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Amor en juego

Capítulo 77: Perfecto.

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–No puedo estar contigo así sin más Felipe, no después de todo lo que ha pasado entre nosotros. –Murmuró Kelly mientras que Felipe deslizaba la lengua por su cuello.

–No te pido que me ames Kelly, ni que me perdones, por lo menos no ahora. Tú quieres esto y yo también, no tenemos porque resistirnos. Déjame dar a tu cuerpo el placer que tanto necesita. –Murmuró con su voz ronca mirándola a los ojos.

–No Felipe, tengo que presentar el proyecto junto a la ministra. –Suspiró intentando apartase de él, pero Felipe la abrazó con más fuerza.

–¡Será rápido y lo disfrutarás, te lo prometo! –Murmuró Felipe con la voz ronca. –Déjame follarte nena, sabes que lo necesitas tanto como yo.

Kelly dejó de resistirse cuando sintió la dureza de Felipe rozando su sexo, hasta llegó a pensar que con apenas ese roce sería suficiente para que llegará al orgasmo. Ella llevaba tanto tiempo sin él que con tan solo probar sus labios ya estaba al borde de un abismo de placer.

Felipe se arrodilló delante de ella dispuesto a idolatrar a su diosa y con parsimonia comenzó a subir su vestido, disfrutando de ver cada trocito de su piel que él iba desnudando, hasta que llegó al centro de Kelly y lo miró como si fuera el mejor manjar que había sobre la tierra y él estaba hambriento.

 Felipe repartió varios besos por los muslos de Kelly, que se retorcía disfrutando del calor de su boca y deseando tenerla en su lugar más íntimo.

Kelly gimió cuando Felipe levantó una de sus piernas para admirar su sexo en todo su esplendor y lo escuchó gruñir de placer, viendo lo húmeda que estaba su mujer, entonces pasó la lengua entre los pliegues resbaladizos de Kelly que gimió alto de placer bajando la mirada para ver como Felipe la devoraba.

Felipe lamía y chupa su clítoris mientras que Kelly presionaba su sexo cada vez más en la boca hambrienta que estaba entre sus piernas. Era increíble sentir como la lengua de Felipe jugaba con toda su intimidad, dejándolo empapado. Felipe lamía su clítoris haciéndola gritar de placer y cuanto más alto lo hacía, más él aumentaba el ritmo de sus lametazos, era como tener un látigo en su vagina.

Kelly abrió todavía más sus piernas para darle a Felipe total acceso a su sexo hinchado y mojado mientras que lo miraba con lujuria. Entonces él introdujo dentro de ella dos dedos, apenas dos dedos que la hicieron gritar porque estaba acostumbrada a sus delicados dedos, pero no a los de Felipe. Él continuó lamiendo su clítoris manejando sus dedos dentro de ella con maestría y Kelly se derramó restregando su sexo en la boca de su hombre. 

Felipe estaba fascinado, no se perdió ni una sola gota de la liberación de su mujer, lamió hasta sus muslos para limpiarla. Después cuando ya podía mantener el equilibrio ella caminó hasta la enorme mesa que había en el centro de la sala, mirándolo fijamente mientras que Felipe sintió como si estuviera siendo observado por una leona dispuesta a devorarlo.

Kelly se sentó en la mesa y subió su vestido abriéndose de piernas para Felipe que la miró embelesado, entonces él caminó hasta a ella lentamente quitándose la chaqueta de su esmoquin, la pajarita y desabotonando su camisa blanca, revelando su torso bien marcado. Kelly pudo ver las venas hinchadas que bajaban por aquella deliciosa V mientras que Felipe desabrochaba su cinturón abriéndose, y abría el pantalón.

Kelly se humedeció los labios, viendo el bulto en su entrepierna que anunciaba la bestial erección que tenía Felipe preparada para ella. Antes de llegar a Kelly, él sacó su miembro duro, con sus venas bien marcadas y lo empuñó masturbándose para la chica, que al ver la punta mojada de su dureza sintió su sexo palpitar por el deseo de tenerlo.

–¿Lo quieres dentro de ti? –Murmuró Felipe mojando el clítoris de Kelly con el líquido preseminal que salía de su poll*. – Pídeme que te folle y lo haré sin piedad, pero me lo tienes que pedir. – Murmuró acercándose a la boca de Kelly para lamerla y la sintió levantar las caderas para sintiendo la calidez de su miembro.

–¡¡Fóllame Felipe, quiero que me folles ahora!!–Exigió Kelly entregándose a su beso lleno de lujuria.

Kelly chupaba la lengua de Felipe con posesividad y él se empujó dentro de ella de una sola vez haciéndola gritar. Después Kelly volvió a besarlo y mordió su labio cuando aquel enorme trozo de carne comenzó a penetrarla con ímpetu.

 Felipe gruñía de placer y dolor sintiendo como la vagina mojada de su mujer lo apretaba y sus uñas se clavaban en sus brazos con cada estocada que le daba mientras que Kelly gritaba de placer pidiendo más.

