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Amor en juego

Capítulo 38: Actriz porno de videos amateur.

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Las semanas habían pasado y se acercaba el inicio de la nueva temporada de fútbol. Felipe tenía que encargarse no solamente de los compromisos de Hugo, sino que también debería estar al tanto de los periodistas y posibles nuevos contratos.

 Él y Kelly se habían presentado a un coctel donde estarían todos los representantes, periodistas, los CEOs de las principales marcas deportivas, y cualquiera que estuviera en la búsqueda de sacar algún beneficio, ya que él fútbol no era solamente un deporte, también era uno de los negocios más lucrativos del mundo.

–Dime que es una broma, ¿Hugo está pensando en hacer eso de verdad? –Preguntó Kelly asombrada mirando a Felipe que tomaba un trago de su copa, apoyado en la barra.

–Sí es verdad, ya está todo organizado, pero no vayas a decir nada. –Respondió Felipe sonriendo y le hizo a Kelly un gesto de silencio con el dedo índice.

–Prometo no decir nada, pero te confieso que estaré muy ansiosa hasta mañana. Será un momento inolvidable. –Habló Kelly con entusiasmos llevándose las manos a la boca para evitar gritar de tanta alegría.

 Los dos estaban tan distraídos con sus planes para el partido, que no se habían dado cuenta cuando una persona indeseable se acercó a ellos.

–¡Definitivamente no aprendes Felipe! ¡Tu mal gusto por la especie inferior es tu mayor defecto! –Exclamó Adela con sarcasmo acercándose a ellos, colocando su cartera debajo del brazo y la pareja se giró para mirar a la pelirroja que estaba vestida entera de rojo.

–¿No tienes nada mejor que hacer con tu vida Adela?¡¿Por qué mejor no te vas con tu veneno a otra parte?!–Preguntó Felipe mirándola con desprecio y Kelly la observó con recelo, no le gustaba nada la energía tan negativa de aquella mujer.

–Ay querido, solo soy una vieja amiga preocupada por tu bien estar. Dime, ¿Cómo está Pilar? –Espetó Adela segura de que mencionar el nombre de su madrastra sería más que suficiente para irritarlo.

–¡CALLÁTE! Sé perfectamente lo que estás intentando provocar, pero está vez no te va a resultar. –Contestó Felipe con los dientes apretados y Kelly podía ver toda la tensión de sus músculos, entonces decidió intervenir.

–¿Adela? ¿Adela Valverde?¿La periodista? –Preguntó Kelly llevándose el dedo índice a la boca pensativa, recordando que Julia le había hablado de esa mujer y de cómo la había tratado.

–Así es querida, soy una de las mejores periodistas de este país, pero por favor no te molestes en decirme tu nombre. Yo no hablo el idioma de los indígenas. –Contestó Adela con indiferencia y Kelly se llevó las manos a las caderas.

–¡¡Antes india que actriz porno de videos amateur “querida”!! Sabes ahora me pregunto cuál será tu profesión de verdad ¿periodista chismosa o actriz porno sin talento? –Preguntó Kelly burlándose de Adela mientras que Felipe estaba completamente aturdido mirándola, parecía preparada para la guerra.

Adela se enojó con su comentario y agarró la copa de un hombre que estaba al lado de ellos. Vació todo la bebida en la cara de Kelly, que se llevó las manos a la cara para limpiarse sonriendo con malicia.

 Kelly se quitó los aros que llevaba puesto y agradeció de tener su cabello recogido esa tarde. Se giró hacia Felipe, le agarró la mano y le entregó sus aros.

–¡¡¡SUJÉTAME LOS ARETES FELIPE!!!–Vociferó Kelly agarrando su copa y se la tiró a Adela de la misma forma que lo había hechoella, pero no se quedó a gusto y decidió tirarle también la copa, que le dio justo en la boca de la periodista.

