Hugo miraba a la niña preguntándose como reaccionaría Felipe si llegará a descubrir que tenía una preciosa bebita idéntica a él y Hugo sintió un aprieto en su corazón cuando recordó cómo se había sentido cuando Julia le dijo que su hijo no había nacido.
–Felipe tiene derecho a saber que tiene una hija, Kelly. –Murmuró Hugo sin apartar la vista de Zoe.
–¡¡No, no tiene que saberlo, no quiero que Felipe se acerque a mi hija!!–Exclamó Kelly nerviosa y Zoe comenzó a llorar.
–Kelly, por favor. –Murmuró Julia acercándose a su amiga al ver que su nerviosismo estaba afectando a Zoe.
–¡Debiste decirme que él estaba viniendo a esta casa Julia, has arriesgado a mi hija! – Espetó Kelly mirando a su mejor amiga molesta mientras que balanceaba a Zoe para intentar calmarla. –No tenías que haberme omitido esto, tenía derecho a saberlo.
–Pensaba contártelo para que estuvieras al tanto, pero estoy segura de que Hugo no le dirá nada a Felipe. –Aseguró Julia girándose hacia Hugo y este le lanzó una mirada acusatoria que llamó la atención de Kelly.
–¡Sabes que no es cierto Julia, irá directamente a contarle todo a Felipe y no pienso quedarme aquí esperando a que él venga a buscar a Zoe! –Afirmó Kelly con vehemencia y Julia frunció el ceño con incomprensión, al igual que Hugo. –Me iré muy lejos de aquí si es necesario…
–¡No! – Vociferó Hugo interrumpiéndola y Kelly lo miró con desconfianza. –No le diré nada a Felipe te lo juro, pero no te vayas de aquí con la niña. –Habló suplicando con la mirada y Kelly abrazó a su hija con más fuerza, porque Zoe no dejaba de llorar. –¿Cómo se llama? –Preguntó y ella miró a Julia que solo la incentivó a contestar con la mirada.
–Se llama Zoe. – Contestó con desconfianza sin dejar de balancear a su hija.
–¿Tú quieres a mi hijo verdad? –Preguntó Hugo y Kelly lo miró con incomprensión.
–Por supuesto que sí, quiero a Iker como si fuera mío. –Afirmó con seguridad y Hugo sonrió con tristeza porque estaba seguro de que Felipe hubiera dicho lo mismo sobre su hijo.
–Entonces sabes lo que significa Zoe para mí. –Murmuró Hugo y Kelly se mordió los labios con impotencia mirando a Iker, porque sabía muy bien a lo que se refería Hugo. –Mi lazo con Felipe está roto, pero jamás dejará de ser importante para mí y su hija siempre tendrá un lugar en mi corazón al igual que él. Déjame tenerla en mis brazos, solo por un momento.
Kelly miró a Julia y a Hugo sin saber que hacer mientras que Zoe lloraba dejándola cada vez más nerviosa. Kelly no confiaba en Hugo, pero algo le decía que sus palabras eran sinceras y que él sentía por su niña lo mismo que ella por Iker, entonces le entregó a Zoe.
Hugo recibió a la pequeña en sus brazos y sus ojos se cristalizaron por la emoción. Él caminó hacia la ventana con Zoe balanceándola en sus brazos y comenzó a hablarle de los pajaritos para distraerla, hasta que la niña se calmó mirándolo con curiosidad.
–Hola princesita, yo soy tu tío Hugo. Todavía no nos habíamos conocido, pero quiero que sepas que no me iré de tu vida y que te voy a querer muchísimo, si tu mamá me lo permite claro. –Susurró Hugo sujetando a Zoe en sus brazos y la niña levantó su pequeña manita para tocar su rostro con curiosidad y él casi se derritió con tanta ternura, entonces Iker se agarró a los jeans de su padre tirando de él para llamar su atención. –Qué sí hijo, que te quiero a ti también.
Hugo se agachó con la pequeña en sus brazos y la colocó en la alfombra al lado de Iker para que pudieran jugar. Hugo los miraba embelesado viendo como la pequeña parecía tener a su hijo comiendo de la palma de su mano, porque le entregaba todos los juguetes que le pedía sin protestar.
Kelly los miró aguantándose las ganas de llorar, porque era escena muy bonita, pero después miró a Julia con reproche y salió de la sala, entonces su amiga la siguió hasta el salón para poder hablar con ella y darle una explicación.
–Tenía derecho a saberlo Julia, no debiste engañarme de esta forma. –La reprochó Kelly caminando de un lado a otro por el salón, con las manos en la cabeza. – ¡No me esperaba esto de ti!
