, piu, piu” – Está bien princesa, ya no me meteré con tu progenitor. – Contestó levantando las manos en señal de rendición y la niña comenzó a reírse, haciéndolos derretirse con tanta ternura. 

–¡¡Eres hermosa mi niña, papi te ama!! – Vociferó Felipe mirando a Zoe embelesado.

–¡¡Nuestra niña!!– Exclamaron Abraham y Hugo a unísono, después se miraron entre ellos y resoplaron con fastidio.

–¿Quieren unas pipas? – Preguntó Abraham enseñando una bolsita con pipas de girasol y los dos amigos se miraron entre ellos encogiéndose de hombros.

–¡¿Por qué no?!

–Sí, no estaría mal. 

Contestaron los dos metiendo la mano en la bolsita de pipas y después los tres se sentaron en el sillón del jardín para ver a los niños jugar, como si fueran amigos de toda la vida, aunque Felipe y Abraham seguían discutiendo sobre que era Zoe, ¿Una Oliveira o una Guerrero?

 Diego salió de la casa con cara de quien ocultaba un enorme secreto, caminando en la dirección de su hijo, pero al ver que Hugo lo miraba intrigando decidió cambiar de dirección y unirse a los niños para jugar con ellos, para así evitar las preguntas de su hijo que empezaba a sospechar de las repentinas desapariciones de su padre.

Después de un rato Julia salió al jardín acompañada de Kelly y las dos abuelas, que parecían estar muy animadas con sus planes. Kelly se paró en la entrada mirando a Felipe boquiabierta al ver como estaba vestido.

–¡Lipe, ¿se puede saber que estás haciendo vestido con una falda de tutu, que te queda enana?! – Vociferó Kelly viendo como Felipe bailaba al lado de Zoe haciendo de bailarina mientras que la niña cantaba utilizando la pistolita de agua como si fuese un micrófono y los demás comenzaron a reírse.

–Zozo me ha apuntado con la pistolita de agua para que me la pusiera, tuve que obedecerla. – Contestó Felipe sonriendo y Kelly lo miró embobada al ver como tenía las gafas un poco mojadas, porque su hija le había disparado con la pistolita que era su juguete favorito.

Kelly se llevó una mano a la cintura y otra a la cabeza riéndose mientras que se preguntaba como iba hacer para controlar a Zoe, porque estaba claro que tenía a todos dominados. 

Hugo miró a Julia con curiosidad, ya que su mujer estaba muy sonriente y él sabía que algo estaría planeado en su cabecita.

–¿Cuál es el motivo de tanto entusiasmo? – Preguntó Hugo con curiosidad mientras que Julia miraba como Kelly ayudaba a Felipe a quitarse la falda de tutu. 

–Pues que hemos decidido hacer un viaje a Argentina con los niños, pero solamente las mamás y las abuelas. – Contestó Julia con una enorme sonrisa y Hugo frunció el ceño molesto. – Queremos que los niños conozcan nuestra tierra y su cultura, que se familiaricen con ella.

–¿Y por qué papá no puede ir? – Preguntó Hugo disgustado y Felipe se cruzó de brazos con el ceño fruncido mientras que Kelly le limpiaba las gafas.

–Pues porque los papás tienen compromisos importantes. – Contestó Kelly colocando las gafas en el rostro de Felipe. – Tú tienes que volver a entrenar para el inicio de la temporada y Felipe tiene la inauguración del nuevo casino, así que no pueden acompañarnos en este momento y nosotras queremos aprovechar las fechas para viajar. 

–¡No quiero estar lejos de mi hija! – Contestó Felipe con desagrado y Kelly suspiró con cansancio. 

–Será apenas una semana, así que no exageres. – Replicó Kelly y Felipe se giró para ver a Zoe haciendo un puchero, pero asintió al igual que Hugo, porque los dos sabían que ellas tenían razón, los dos estarían muy ocupados durante la semana siguiente.