Adela dio un grito alto de dolor y levantó la mano para golpear a Kelly, pero esta la agarró en el aire antes de que pudiera llegar tocarla y con la otra mano Kelly le propinó una bofetada en la cara de Adela que resonó por todo el salón.

 En ese momento Felipe decidió actuar. Se agachó y pasó el brazo por detrás de las piernas de Kelly para subirla a su hombro y sacarla del salón mientras que las dos gritaban como locas insultándose.

–¡¡¡ACABARÉ CONTIGO M*****A INFELIZ, INMIGRANTE DE M***A!!!–Gritó Adela levándose una mano a su labio que estaba sangrando.

–¡¡¡¿TÚ Y CUANTÁS MÁS?!!!¡¡¡PERRA DESPECHADA?!!!–Vociferó Kelly pataleando mientras que Felipe la llevaba a la salida dejando a todos los invitados atónitos y algunos se acercaron a Adela para ayudarla, cuando comenzó a llorar haciéndose la víctima.

 Kelly le golpeaba la espalda a Felipe exigiendo que la soltará, pero hasta que no llegaron a la entrada del hotel él no la bajó de su hombro.

–¡¡Suéltame, Felipe!!¡¡Suéltame ahora mismo que pienso regresar para matar a esa perra asquerosa!!–Ordenó Kelly y Felipe la bajó con brusquedad visiblemente enojado.

–¡¡¿¿Tienes idea del espectáculo que acabas de montar ahí adentro??!!–Exclamó Felipe disgustado y Kelly lo miró furiosa.

–¿Yo monté un escándalo Felipe? ¿YOOO? –Preguntó Kelly enojada llevándose la mano a las caderas y Felipe pasó la mano por sus cabellos despeinándose. –¡¡Ella fue la que empezó!!¿Por qué la estás defendiendo?

–No la estoy defendiendo Kelly, sé muy bien que fue Adela la que empezó, pero no puedes dejarte llevar por tus impulsos con personas como esa mujer. Ella sabe donde atacar y tú le has dado el gusto de reaccionar como ella quería. Ahora estará ahí adentro haciéndose la víctima. –Habló exasperado y Kelly bajó la cabeza sonriendo con sarcasmo.

–Pues ella también sabía muy bien donde atacarte ¿verdad Felipe? Porque creo que la hubieras golpeado, si yo no estuviera ahí adentro para hacerlo por ti. –Murmuró Kelly y Felipe le echó una mirada interrogativa. –¿Qué es lo que ha pasado entre Pilar y tú? ¿Has tenido una historia con la mujer de tu padre Felipe? Porque eso es lo que ha dado a entender la periodista esa. –Preguntó mirándolo y pudo ver cuando cerró los puños solo por escuchar el nombre de Pilar.

–¡¡No quiero hablar sobre ella, y no me vuelvas a preguntar nada sobre este asunto!!–Escupió Felipe enojado y Kelly dio dos pasos hacia atrás al ver que su mirada que estaba llena de ira.

–¿Así es como piensas luchar por mí? ¿De esa forma quieres estar conmigo? No me pidas que confíe en ti cuando tú no eres capaz de confiar en mí. –Suspiró Kelly con tristeza y Felipe volvió despeinarse intentando calmarse. –¡Me marcho!

–¡¡Yo te llevaré a casa, vámonos!!–Habló Felipe con un tono más calmado, pero sintió una punzada en su corazón al ver que Kelly estaba llorando.

–No Felipe, es mejor que te quedes aquí con tus pensamientos y con tus recuerdos de Pilar. No sé lo que ha pasado entre vosotros, pero yo no tengo porque soportar los traumas que te ha provocado otra mujer. –Murmuró y se marchó dejando a Felipe solo y aturdido.

Felipe la acompañó con la mirada desde lo alto de las escaleras de la entrada y la vio pedir un taxi en medio de la calle, bajo la lluvia. Él caminó de un lado a otro pensando en Kelly, en que no quería perderla y que tenía razón. Él fue quién la buscó, el que estaba determinado a luchar por ella y ahora él mismo estaba desaprovechando la oportunidad que ella le había dado.