–Pensaba contártelo Kelly, sobre todo ahora que…bueno…que he decidido darle una segunda oportunidad a Hugo. – Murmuró Julia mordiéndose el labio inferior con expectación y Kelly giró la cabeza con brusquedad para mirarla.
–¡¿Qué?!– Se escandalizó Kelly y Julia la agarró de la mano para que se sentará con ella en el sillón. –¿Julia de verdad quieres arriesgarte con él? –Preguntó con incredulidad y la vio sonreír con condescendencia.
–Prefiero arriesgarme que volver a estar sin él, no puedo luchar contra lo que siento por Hugo. –Contestó bajando la cabeza, moviendo las manos sobre su regazo con ansiedad. –Casi lo perdí y no tienes idea del dolor tan grande que sentí cuando lo vi en la cama de aquel hospital. En aquel momento saqué todo el rencor que llevaba dentro y lo único que quedó en mi corazón fue el amor que siento por él. Sé que es difícil de entender después de todo lo que me hizo Hugo.
–En verdad no es tan difícil de entender. –Murmuró Kelly y Julia la miró intrigada. –Me acosté con Felipe en Segovia. – Confesó avergonzada bajando la cabeza.
–¡Lo sabía! –Exclamó Julia y Kelly la miró con reproche.
–¡Julia!
–No me mires con esa cara, yo estaba segura de que algo tenía que haber pasado entre vosotros. –Afirmó Julia cruzándose de brazos.
–¿Sabías que Felipe estaba en la gala? –Preguntó Kelly cruzando sus brazos al igual que su amiga. –Tú le has invitado, ¿verdad?
–Por supuesto que no, no soy tan traidora, pero Hugo me contó que Felipe estaba en la gala y me pareció muy extraño que cuando regresé no mencionaste nada sobre él. – Explicó Julia y Kelly hizo un puchero. –No entiendo por qué te has acostado con él, pero no puedes permitir que conozca a Zoe.
–Por que ya lo hice una vez Julia y recuerda todo lo que me hizo. –Contestó Kelly con la voz rota. – No confiaba en nadie Julia, pero confié en Felipe cuándo prometió ayudarme, dándome trabajo e intentó violarme, después decidí volver a confiar en él y me trató como si fuese una prostituta, me hizo pasar el mayor miedo de mi vida Julia, y esto sin contar las humillaciones. – Murmuró mientras lloraba y su amiga la abrazó. –No sé que sería capaz de hacer esta vez, lo amo con toda mi alma, es algo que no puedo negar, pero no puedo exponer a mi hija a él, a esos demonios que tiene en su vida. Jamás me perdonaría si algo le llegará a pasar a Zoe. – Aseguró y Julia la abrazó para reconfortarla, después se quedó pensativa durante unos minutos hasta que Kelly se calmó.
–¿Entonces habéis estado todos los días que estuvisteis encerrados en el palacio de Segovia, haciéndolo? –Preguntó Julia mirándola de reojo con curiosidad y la vio asentir.
–Sí y no sabes cuanto agradezco por llevar un DIU puesto, sino a estas alturas Zoe ya hubiera sido promovida a hermana mayor. –Habló Kelly riéndose mientras se limpiaba las lágrimas. – Quiero que seas feliz Juls y nuestro pequeño también, así que, si tu felicidad está al lado de ese bruto, no puedo hacer nada más que no sea respetar tu decisión. – Habló con sinceridad y Julia la abrazó con fuerza dejando un beso sobre su cabeza.
–Y yo estaré aquí para apoyarte en cualquier decisión que tomes, sabes lo mucho que te quiero y que solo deseo que seas feliz, sin importar con quién. –Murmuró Kelly abrazándola.
Después las dos regresaron a la sala de juegos y no pudieron aguantarse la risa cuando encontraron a Hugo tapándose la nariz maldiciendo mientras que los niños se reían dando palmitas.
–¡¡Estos dos se han puesto de acuerdo!!–Exclamó Hugo frunciendo la nariz. – ¡¡Dios, esto huele asqueroso!!– Se quejó mientras que las dos amigas se reían de él viendo como los niños saltaban a su alrededor.
Julia y Laura se llevaron a los niños para cambiarlos y Hugo se quedó a solas con Kelly. Ella se sintió incomoda porque podía ver en su cara que le quería decir algo, pero que se estaba aguantando las ganas.
–Si no hablas terminarás explotando. – Murmuró Kelly mientras que recogía los juguetes de los niños y Hugo se acercó para ayudarla.
