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Amor en juego

🔒 Capítulo 90: La señora bonita.

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Felipe caminaba con pasos acelerados por el centro de Madrid mientras que caía una lluvia torrencial sobre su cabeza. Tenía la intención de llegar lo más rápido posible a su oficina, más que nada porque le quedaban apenas unos minutos para una reunión importante con sus socios y tendría que cambiarse antes de verlos, porque justamente ese día había tenido una reunión cerca de su oficina con el arquitecto y decidió ir caminando, con la intención de despejar un poco su cabeza con el paseo.

Cuando de repente el teléfono móvil de Felipe comenzó a sonar mientras que él iba por la calle sujetando el maletín sobre su cabeza y sacar el teléfono en aquel momento no era una buena idea, pero podía ser una llamada importante, así que resopló con fastidio maldiciendo y como pudo sacó el teléfono de su bolsillo. 

Cuando Felipe vio en la pantalla del móvil quién lo estaba llamando, se quedó paralizado en medio de calle bajo la lluvia y con la mano mojada contestó aquella llamada con ansiedad.

–¿Kelly? – Preguntó Felipe sin importarse con el hecho de que se estaba mojando entero.

–Hola Felipe, ¿puedes hablar o estás muy ocupado ahora? – Preguntó Kelly intentando disimular el nerviosismo que había en su voz.

–Para ti jamás estoy ocupado. – Contestó Felipe con una enorme sonrisa, feliz por escuchar la voz de su amor. – ¿Te encuentras bien, necesitas algo? – Preguntó con preocupación.

–Felipe, te llamo porque quería saber si podemos vernos en alguna parte, necesito hablar contigo sobre algo muy importante. – Respondió Kelly y Felipe bajó la cabeza preguntándose que sería tan importante para que Kelly quisiese hablar con él. – Creo que es ahora de que hablemos sobre nosotros dos.

–Sí mi vida por supuesto, cuando y dónde tú quieras, solo tienes que decirme y ahí estaré. – Contestó Felipe con entusiasmo después de escuchar como Kelly le decía que quería hablar sobre ellos y su corazón se llenó de esperanzas.

–No sé si recuerdas el restaurante en el centro que tanto me gustaba. – Murmuró Kelly pegando más el teléfono a su oído para escucharlo mejor, porque se notaba que Felipe estaba en calle, ya que podía escuchar el aire mezclado con el sonido de la lluvia. 

–Sí, por supuesto que lo recuerdo, El Ramón Freixa. – Contestó Felipe entusiasmado. – Recuerdo perfectamente lo mucho que te gustó cuando fuimos a cenar allí en nuestra primera cita como pareja. – Habló con nostalgia recordando aquellos tiempos en los que habían sido felices juntos.

–Pues no veremos allí mañana en la noche para cenar, cuando tenga la reserva te la envío por mensaje. – Avisó Kelly tragando en seco por los nervios y después se despidió. – Que tengas un buen día Felipe.

–Que tengas un buen día mi amor. – Respondió Felipe con un tono dulce y después colgó la llamada. 

Felipe estaba tan feliz que comenzó a saltar de felicidad en medio de la calle, sin importarse con el agua de la lluvia que lo estaba empapando de la cabeza a los pies, solo podía sonreír y mirar al cielo mientras que daba las gracias por aquella posible oportunidad. 

Kelly dejó salir todo el aire que estaba guardando en sus pulmones, mirando la pantalla de su teléfono móvil preguntándose si había tomado la decisión correcta.

–Cariño debemos irnos o llegaremos tarde. – Habló Aurora entrando a la habitación de su hija. –¿Estás bien cariño? – Preguntó mirándola extrañada y Kelly asintió forzando una sonrisa.

–Sí mamá, podemos irnos ya, aunque sinceramente no sé lo que haremos en esa reunión del té en el club. – Se quejó Kelly girando los ojos.