–Bueno, está bien lo acepto, pero que te quede claro que estaré llamando cada media hora. – Afirmó Hugo con seriedad y Julia asintió dejando un beso en sus labios.

–También podemos hacer unas videollamadas especiales durante la noche, ya sabes, para darnos las buenas noches. – Susurró Julia en el oído de Hugo y él se mordió los labios solo de imaginar qué clase de videollamadas serían.

Estaban todos distraídos comentando los detalles del viaje a Argentina cuando el teléfono de Abraham comenzó a sonar con insistencia y Julia vio su cara de preocupación al mirarlo antes de contestar la llamada, entonces él se apartó del resto de la familia para buscar algo de privacidad.

Abraham contestó la llamada del director de la prisión donde estaba Tony y Julia decidió seguirlo para saber si estaba todo bien, porque nada la angustiaba más que ver a Abraham Guerrero preocupado, pero cuando entró al salón pudo ver en la cara de Abraham que no le estaban dando una noticia muy agradable, entonces se acercó a él para esperar que colgara la llamada.

–¿Va todo bien Abraham? – Preguntó Julia mirándolo con preocupación y Abraham acarició el rostro de la chica para tranquilizarla.

–Tengo que ir a la prisión donde está Tony, hasta que no llegue allí no podré contestarte a esa pregunta. – Respondió Abraham y Julia lo miró angustiada.

–No me digas que su abogado ha conseguido liberarlo Abraham – Preguntó Julia con nerviosismo. – Te dije que no debiste alargar el tiempo de espera para el juicio, porque el conseguiría la forma de salir libre. – Habló Julia indignada y Abraham negó con la cabeza, aunque era cierto que él, con la ayuda de Amaya, habían encontrado la forma de retrasar el juicio de la sentencia de Tony, porque Abraham quería torturarlo un poco más.

–No sé si puedo llamar libertad lo que ha logrado Tony, Julia, pero no es de la forma que tú crees. – Contestó Abraham y Julia lo miró con incomprensión, pero como no podía contestar a todas sus preguntas se marchó para ir a la prisión donde estaba encerrado el futbolista.

Cuando Abraham llegó a la prisión Elena lo estaba esperando en la entrada, caminando de un lado a otro pensativa. 

–Me sorprende verte aquí tan pronto, porque ayer cuando me marché ni siquiera podías pararte de la cama. – Bromeó Abraham mirándola con malicia y Elena se rio recordando la noche que habían pasado juntos. 

–Y todavía me tiemblan las piernas Guerrero, pero las obligaciones son lo primero, así que aquí estoy para ver que habrá hecho este ser tan repugnante. – Contestó Elena haciendo una mueca de asco y los dos entraron en la prisión, donde el director del lugar esperaba por ellos.

–¿Así que se suicidó sin que nadie pudiese impedirlo? – Preguntó Abraham con incredulidad y el director asintió.

–Los presos que estaban en la celda de enfrente sí que lo vieron, pero decidieron asistir al espectáculo sin hacer nada. – Contestó el director indicándoles que pasarán delante de él para ir a la celda de Tony.

–¿Tony todavía está en la celda? – Preguntó Abraham girando la cabeza para ver al director con el rabillo de ojo.

–Pensé que sería mejor no moverlo antes de que lo vieras. – Respondió el director con indiferencia.

Cuando los tres llegaron a la celda de Tony, Abraham encontró el cuerpo de Tony desnudo con el vestido rojo enrollado en el cuello del futbolista. Tony lo había utilizado para ahorcarse enganchándolo a la pequeña ventanilla con rejas que había en lo alto de unas de las paredes de la celda. 

–Ahora que está muerto jamás conseguiremos justicia para las víctimas, el muy cabrón se ha librado. – Contestó Elena suspirando con cansancio y Abraham negó con la cabeza.

