Veinte cuatro horas después el placer de haber hecho sufrir a la culpable del estado de Felipe desapareció en el pasillo de aquel hospital, que parecía un verdadero cementerio. Todos estaban en silencio, algunos lloraban y otros aguantaban la rabia que estaba sintiendo callados mientras que escuchaban los lamentos y el llanto de Felipe en la habitación, después de haber despertado en un mundo nuevo para él, completamente a oscuras.
–¡¡¡Nooo, noooo, noooooo…NOOOOO!!! – Gritó Felipe desesperado mientras que su hermana lo abrazaba para intentar calmarlo. –¡¡¡ Bea no puedo ver, no veo nada!!!
Beatriz lloraba a su lado mientras que Kelly estaba parada delante de su cama abrazando su propio cuerpo, sin decir ni una sola palabra. Ella pensaba que sería mejor estar callada para que Felipe no supiera que estaba presente, ya que eso podría alterarlo todavía más. Kelly se tapaba la boca para ahogar su llanto mientras que veía la mirada aturdida de Felipe, que miraba en su dirección sin poder verla, sin poder imaginar que ella estaba tan cerca.
Hugo se puso a su lado para intentar calmarlo, pero era imposible, Felipe estaba desconsolado. Entonces los médicos decidieron sedarlo, porque necesitan ponerle una venda en los ojos por la sensibilidad que tenían en aquel momento, pero en el estado en el que se encontraba era prácticamente imposible acercarse a él.
Después de forcejear con los enfermeros, lograron ponerle un calmante a Felipe y Beatriz se acercó a Hugo que la abrazó con fuerza mientras que veían como Felipe se quedaba dormido poco a poco y Kelly solo había podido quedarse con su nudo en la garganta al verlo tan mal, sin poder hacer absolutamente nada para ayudarlo.
Beatriz intentó convencerla a la salir de la habitación para descansar, pero ella negó con vehemencia sentándose en una silla al lado de la cama de Felipe mientras que agarraba su mano, pidiendo a Dios que le diera fuerzas para superar toda aquella situación, hasta que se quedó dormida con la cabeza sobre la cama sin soltar la mano de Felipe.
Kelly despertó después de un rato al escuchar un susurro y un aprieto suave en su mano. Cuando ella levantó la cabeza pudo ver que Felipe estaba despierto a pesar de que no podía ver sus ojos por el vendaje y un nudo subió otra vez a su garganta cuando él la confundió con su hermana.
–Bea…tengo…tengo sed. – Murmuró Felipe con la garganta seca apretando la mano que estaba entrelazada con la suya y Kelly se levantó de la silla para servirle un vaso con agua, sin decirle nada.
Kelly llenó el vaso con agua y después regresó al lado de Felipe para ayudarlo a incorporarse un poco para beber el agua, pero cuando se acercó Felipe pudo sentir el olor de sus cabellos y la apartó con brusquedad, porque reconocía muy bien aquel olor. Kelly se asustó dejando caer el vaso mirándolo aturdida.
–¡Vete! – Ordenó Felipe pasando algo de saliva por la garganta, intentando hacer un esfuerzo para poder hablar. – ¡¡Vete de aquí Kelly, vete!! – Ordenó y Kelly intentó tocar su mano, pero Felipe la volvió a apartar.
–Felipe, estoy aquí para estar a tu lado. – Murmuró Kelly con tristeza y lo vio negar con la cabeza. – Todo estará bien mi amor, estaremos juntos en estos y nuestra…
–¡VETE ¡– Gritó Felipe apretando los dientes con rabia. – ¡¡No quiero tu pena, quiero que te marches de aquí, que sigas con tu put* decisión de continuar tu vida sin mí!! – Ordenó con rabia y Kelly comenzó a llorar con desesperación, porque no sabía como calmarle. – ¡¡¡Dijiste que no era capaz de hacer a nadie feliz, y si no lo era antes, ahora mucho menos!!!
–Por favor, Felipe, tienes que escucharme, tengo algo importante que decirte…
–¡¡No quiero escuchar nada de ti, no pienso permitir que me vuelvas a romper el corazón otra vez!!!– Vociferó Felipe llevándose una mano a la cabeza porque sentía que se mareaba y Kelly intentó tocarlo, pero él volvió a apartarla. – Vete de aquí Kelly, fui capaz de soportar tus rechazos, pero no tu pena. ¡Desaparece de mi vida, no quiero volver a saber de ti! ¡¡Ve a ser feliz como tanto querías y deja en paz a este hombre que nunca ha sido digno de tu amor!!
–Mi amor, quiero estar contigo y tengo que contarte algo, pero debes calmarte primero…
–NOOO QUIERO ESCUCHAR NADA, DESAPARECE DE MI VIDA, ¡¡¡DÉJAME EN PAZ!!!– Gritó Felipe completamente descontrolado y los enfermeros entraron rápidamente a la habitación, seguidos de Eros y Beatriz que miraban toda la escena angustiados mientras que Kelly lloraba con desespero, viendo como los enfermeros intentaban inmovilizar a Felipe para volver a sedarlo. – ¡Vete de aquí Kelly, te libero de mí, ya puedes seguir con tu vida, vete y olvídame de una buena vez! – Volvió a gritar y Eros abrió un poco más la puerta de la habitación indicando a la chica que debería marcharse de allí.
–Le obligaste a respetar tu decisión una vez, así que ahora respeta la suya y desaparece de su vida. – Ordenó Eros y Kelly caminó hacia la puerta con el corazón en la mano, sintiendo que se rompía en mil pedazos y cuando llegó a la puerta volvió a girarse para ver a Felipe por última vez, respiró profundamente y después se marchó, dándose cuenta de que no era solamente Felipe el que hacía daño en aquella relación, ella también lo había hecho.