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Amor en juego

Capítulo 64: ¡Por favor cuídate!

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Un año después.

Vigo, Galicia.

Abraham salió al jardín dónde Kelly y Julia estaban jugando alegremente con sus bebés y sonrió al verlas, finalmente después de tanto sufrimiento las chicas habían encontrado la felicidad. Julia se preparaba cada día para ocupar su lugar en la nobleza española y Kelly había comenzado su popio negocio. Cada una había encontrado un objetivo para sus vidas y desmostraban cada día que eran grandes mujeres, destinadas a realizar grandes cosas. Él las miraba embelesado fijándose bien en los niños que eran físicamente opuestos a sus madres.

 Zoe con unos mechones castaños oscuros que eran del mismo color de sus ojos y Iker, rubio con los ojos verdes y su marquita en el brazo. Abraham sabía que eran verdaderas copias de sus padres, pero no le importaba, sobre todo cuando se trataba de Iker, él sentía de cierta forma que el niño también era un poco suyo. Entonces se acercó a las mamás y se quejó cuando vio lo que Iker tenía en sus manos.

–¿El conejito todavía no puede sostenerse bien de pie y ya tiene un balón en las manos? –Preguntó Abraham mirando como Iker intentaba agarrar el balón de fútbol entre sus manitas y Julia se encogió de hombros.

–Puedes estar seguro de que intentamos apartarlo de este balón por todos los medios, pero ayer en la noche hasta tuve que dejarlo en la cuna con él, sino comenzaba a berrear. –Contestó Julia mordiéndose los labios mientras que Abraham levantaba al bebé en sus brazos.

–Todavía queda tiempo para discutir sobre la profesión que elegirás para tu futuro pequeño. – Habló Abraham levantando a Iker en alto, que no dejaba de reírse mientras lo miraba, moviendo sus piernitas, que cada vez parecían estar más inquietas. –¿Y dónde está mi princesa? –Preguntó acercándose a la pequeña Zoe que dio un gritito de alegría cuando lo vio sujentando una pistolita de agua. –¡¡Tú si eres una chica lista, tienes muy claro tus objetivos en la vida!!–Exclamó Abraham y después dejó un beso en la cabecita de cada bebé, entonces llamó a Julia para que lo acompañará y los dos se apartaron de Kelly y los niños.

–Necesito que me acompañes a un lugar, ¿te acuerdas de mi amigo Alonso? –Preguntó Abraham mirándola a los ojos y la vio asentir.

–Sí claro que me acuerdo, lo conocí hace un par de meses en tu cumpleaños. –Contestó Julia recordando la fiesta sorpresa que María Eugenia había preparado para Abraham.

–Su tío está a cargo de la investigación en contra de los Oliveira. –Habló Abraham mirando hacia atrás para ver a Kelly porque sabía que el padre de Zoe era un Oliveira, y después vio como Julia fruncía el ceño. –Es hora de buscar justicia, Julia. Vamos a meter a Tony en la cárcel y para hacer esto necesitamos las fotos.

–Felipe las tiene. –Murmuró Julia mirándolo recordando la última vez que vio a Felipe en aquel hospital.

–Que es un Oliveira, por esto no quería hablar sobre el asunto delante de Kelly, sé que es muy sensible con este tema. Sabemos que no podemos ir y pedir estas fotos así sin más, así que hablaremos con Alonso y él nos conseguirá las fotos. – Habló Abraham y la vio bajar la cabeza mordiéndose los labios. –¿Has cambiado de idea? ¿Ya no lo quieres denunciarlo?

–Sí, sí quiero hacerlo. –Afirmó Julia con vehemencia y lo vio sonreír con satisfacción. –No hay nada que quiera más ahora mismo, que ver a ese miserable pudriéndose en la cárcel y que pague por lo que me hizo. Jamás podré olvidar que no pude disfrutar de mi embarazo por su culpa y miedo que sentí cuando a punto de ver el rostro de mi hijo.

–Pues en unas horas nos iremos al departamento de Alonso, así que es mejor que te prepares.

–¿Tan pronto, pensaba que esperarías a que estuviéramos en Madrid? –Preguntó Julia mirándolo extrañada.

–Sí, quiero verlo por este tema y por otro más. –Afirmó esbozando una sonrisa y Julia volvió a fruncir el ceño mirándolo.