–En algunas religiones consideran que no existe nada peor que la muerte, y que al otro lado existe un infierno, así que prefiero aferrarme a esa idea y en cuanto a las víctimas, bueno, Pujols no era el único que les debía algo. – Contestó Abraham con un tono frío sin dejar de mirar el cadáver de Tony. – El representante de Tony también fue un verdugo para aquellas mujeres, al igual que los médicos, periodistas y hasta policías que se vendieron para ayudar a ocultar los crímenes de este miserable. – Abraham se giró para ver a Elena y continuó. – Así que esta búsqueda por la justicia está apenas empezando, puedes estar tranquila. Ahora vámonos de aquí, porque lo único que quiero es olvidar la cara de esta porquería de ser humano y avisar a Julia que podrá dormir tranquila y pasar página ahora que Tony Pujols está muerto.

Categorías
Amor en juego 2

Capítulo 101: Correcto o perfecto.

–¿Estás realmente seguro? Porque si no recuerdo mal hace unos días estabas decidido a no hacerlo. – Preguntó Eros un par de semanas después, sentándose al lado en una silla al lado de la cama de Felipe en la clínica privada de Suiza, donde realizarían su operación.

–Tenía miedo, pero más miedo tengo de ser un lastre para mi hija. – Murmuró Felipe y Eros bajo la cabeza pensando en la pequeña, que era el nuevo miembro de la familia Oliveira. – Para mí sería una tortura vivir sin poder verla y que esto sea lo único que pueda ver ella de mí. Zoe se merece tener un padre de verdad, que pueda jugar con ella, cargarla en sus brazos sin la ayuda de nadie, protegerla cuando tenga miedo y ahora mismo yo no soy capaz de protegerme ni a mí mismo.

–Sé que es una operación complicada, pero yo también prefiero que lo hagas primo. – Contestó Eros colocando la mano sobre el hombro de Felipe y este puso la suya sobre la de su primo. – No sabes lo feliz que me hace saber que la nueva princesita de esta familia te ha devuelto las ganas de vivir. 

–Más que eso, primo. – Respondió Felipe con seguridad. – Zoe me hace querer ser mejor persona, más fuerte. Ni siquiera puedo ver a mi niña y aún así ella me ha devuelto toda la fuerza que había perdido y incluso me agregó más, ahora me siento capaz de hacer cualquier por ella y para ella.

–¿Y cómo están las cosas con su madre? – Preguntó Eros con curiosidad y Felipe se encogió de hombros.

–Ahora mismo somos apenas los padres de Zoe y nada más. – Contestó Felipe con una sonrisa triste. – La amo con todo mi ser y creo que jamás en mi vida seré capaz de volver a amar a otra mujer como la amo a ella. Kelly es de esas mujeres que tiene la capacidad de romper cualquier caparazón, por más duro que sea, y llegar a tu corazón para ponerlo del revés para adueñarse de él. No sé si eres capaz de entenderme, pero con ella me gustaría vivir hasta el más cursi de los cuentos de hadas. – Murmuró sonriendo y Eros esbozó una media sonrisa, porque conocía muy bien ese deseo. – Pero nuestro amor no nos hace bien a ninguno de los dos en este momento. Zoe se merece tener unos padres equilibrados y Kelly y yo cuando estamos juntos somos la más fuerte de las tormentas y la palabra cordura desaparece de nuestros diccionarios.

–¡Señor, ya tenemos todo preparado! – Anunció una enfermera y Eros levantó la cabeza para mirarla asintiendo y cuando la mujer los dejó solos. 

Eros ayudó a su primo a acomodarse en la cama para que se lo llevarán, entonces Felipe agarró la mano de su primo que estaba en su brazo de repente y Eros lo miró con curiosidad.

–Sí esta operación no sale bien y me quedo peor de lo que estoy…

–Puedes estar tranquilo Lipe, si eso llegará a pasar estaré ahí para pegarte un tiro en la frente. – Contestó Eros ya sabiendo cuál sería el pedido de Felipe. 

–Y sí llego a morir, cuidad de mi hija como si fuera tuya. – Pidió Felipe con el corazón en la mano, porque le aterrorizaba morir sin poder ver a Zoe, pero más miedo le daba vivir intentando imaginar el rostro de su hija y jamás poder llegar a ver el brillo de sus ojos.