Felipe la miró a los ojos mientras la penetraba disfrutando de esa conexión tan primitiva que tenían en el sexo, ni siquiera cuando estaban bien sabían lo que era hacer el amor, ellos solo disfrutaban follando duro. Entonces Kelly lo vio sonreír con malicia bajando los tirantes de su vestido para desnudar sus pechos redondos, con sus maravillosos pezones endurecidos que tanto adoraba. Felipe se llevó los dedos a la boca para humedecerlos y después apretó uno de los pezones de Kelly con ellos, viendo como ella echaba la cabeza hacia atrás disfrutando del placer de ser follada por él.

–¡¡¡Aahh eso así me gusta joder…Ahh me encanta tu coñ* mojado tragando toda mi poll*!!!– Gruñó Felipe moviéndose dentro de ella, con su miembro entero enterrado entre los pliegues resbaladizos de su mujer. 

Kelly estaba perdida en placer mientras que Felipe la penetraba como una bestia en celo, pero en medio de aquel placer también había rabia, una excitación atroz que se mezclaba con la ira, entonces ella le pegó una fuerte bofetada que hizo el rostro de girarse Felipe.

 Cuando Felipe volvió a mirarla, encontró en ella la lujuria personificada y esto lo excitó aún más. Entonces él la agarró del cuello y sacó su miembro casi por completo para después volver a empujarse con brusquedad dentro de ella haciéndola gritar.

–¡¡¿Esto es lo que quieres, quiere que te folle así?!!–Preguntó pegando su frente a la de Kelly empujándose dentro de ella sintiendo sus paredes resbaladizas que suplicaban cada vez más por su poll*, que pedían más y más de él.

Kelly chupó los labios de Felipe cuando su sexo apretó toda la extensión de su miembro y la tensión en su vientre anunció la llegada de un violento orgasmo y se corrió para él otra vez mientras que Felipe no dejaba de follarla como loco buscando su propia liberación y cuando sintió los flujos de su mujer mojando su miembro se enterró hasta el fondo de su vagina, para llenarla con su liberación y Kelly pudo sentir como su miembro pulsaba dentro de su estrecho agujero hasta derramar la última gota de semen.

Felipe se apartó de Kelly cuando la respiración de los dos volvió a la normalidad y comenzó a vestirse para volver al salón principal mientras que ella intentaba hacer lo mismo con sus piernas que parecían haber perdido toda la fuerza. Kelly pensó en salir de la sala sin decirle nada, pero Felipe la detuvo.

–Sal de mi camino Felipe, lo que pasó aquí se queda aquí. Ahora apártate que necesito ir al baño. –Habló Kelly volviendo a abrir la puerta, pero Felipe la cerró de golpe. – ¿Qué piensas que estás haciendo?

–¿No dijiste que tenías que presentar tu proyecto en unos minutos? –Preguntó Felipe sin detonar ninguna emoción en su voz.

–Así es, por eso tengo que ir al baño cuanto antes para poder subir al escenario con la ministra.

–¡Perfecto! –Afirmó Felipe sacándola de la sala y Kelly lo miraba aturdida sin entender lo que estaba haciendo.

–¡¡Felipe no puedo regresar al salón en estas condiciones!!–Hablaba Kelly intentando soltarse de él mientras que levantaba la cola de su vestido para no caerse porque todavía le costaba sentir sus piernas y entonces se quedó en estado de shock cuando vio a donde la estaba llevando. –¡¡¿Te has vuelto loco?!!–Exclamó Kelly cuando entraron al salón mientras que él iba tirando de ella, intentando actuar con normalidad llevándola hasta el escenario.

–¡¡Sí estoy loco, loco por ti Kelly Dumas!!–Susurró Felipe en su oído mientras que Kelly miraba a la ministra que ya estaba en el escenario esperándola. –Así es como marco mi territorio, ahora vas a subir a este escenario no solamente sintiendo el dolor en tu vientre provocado lo que te acabo de hacer y de lo que hemos disfrutado los dos, sino que también pensarás en mí sintiendo como todavía me llevas entre tus piernas. Cuando estés ahí arriba hablando sobre tu proyecto mientras pronuncies cada palabra sentirás como ese líquido espeso baja por tus muslos mojándolos y recordarás lo que sentiste mientras te follaba, recordarás cada gemido y desearás sentirme otra vez dentro de ti. –Murmuró viendo como los labios de Kelly temblaban mientras lo miraba. 

En verdad no le hacía falta todo esto, solamente aquel tono dominante en su voz ya la tenía excitada otra vez, entonces Felipe la empujó suavemente al escenario y vio cuando la ministra le entregó un micrófono que Kelly tardó en recibir porque todavía tenía su mirada puesta en el hombre que había acabado de volver a resucitar las mariposas en su interior.

Julia vio a su amiga subir al escenario y fue la primera en aplaudir orgullosa viendo a su mejor amiga lista para demostrarles a todos la mujer tan inteligente y empoderada que era, entonces se dio cuenta de que Kelly estaba rara, como si estuviera incómoda con algo, pero disimulaba muy bien para quienes no la conocían, pero Julia sabía que algo estaba pasando.