–¿Ha pasado algo bueno verdad? Pareces muy entusiasmado, hasta podría decir que te ha tocado la lotería.

–¡¡Lo que ha pasado es buenísimo, Julia!!Por fin tenemos algo contra los Oliveira, algo concreto que nos lleva directo a ellos. –Contestó Abraham con satisfacción. –No sé cómo, ni el porqué, pero una mujer nos ha dado lo que estábamos buscando. Esa loca desconocida ha entrado en la terminal marítima de los Oliveira, y encontró más de diez contenedores con especies silvestres que venían de América del Sur.

–¿Los Oliveira tenían algo así en su terminal? ¿Por qué? Pensaba que traficaban solamente con drogas. –Preguntó Julia asombrada.

–Los Oliveira son apenas los transportadores, utilizan su imperio “legal” de la transportación para traficar o distribuir, como prefieras llamarlo. Casi todo lo que se trafica en Europa, África y Asia, pasa primero por sus manos.

–¿Y cómo esa mujer ha podido llegar a los contenedores? Me imagino que deben tener a sus terminales muy bien vigiladas y los contendores que utilizan para el mercado negro estarán bien ocultos.

–No tengo idea, pero no solamente los encontró, sino que llamó a Alonso y los dos se enfrentaron a los traficantes que estaban custodiando los contenedores, ya está sale en las noticias el tiroteo que hubo allí. Están protegiendo su identidad, y Alonso está tan cauteloso con esto que no ha querido decirme el nombre de la mujer por teléfono, así que iremos a su casa para hablar sobre las fotos y saber quién es nuestra nueva heroína. Creo que puedo afirmar esa desconocida es ahora nuestro caballo de Troya, gracias a ella destruiremos poco a poco el imperio Oliveira.

Durante la noche Julia y Abraham estaban parados delante de la puerta del departamento de Alonso Herrera, policía y mejor amigo de Abraham. Alonso les abrió la puerta rascándose la cabeza con nerviosismo porque no esperaba aquella visita inesperada y Abraham lo miró con sospecha.

–¡Braam! –Exclamó Alonso intentando disimular que estaba nervioso, como si le hubieran encontrado haciendo alguna travesura y Abraham entró al departamento mirando de un lado a otro desconfiado. – Es un placer verte también, ¿Espero que sea más cariñoso contigo nena? –Habló mirando a Julia y después la saludó educadamente.

–¿Estás con alguien? Te veo muy nervioso…

–Alonso…–Habló una chica saliendo del baño secándose los cabellos con una toalla que se quedó muda cuando lo vio a Abraham, entonces él se giró bruscamente para ver a su amigo que parecía estar buscando donde meter la cabeza.

–¡¡¿QUÉ ESTÁ HACIENDO ADRIANA OLIVEIRA EN TU CASA?!!–Vociferó Abraham y Adriana bajó la cabeza avergonzada, ella entendía bien la reacción del policía, la mayoría de las personas ni siquiera soportaban escuchar su apellido.

–Ella es la mujer que nos ha entregado los contenedores que estaban siendo utilizados para el tráfico de especies en la terminal de Oliveira. –Contestó Alonso pasando la mano por sus cabellos despeinándose y Abraham volvió a girar en la dirección de Adriana mirándola asombrado.

–¡Esto tiene que ser una broma! ¿Me estás diciendo que ella nos quiere ayudar a destruir a su propia familia? –Preguntó Abraham exasperado mirando a Adriana, que dio dos pasos hacia adelante levantando la cabeza con desafío.

–¡Ey yo no quiero destruir a mi familia, amo a mis hermanos, pero ya es hora de poner un final a este imperio del terror! –Afirmó Adriana mirando a Abraham directamente a los ojos que estaba todavía sin poder creer en lo que estaba escuchando.

Después de media hora intentando convencer a su amigo de que Adriana decía la verdad y hasta enseñarle varios documentos y evidencias contra los Oliveira que ella le había facilitado, Abraham por fin bajó un poco la guardia.

–Ahora que ya no quieres matarme, dime ¿para qué has venido? –Preguntó Alonso entregándole a Julia una taza de café y otra a Abraham.

Entonces fue Julia la que comenzó a explicar todo lo que había pasado con Tony y lo que había en las fotos que tanto necesitaban.

–¡Las tiene mi primo! –Habló Adriana pensativa y Julia asintió mientras tomaba un sorbo de su café.