–Aunque no te mueras en esta operación lo haré, Zoe es sangre de mi sangre y estoy dispuesto a protegerla con mi vida si es necesario, pero si llega a pasarte algo estaré siempre a su lado y el de su madre. – Murmuró y Felipe giró la cabeza en la dirección de donde venía su voz con el ceño fruncido.

–No te atrevas a acercarte a mi mujer o te juro que regresaré del maldit* infierno para arrancarte los huevos. – Respondió Felipe molesto y Eros comenzó a reírse, porque ni en aquella situación su primo era capaz de dejar a un lado los celos.

–Pues acabas de darme un buen motivo para pasar cada noche velando su sueño. – Bromeó Eros y escuchó a su primo gruñir, entonces unos enfermeros entraron a la habitación para llevarse a Felipe. – No te preocupes por la operación primo, te aseguro que todo saldrá bien, lo sé porque estaré ahí apuntando con la pistola a la cabeza del neurocirujano.

Después de que se llevasen a Felipe al quirófano, Eros salió al pasillo donde Hugo, Julia, Kelly y el resto de la familia Oliveira esperaban sin hacer ruido.

–¿Estás seguro de qué no sabe que estamos aquí? – Preguntó Hugo con expectación y Eros negó con la cabeza.

–Ni siquiera se lo imagina. – Aseguró Eros con seguridad. – Cuando me llamó Felipe, me pidió que esto fuera un secreto, pero algo me decía que él necesitaría todo el apoyo de las personas que le quieren. – Habló y después dio unos pasos para seguir a Felipe al quirófano, porque estaba más que dispuesto a estar presente durante la operación para “animar” al médico que la realizaría, pero Paris puso una mano en su pecho para detenerlo y Eros lo miró intrigado.

–¿Se puede saber a dónde vas hermanito? –Preguntó Paris mirándolo, como si conociera muy bien las intenciones de su hermano mayor.

–Pues estaba pensando en dar una motivación especial al doctor. – Contestó Eros mirando la mano de Paris en su pecho y después levantó la cabeza para mirarlo a la cara. –¿Por qué, tienes la intención de j*der mi programa de motivación personal?

–¡Por supuesto que no! –Exclamó Paris riéndose. –Lo que tengo es la intención de ser parte de él. – Aclaró levantando la camiseta para enseñar la pistola que llevaba en su cintura y los hermanos sonrieron con malicia, después se marcharon al quirófano.

Kelly daba vueltas por el pasillo preocupada mientras que Julia intentaba todo lo posible por calmarla, entonces Hugo se acercó a ellas para hablar con Kelly.

–Puedes estar tranquila Kelly, Lipe ha demostrado ser una persona mucho más fuerte de lo que esperábamos, verás que saldrá todo bien. – Habló Hugo con un tono tranquilizador y Kelly se mordió los labios por el nerviosismo.

–Tiene que salir todo bien, Hugo. – Contestó Kelly agarrando una taza de café que le estaba entregando Julia. – Por fin la vida nos ha dado una oportunidad a todos para dejar el pasado atrás y finalmente ser felices, así que solo quiero que Felipe también pueda disfrutar de esta felicidad con nuestra hija. – Murmuró y pensó que también quería que hubiese una oportunidad para ellos dos, pero no quería decirlo en voz alta, ya que todavía se sentía avergonzada por haberlo mantenido tanto tiempo alejado de Zoe.

Todos seremos felices, de esto puedes estar segura mi vida. – Contestó Julia y Kelly la abrazó. – Estaría bien hacer una videollamada a los niños mientras que esperamos, porque estarán volviendo locos a los abuelos en el hotel. – Sugirió con entusiasmo y los demás asintieron, buscando un lugar tranquilo para llamar a los pequeños.