Kelly se desenvolvía muy bien presentando el proyecto que ayudaría a tantas personas en una situación vulnerable, sobre todo a mujeres solas y madres solteras de todas las nacionalidades para que tuvieran un puesto de trabajo seguro y que respetará todos sus derechos mientras que Felipe la observaba orgulloso. 

Julia la escuchaba orgullosa todo lo que decían, pero en un momento buscó a Abraham con la mirada para ver donde estaba y lo vio caminar de un lado a otro en la terraza del palacio con una expresión sombría en su rostro.

Julia salió para saber que le estaba pasando y él se detuvo mientras hablaba por teléfono para mirarla. Ella se dio cuenta de que hablaba con Elena y que estaba muy nervioso, entonces cuando Abraham colgó la llamada Julia se acercó a él.

–¿Qué ocurre Abraham, te veo muy preocupado? –Preguntó Julia con angustia porque era muy difícil verlo de aquella manera.

–¡Tengo que volver a Galicia ahora mismo, tendrás que perdonarme nena, pero no puedo seguir aquí porque ellos me necesitan allí! –Se disculpó Abraham agarrando el rostro de Julia entre sus manos.

–¿Tan grave es la situación? ¿Alonso se encuentra bien? –Preguntó Julia con preocupación y lo vio negar con la cabeza.

–Con lo que ha pasado dudo mucho que pueda estar bien, no te puedo contar todavía los detalles de lo que ha sucedido, pero necesito irme. –Contestó Abraham y Julia entendió que debía ser algo relacionado con los Oliveira.

–Claro Abraham vete, pero por favor mantenme informada. –Habló Julia entiendo que se debía tratar de una situación muy delicada, entonces Abraham dejó un beso en su frente para marcharse y ella lo agarró del brazo. –¡Prométeme que te vas a cuidar, necesito saber que estarás a salvo!

–Estaré bien Julia, te lo prometo. –Respondió Abraham agarrando las manos de Julia entre las suyas y las besó, después se marchó.

Julia se quedó en la terraza preocupada por él, entonces una mano sobre su hombro llamó su atención y se giró encontrándose con la mirada preocupada de Hugo.

–¿Estás bien bebé? –Preguntó Hugo viendo lo angustiada que estaba y la vio asentir, pero él sabía que no era cierto porque había visto como ella se había despedido de Abraham. – ¿Le pasa algo a tu amigo? ¿Por qué es solo tu amigo verdad?

–Hugo por favor, este no es el momento para hablar de estas cosas…

–Lo sé, pero necesito saberlo, tengo que saber si sientes algo por el pitb…por el policía. –Habló Hugo con nerviosismo pasando la mano por su cabeza.

–Lo quiero y mucho, Abraham es muy importante para mí. –Contestó Julia intentando alejarse de él, pero Hugo la pegó a su cuerpo.

–Pero no lo amas, sé que no lo amas. –Murmuró Hugo acariciando el rostro de Julia y ella lo empujó enojada.

–¡¡¿Qué estás esperando Hugo?!!–Exclamó Julia abriéndose los brazos exasperada. –¿Esperas que te diga que no lo amo, porque te sigo amando a ti? ¿Es esto lo que quieres escuchar?

–No hace falta que lo digas bebé, porque todavía lo puedo ver en tus ojos. –Contestó Hugo abrazándola y pegando su frente a la de ella. – Sé que me amas y yo todavía me muero por ti Julia Rivarola y “mil apellidos más”–Murmuró y ella no pudo evitar reírse, pero cuando Hugo estaba listo para besarla el teléfono móvil en la cartera de Julia comenzó a sonar y ella no dudó en contestar cuando vio quien la llamaba mientras que Hugo la miraba asustado al ver como se palidecía. Cuando Julia colgó la llamada Hugo se acercó a ella agarrando su rostro.

–¿Qué pasa amor?

–Iker. –Murmuró Julia y Hugo se puso pálido.

–¿Qué le pasa a mi hijo?

–Dice mi abuela que tiene mucha fiebre, que no quería preocuparme mientras estuviera aquí, pero que ahora está muchísimo peor. –Contestó ella con los ojos cristalizados sintiéndose culpable por no estar con su hijo. –No puedo seguir aquí, tengo que regresar a Madrid.

–¡Vámonos a ahora mismo, nuestro hijo nos necesita! –Habló Hugo con vehemencia llevándola hasta la entrada, donde Julia le pidió a la encargada de la gala que le informará a Kelly sobre la situación y que un chofer se quedaría para esperarla mientras que la mujer entregaba los abrigos de ambos.

–Señora no creo que sea prudente marcharse ahora mismo, por lo que hemos escuchado muchas personas se están quedando tiradas en las carreteras por esta borrasca. –Habló la mujer y Julia miró a Hugo con preocupación.

–Tranquila estaremos bien, ahora vámonos. Cuanto antes salgamos de aquí mejor. –Afirmó Hugo para tranquilizarla y la encargada los vio subirse al coche deportivo de Hugo.

 Entonces la mujer miró alrededor viendo como todo ya estaba cubierto por una capa gruesa de nieve y volvió a mirar la carretera por donde se habían ido, pero el coche ya había desaparecido en medio de la nieve que caía.

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