¿Alguna vez te has sentido atraída por un profesor?

Pues a quien no ha tenido esa suerte, no sabe lo que se pierde.

¿Podrías imaginar qué sucedería si en vez de tomarlo como algo normal y típico que puede sucederle a cualquiera, hicieras hasta lo imposible porqué sepa que existes, que lo quieres y lo deseas desnudo, sudado encima de ti, enterrándose dentro de tu húmedo sexo cómo un animal salvaje desesperado por devorar sexualmente a su hembra?

Camila Ayala no sabía que tenía tanto talento para la poesía erótica hasta que conoció a su profesor de Literatura, Diego González.

Él no sabía que podía obsesionarse con una de sus alumnas hasta que unos mensajes anónimos, en su correo electrónico, hicieron más que incendiar la pantalla de su computador.

“Anónimamente le escribe poemas eróticos a su profesor de Literatura, sin saber que él ya sabe que se trata de ella.”

Las invito a arder juntas al calor de la hoguera,
para incendiarnos de ganas convirtiéndonos en aire,
avivando el deseo para derretirnos en agua extasiadas,
por los incontrolables sismos de pasiones.