La operación había tardado horas, algunos hasta terminaron durmiendo en los asientos de la sala de espera, porque ninguno quería abandonar el hospital sin antes saber que Felipe estaba bien.

Cuando lo llevaron a la habitación Kelly y Beatriz fueron las que se quedaron con él. A pesar de la poca relación que habían tenido, las dos pasaron un buen rato sentadas al lado de la cama de Felipe, agarradas de la mano. 

La situación de Felipe y Zoe habían sido motivo suficiente para unir a dos de las tres mujeres de la vida de Felipe Herráez y lo único que querían Kelly y Beatriz era verlo bien. 

Durante la madrugada el marido de Beatriz había logrado convencerla de regresar al hotel para descansar y Kelly la animó diciendo que se encargaría de Felipe, ya que ella no pensaba apartarse de él.

Kelly había pasado toda la noche a su lado y hasta se quedó dormida agarrada a la mano de Felipe, pero cuando los primeros rayos de sol entraron por la ventana la chica abrió los ojos y lo primero que hizo fue levantarse para ver cómo estaba Felipe, pero al ver que estaba todavía dormido decidió sentarse otra vez en la silla, sin dejar de mirarlo mientras que acariciaba su rostro.

–Despierta mi amor, despierta por favor, por nuestra hija y por nosotros. – Susurró Kelly llorando, sintiendo un aprieto en su corazón, porque hasta que Felipe no despertase no podrían saber si la operación había salido realmente bien, aunque todo indicará que así había sido. – Despierta porque te necesitamos, en realidad siempre te he necesitado, mucho antes de conocerte mi corazón deseaba estar contigo y ya no puedo vivir sin ti, no puedo vivir sin este amor de locos que tenemos. Me gusta la increíble capacidad que tienes de ser la tormenta y la calma en mi vida. Amo sentirme segura en tus brazos y a la vez tan atraída por ese lado oscuro que tienes. – Kelly se dio una bofetada mental pensando en lo que estaba diciendo, pero sabía que era la verdad. – Ya, ya sé que estoy medio loca por decir esto, pero es la verdad, amo todo de ti y me sentía mal pensando que esto no era lo correcto, porque eso quería alejarme de ti, pero ahora entiendo que lo nuestro no tiene porque ser correcto o perfecto, que no está mal amarte sabiendo que puedes ser un ángel y un demonio al mismo tiempo. Lo único que importa es que eres el hombre que el destino preparó para mí, con todos tus defectos y virtudes, que eres mi hombre Felipe y prefiero vivir en tu infierno, antes que llevar una vida en paz, pero frustrada por no tenerte a mi lado. Y si te da miedo por nuestra pequeña, no te preocupes, encontraremos la forma de liberar tus demonios apenas entre cuatro paredes, donde solo yo pueda verlos y amarlos. – Murmuró Kelly sonriendo y bajo la cabeza recordando los buenos momentos que habían vivido juntos.

–¿Solo entre cuatro paredes? – Preguntó Felipe con la voz soñolienta y Kelly levantó rápidamente la cabeza para mirarlo. – Pensé que te había gustado lo del yate, no estuvo mal liberar mis demonios en alta mar.

–¡¿Estás despierto?! – Preguntó Kelly sobresaltada y lo vio sonreír. 

–Desperté hace un rato sintiendo tu perfume y me entraron unas ganas enormes de matar a Eros por no mantener la boca cerrada, pero ¡j*der nena! Pensaba que no había forma de que me hicieras más feliz después de darme la noticia de que soy padre, pero escucharte decir todo esto hace que me sienta el hombre más afortunado sobre la tierra. – Confesó Felipe tragando en seco, completamente emocionado. – Yo también amo nuestro infierno, Kelly Dumas. – Contestó Felipe con una enorme sonrisa y Kelly se emocionó por sus palabras. 

Kelly se levantó para llenar el rosto de Felipe con sus besos y llamó a Eros, para avisarle que su primo había despertado, que no tardó en entrar a la habitación para ver que estaba pasando. Después de ayudar a Felipe a incorporarse en la cama con la ayuda de una de las enfermeras, llamaron al médico para avisar que él había despertado.