–María Eugenia no estará presente porque se ha ido a Portugal con Julia, Hugo y los niños, entonces iremos para representarla mi vida, ya que muchas de las señoras que estarán presentes son benefactoras de la Asociación que fundó María Eugenia. – Explicó Aurora mientras que agarraba la cartera de su hija, que estaba sobre la cama para entregársela. – Ahora vámonos que está tarde y somos las anfitrionas, no podemos llegar tarde.

Aurora sacó a Kelly de la mansión casi arrastras, porque de verdad no le apetecía estar rodeada de mujeres esnobs que solamente ayudaban a los más necesitados para quedar bien y no por amor al prójimo.

–¿Entonces estarán presentes las mujeres más importantes de alta sociedad madrileña? – Preguntó Kelly con curiosidad mientras que iban en el coche hasta el club.

–Así es mi vida. – Contestó Aurora mirando por la ventana pensativa. –¿Quién lo iba a decir verdad? Nosotras que hace casi dos años éramos apenas unas inmigrantes, ahora estamos organizando fiestas la gente elegante. – Habló Aurora girándose para mirar a su hija y Kelly bajó la cabeza recordando todo lo que habían pasado en aquel país.

Las dos recibieron a las invitadas con todo el protocolo y después de un rato ya estaban completamente cómodas con las invitadas. Habían muchas más de lo que Aurora había previsto para la reunión y no podían ocuparse de todas. 

Kelly se divertía y explicaba sobre el funcionamiento de su empresa a las chicas más jóvenes que parecían estar muy interesadas en aprender ella, estaba tan distraída que no se dio cuenta que había en el lugar una invitada en especial que no apartaba la vista de ella mirándola con desprecio.

Algunas de las mujeres invitaron a Aurora a posar junto con ellas para uno de los fotógrafos que estaban presentes. Al principio Aurora rechazó la oferta por timidez, pero su hija la animó a hacerlo.

Aurora posó con varias señoras de familias adineradas, al principio con un poco de timidez, pero no tardó en relajarse y disfrutar del momento de descontracción cuando de repente un hilo de su vestido se enganchó en la pedrería de la prenda de otra mujer rompiéndolo un poco.

Kelly prontamente se acercó a su madre para ayudarla y las dos se fueron al baño para intentar arreglar el vestido bajo la mirada de Pilar que había sido invitada a aquella reunión, pero al ver a Kelly decidió mantenerse alejada aprovechando que llevaba puesto un pañuelo de diseñador que la ayudaba a mantener un poco recubierto su rostro.

Cuando Pilar las vio alejarse en dirección al baño no dudó en ir detrás de ellas, porque recordaba muy bien a la chica y lo peor la forma como Felipe la miraba aquella mañana en la terraza del hotel donde los había encontrado y pensaba aprovechar la situación para soltar todo su veneno contra la chica.

Kelly y Aurora se reían en el baño de toda la situación mientras que Kelly buscaba una forma de impedir que el vestido de su madre se rompiera un poco más, entonces la chica decidió aprovechar el momento para contarle a su madre lo que había decidido.

Pilar se había cruzado con una conocida que comenzó a hablarle sobre trivialidades sin parar, hasta que la mujer se cansó y decidió alejarse de la otra invitada sin decirle nada, dejando a la mujer atrás hablando sola. Pilar estaba determinada a decirle cuatro cosas a Kelly para intentar apartarla de Felipe, pero cuando abrió un poco la puerta del baño se quedó estupefacta al escuchar las palabras de Kelly.

–Mamá creo que es hora de que Felipe sepa la verdad de que tenemos una hija. – Habló Kelly mirando a su madre a través del espejo y Aurora se giró para verla sorprendida.

–¿Cariño estás segura de esto? – Preguntó Aurora mirándola fijamente y Kelly asintió. – Pensaba que te preocupaba la seguridad de Zoe, hija. 

–Y me preocupaba mamá, pero no puedo mantener a mi hija alejada de Felipe por suposiciones y por mis miedos. – Contestó Kelly con seguridad. – No podría confiar en Felipe para darle una segunda oportunidad cuando se trata de nosotros porque ya lo he vivido antes, sé lo mucho que puede llegar a hacer daño, pero puede que con Zoe sea diferente y mi hija se merece conocer a su padre. – Murmuró y Aurora la abrazó.