–Estamos investigando a los Oliveira y Felipe es uno de ellos, podemos utilizar cualquier excusa para entrar a su departamento y en sus oficinas. –Habló Abraham poniendo las manos abiertas sobre la isla de la cocina mirando a Adriana y a su amigo.

–Por supuesto tenemos la excusa…

–No, no sería buena idea. –Habló Adriana todavía pensativa y Abraham resopló con fastidio porque no terminaba de confiar en ella, entonces la chica levantó la cabeza y explicó. –Todavía no han comenzado a investigar a mi familia públicamente y después del tiroteo estarán con todas las alarmas puestas. –Habló Adriana mirando a Alonso que asintió dándole la razón.

–Desconfiarían si atacamos así de frente a Felipe que siempre ha estado apartado de los negocios sucios de sus primos. –Aclaró Alonso y Julia miró a Abraham preocupada, porque sin las fotos no había forma de denunciar a Tony.

–¡Yo iré a buscar las fotos! –Se ofreció Adriana y los tres la miraron sorprendidos.

–¿Y se puede saber cómo la señorita piensa hacer esto? –Preguntó Abraham con sarcasmo cruzando los brazos.

–Inventaré alguna excusa para ir a Madrid, conozco bien a mi primo y no permitirá que me quede en un hotel. Tengo fe de que esas fotos estarán en su departamento y las encontraré. –Afirmó Adriana mientras que el hombre rubio con unos músculos enormes y mirada seductora se mordía los labios mirándola, porque a Alonso Herrera nada le excitaba más que la determinación de la pequeña de los Oliveira.

Cuando terminaron la reunión Julia agradeció a Adriana por ofrecer su ayuda y después Abraham la llevó de vuelta a la mansión.

Julia subió directamente a la habitación de los niños para ver a Iker que estaba dormido en una mientras que en otra dormía Zoe haciendo sus ruiditos, después se marchó a su habitación. Julia entró a su baño para darse una ducha y cuando salió miró las maletas que estaban en un rincón de su habitación sintiendo un aprieto en su corazón.

Después se puso un camisón rosa y salió de su habitación para volver a la de los bebés para darle el pecho a Iker, segura de que Kelly ya estaría allí con Zoe, pero vio la puerta de Abraham abrirse y lo vio salir agarrando una maleta pequeña.

–¿A dónde vas a ir Abraham? –Preguntó Julia mirando con curiosidad y él se acercó a ella.

–Me voy a Madrid, con Alonso, Adriana y Elena, que es otra policía compañera de Alonso. –Contestó pasando la mano suavemente por los cabellos de Julia. –Dentro de dos días tienes la fiesta en el palacio real y quiero llegar antes a la ciudad para prepararlo todo y asegurarme de que estarás segura.

–¿Hugo todavía me está buscando? –Preguntó Julia, porque Abraham le había avisado hacía más de seis meses que Hugo había puesto varios detectives detrás de ella, entonces él asintió. –Bueno esto no importa, seguro me estará buscando por alguno de los contratos que firme con él o no querrá que yo sea un escándalo más en su vida. A saber, cuánto estará dispuesto a ofrecerme para mantener la boca cerrada.

–No sé porque te está buscando, pero no ha descansado ni un solo día en el último año. –Murmuró Abraham mirando la boca entreabierta que él tanto deseaba besar.

–Bueno, esto ya no importa no puedo seguir escondiéndome como si le debiera algo, ya es hora de presentarme en sociedad como la futura Duquesa de Lugo. –Afirmó Julia con vehemencia y después miró a Abraham haciendo un puchero. ¿De verdad tienes que irte ya?

–¿Por qué? ¿No quieres que me vaya? –Preguntó Abraham humedeciéndose los labios y la vio sonrojarse, pero no quería forzar las cosas entonces cambió de tema. – En Madrid tengo un contacto en la policía y por lo que me estuvo contando creo que Tony Pujols oculta más cosas de las que imaginaba, entonces prefiero irme ya para comenzar esto lo antes posible. – Murmuró y después le dio un beso en la frente para despedirse de ella. –Nos vemos en el palacio real pequeña. –Abraham se giró para marcharse, pero Julia lo agarró del brazo y él la miró extrañado.

–¡Por favor, cuídate!

–No te preocupes por mí, el que debe cuidarse es el miserable de Tony, porque está a punto de conocer a Abraham Guerrero.

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