–Me gustaría poder visitar a Zoe también. –Pidió Hugo con un tono suave mirándola por el rabillo de ojo y Kelly lo miró desconcertada sin saber que decirle. – Felipe es como mi hermano, tú bien lo sabes y para mí sería imposible mantenerme alejado de Zoe ahora que sé que existe.
–Por mí no hay problema, pero Felipe no debe saber nada sobre mi hija. –Habló con firmeza y Hugo se mordió la lengua para controlar las ganas que tenía de decirle que lo que estaba haciendo era muy cruel, entonces se acercó a Kelly y la miró directamente a los ojos.
–No soy quien para decirte lo que debes o no hacer con tu hija, tu eres su madre y pienso respetar tu decisión de mantenerla alejada de Felipe, pero debes saber que jamás estaré de acuerdo con esto. –Afirmó Hugo y Kelly lo miró con interrogación. –No sabes lo que Felipe fue capaz de hacer por creer que su bebé había muerto.
–¡Sí lo sé Hugo, sé que Felipe intentó suicidarse y eso es un motivo más para mantenerla alejada de él, porque Felipe no está bien emocionalmente! – Habló Kelly con vehemencia y Hugo bajó la cabeza respirando profundamente porque en el fondo sabía que ella tenía razón.
–¡Felipe te ama Kelly, y estoy seguro de que jamás volverá a hacerte daño si le das una oportunidad!
–Tiene gracia que lo digas, porque fue justamente eso lo que me dijo Felipe una vez y ya sabemos como terminamos todos por su culpa. –Espetó Kelly indignada. – Felipe es una amenaza para él mismo Hugo y no pienso permitir que también lo sea para mi hija.
–¡Puede que Zoe sea la cura que Felipe tanto necesita, Kelly! Lo que más le destrozó de lo que pasó con Pilar fue saber que su hijo tuvo que morir por la ambición de otra persona y contigo le mató la culpa de saber que habías abortado porque él te había dejado sola y desamparada. –Habló Hugo agarrándola por los brazos con suavidad para mirarla a los ojos. – Sí tú fuiste capaz de romper las barreras de su corazón, imagínate lo que podría llegar a hacer tu hija en su vida, lo que él estaría dispuesto a hacer por ella. No te presiono para que vayas corriendo y le digas toda la verdad, pero espero que recapacites y que te des cuenta de que Zoe es la salvación de Felipe. –Habló con seguridad y después dejó un beso en su frente. – ¡Y Gracias!
–¿Por qué me das las gracias? –Preguntó Kelly con curiosidad.
–Por darme otro motivo más para ser feliz, al igual que Iker tiene dos mamás, Zoe tiene dos papás, aunque uno de ellos no sepa que ella existe. –Afirmó Hugo con una sonrisa orgullosa y Kelly esbozó una sonrisa tímida.
–¡Para mí el otro no cuenta, pero debes saber barriobajero que en verdad Zoe tiene tres padres, porque para mí esa niña también es mía! – Afirmó Abraham entrando a la sala de juegos interrumpiendo a los dos y Hugo giró los ojos resoplando con fastidio.
–¡Lo que me faltaba, ha regresado el pitbull con cara de princeso! –Se quejó Hugo y Kelly no pudo aguantarse la risa al escuchar como se refería a Abraham mientras que él se acercó a Hugo para encararlo.
–¡Pobre de mi hija, con dos padres así dudo mucho que podrá tener novios! –Habló Kelly poniendo los ojos en blanco y los dos se giraron con brusquedad para mirarla.
–¡Por supuesto que no! –Exclamaron los dos a unísono.
–¿Se puede saber que estás haciendo tú aquí? –Preguntó Hugo mirando a Abraham sacando pecho.
–Debemos prepararnos para el juicio de Tony, así que he regresado para comenzar a preparar nuestro plan de ataque, pero no he venido solo. – Afirmó y Hugo lo miró intrigado, entonces Abraham señaló la puerta por donde Julia llegaba agarrada del brazo de un hombre de unos cincuenta años muy bien cuidado y de una bella mujer muy elegante. – Torres te presento al Comisario Tristán Herrera y a nuestra querida fiscal, Amaya Navarro.
Hugo estrechó la mano de Amaya, pero cuando llegó la vez del Comisario algo en el hombre llamó su atención. Tristán tenía unos ojos que para Hugo eran extremadamente familiares.
–¿Ahora cuál será el siguiente paso? –Preguntó Julia acercándose a Kelly y a Amaya que ya estaban agarradas una de la otra y tanto la fiscal como los dos policías se giraron hacia Hugo.
–¡Es hora de hacer una visita a la Mansión Torres! –Contestó Abraham sonriendo con satisfacción, compartiendo con el comisario una mirada cómplice.