–Sabes que estoy aquí para apoyarte en todo lo que haga falta mi amor, y creo que tienes razón, mi niña tiene derecho a conocer a su padre. Además, que Zoe sea parte de la vida de Felipe, no significa que tú sí. – Habló Aurora mirando a su hija detenidamente y podía ver en su mirada que todavía estaba enamorada de Felipe.

–Lo sé y de verdad espero poder mantenerme alejada, pero…

–Pero lo amas y sabes que no será una tarea fácil, ¿verdad? – Preguntó Aurora acariciando el rostro de su hija y Kelly asintió. 

–Lo amo mamá, pero también quiero ser feliz sin tener que sentir miedo o que Felipe tenga otro episodio de ira, es muy difícil no sentirme segura al lado del hombre que amo y espero de verdad que la experiencia de Zoe con su padre sea diferente. – Contestó Kelly con los ojos cristalizados. 

–No es lo mismo la relación de hombre y mujer que de padre e hija, así que mejor tengamos fe. –Habló Aurora reconfortando a su hija y Pilar se apartó de la puerta del baño echando humo.

–No, no puede ser, Felipe no puede tener una hija. – Murmuró Pilar para sí misma furiosa. – Una hija de Felipe no es solamente una hija, es también una heredera más y eso no lo puedo permitir. –Escupió asqueada abandonando el lugar.

Pilar sacó la llave de su coche y se quitó el pañuelo de cabeza levantando la mirada para ver como todavía seguía chispeando y se montó en su coche enfurecida. Entonces agarró su teléfono móvil para llamar al camarero del restaurante del hotel donde había encontrado a Felipe con Kelly, que era uno de sus informantes y amante.

–¡¡Walter!!– Exclamó Pilar furiosa cuando el chico, que era veinte años más joven que ella, contestó la llamada. 

–Mi señora bonita, ¿en que la puedo ayudar? – Preguntó el chico con un tono malicioso y Pilar giró los ojos.

–¡¡¿Cómo qué en que me puedes ayudar estúpido?!!– Vociferó Pilar con rabia. – Hace tiempo que te pedí información sobre la zorra que estaba desayunando con mi hijastro y todavía no me has dado nada.

–Pero mi señora bonita, llevo días llamándola y usted no me ha contestado. – Murmuró el chico y Pilar se relajó un poco pensativa, porque era verdad que había estado con teléfono móvil apagado.

–Tienes razón, es que estuve enferma unos días. – Contestó resoplando con cansancio.

–¿Y está bien mi señora bonita? – Preguntó el chico con preocupación y Pilar tragó en seco pensando en su situación, pero no pensaba contárselo, porque tarde o temprano se enteraría por su propia cuenta.

–Sí, estoy perfectamente bien. Ahora suelta todo lo que sabes sobre la zorra.–Lo apremió Pilar y cuando el chico comenzó a soltar la lengua sobre todo lo que había descubierto sobre Kelly, Pilar giró su cara para ver el club sonriendo con malicia.

Pilar había llegado tarde al club porque estaba con uno de sus amantes, entonces no fue recibida por las anfitrionas como las demás y tampoco sabía que estaba haciendo Kelly en aquel lugar.

–Esto es mucho mejor de lo que pensaba Walter. – Contestó Pilar recostándose en su asiento mirando hacia adelante con una sonrisa en su rostro.

–¿De verdad que le ha gustado saber esto mi señora? – Preguntó el chico extrañado. – No es por nada, pero es la protegida de la Duquesa de Lugo.

–Exactamente por eso me hace tan feliz tener esa información, Walter, por la zorra no es la única persona que la duquesa protege, ella también tiene a otro protegido que puede llegar a ser la pieza llave de mi plan.

–¿Y que piensa hacer ahora? – Preguntó Walter con curiosidad.

–Pues prepararme para montar una actuación digna de un Oscar, querido.

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