Felipe se movía y se comunicaba con total normalidad, a pesar de estar todavía un poco mareado por toda la medicación que le habían dado, también sentía unos fuertes dolores de cabeza, que según el doctor seguirían siendo parte de su vida durante unos meses, ya que la operación había sido muy delicada y su recuperación sería lenta.

–Estás perfecto Felipe, así que creo que ya podemos quitarte el vendaje de tus ojos para ver cuanto puedes ver y la sensibilidad que tienes en los ojos en este momento. – Habló el médico delante de Felipe, sentado en una banqueta igual que la suya mientras que alrededor estaban todos mirándolos con expectación.

Felipe escuchó como la banqueta del médico se arrastraba, como si estuviese levantándose de ella y después sintió unas manos temblorosas que comenzaron a quitarle poco a poco el vendaje que estaba alrededor de su cabeza. 

La expectación de todos era palpable y Felipe temblaba por el miedo que le daba todavía seguir ciego, pero cuando el ventaje se quitó por completo Felipe apretó sus parpados con fuerza antes de abrirlos, armándose de valor, pidiendo a Dios que la operación hubiese servido para devolverle la vista. Después abrió los ojos poco a poco intentando adaptarse a la luz que entraba en la habitación.

Cuando Felipe logró adaptarse a la claridad se dio cuenta de que veía todo un poco borroso y que delante de él había un hombre que le resultaba extremadamente familiar sentado en la otra banqueta y se sobresaltó cuando este le puso unas gafas que lo ayudaron a ver con claridad la cara de felicidad de su mejor amigo, que lo miraba con los ojos acristalados.

–Hola hermano. – Murmuró Hugo emocionado y los labios de Felipe temblaron por la alegría de volver a ver, antes de contestar.

–Hola mi hermano. – Contestó y los amigos se abrazaron entre lágrimas, pero después de unos segundos Hugo se apartó de él, porque sabía que no era lo más importante que debería ver Felipe en aquel momento.

–¿Estás listo para convertirte en el hombre más feliz y orgulloso de este mundo? – Preguntó Hugo con expectación y Felipe metió los dedos por debajo de las gafas para limpiarse las lágrimas, después miró a su amigo con interrogación.

Hugo señaló con la mirada a alguien que estaba detrás de Felipe, entonces él se giró para ver quien era y se encontró con el rostro empapado en lágrimas de Kelly mientras que cargaba a su pequeña Zoe en los brazos y Felipe comenzó a llorar poniéndose de pie para caminar hasta a ellas.

–Mira Zozo, mira a papi. –Habló Kelly con un tono suave señalando a Felipe y Zoe lo miró con curiosidad estirando la manita para tocarlo. – Hola Lipe. –Murmuró Kelly cuando Felipe se paró delante de ellas mirándolo a los ojos y Felipe dejó un beso en su frente mientras que acariciaba la cabecita de su hija.

Felipe miraba a Zoe embelesado, porque para él era la niña más hermosa que había visto en su vida y era exactamente igual a él, era un pedacito hermoso de él. 

–Hola princesa, finalmente papi puede ver lo hermosa que eres mi pequeña Zoe. – Murmuró Felipe y Kelly le entregó a Zoe.

Felipe levantó a Zoe en sus brazos completamente enamorado de su pequeña y fue como si toda la oscuridad que había en su vida hubiese desaparecido en aquel instante. Entonces Felipe sintió en aquel momento mientras que abrazaba a su hija que no había exagerado en decir que ella le había dado algo más que ganas de vivir. 

Felipe estaba dispuesto a ser mejor persona por su hija y cuando miró a la madre de su pequeña pensó que estaba dispuesto a hacerlo por las dos, así que también abrazó a Kelly con su Zoe entre ellos, que miraba extrañada a sus padres mientras que lloraban por la enorme felicidad que había llenado sus corazones.