Felipe salió corriendo en dirección a su Ferrari, se subió en el y se metió en el tráfico de Madrid que estaba un caos por el fin de semana. Él sabía que si cogía atajo llegaría antes que Kelly y así lo hizo.

Cuando llegó delante de su edificio rezó para que ella no hubiera llegado ya. Después de diez minutos esperando la vio llegar. Felipe se bajó corriendo de su coche y fue hasta el taxi. Kelly se asustó cuando él tocó la ventana del conductor para pagar al taxista, entonces ella se bajó del coche mojándose entera con la lluvia que caía.

Kelly estaba a punto de entrar a su portal cuando Felipe la agarró de la muñeca llamando su atención. Ella lo miró de arriba abajo, tenía el traje entero empapado por la lluvia torrencial que estaba cayendo y la mirada triste.

–¡Déjame en paz Felipe!

–¡¡Por favor, Kelly, déjame explicarte todo, por favor te lo pido!!–Suplicó Felipe y Kelly se soltó de su agarre para entrar. –¡¡ESTOY ENAMORADO DE TI!!–Vociferó y ella lo miró sorprendida, jamás había esperado esa declaración. –¡¡Estoy completamente enamorado de ti, Kelly Dumas!!No quiero perderte por algo del pasado.

–Si no puedes hablar sobre ello, es porque todavía no has sanado, entonces no es parte de tu pasado. Sigue vivo dentro de ti, es parte de tu día a día. –Murmuró Kelly entrando a su portal y Felipe entró caminando delante de ella.

Felipe se sentó en los primeros escalones de la escalera del edificio y se frotó las manos en los muslos respirando profundamente antes de comenzar a hablar.

–Conocí a Pilar cuando tenía dieciséis años, ella era ochos años mayor que yo. Mi madre la contrató para trabajar de interna limpiando nuestra casa, al principio nos llevábamos muy bien y con el tiempo terminé enamorado de ella. –Habló Felipe con la voz entrecortada. – Me parecía la chica más dulce del planeta, había recién llegado de Colombia y trabajaba como una condenada para mantener a su familia o eso era lo que contaba. Yo no tenía esperanza de llegar a tener algo con ella, pero un día me confesó que también me quería y empezó a acostarse conmigo. –Confesó Felipe mirando a Kelly.

–Dios mío, solo eras un adolescente Felipe. –Murmuró Kelly estupefacta.

–Un adolescente ingenuo y estúpido. Porque Pilar no sentía nada por mí, y lo descubrí de la peor manera. Un día mi madre comenzó a desconfiar que ella estaba embarazada y se lo contó a mi padre. Fue entonces que ella se enteró que mi padre tenía hecha la vasectomía. Ellos dos eran amantes, y como Pilar no sabía de su operación intentaba quedarse embarazada de él, pero como no lograba su objetivo con mi padre…

–Decidió intentarlo también con su hijo. ¡Qué mujer tan despreciable! –Habló Kelly entendiendo lo que había hecho Pilar en su vida.

–Eso no fue todo, mi padre se volvió loco cuando se enteró, entonces me imagino que ella se inventó algo para hacerle creer que yo la había violado. Él estaba tan enamorado de ella que le creía absolutamente todo. –Felipe hablaba apretando los dientes y Kelly lo abrazó para calmarlo. – Él me acusó de violador delante de toda mi familia y me molió a golpes mientras que Pilar solo observaba llorando. Mi padre se ofreció para ayudarla a abortar si no quería tener al bebé, ella por supuesto aceptó diciendo que no quería tener al hijo de un monstruo.

–¿Por qué no le contaste la verdad a tu padre, que ella te había engañado?

–Todo aquello me pilló por sorpresa, estaba con el corazón roto, me sentía destrozado. Solo quería morirme en ese momento. Sobre todo, cuando mis padres me enviaron a un campamento de rehabilitación para jóvenes problemáticos. Estuve encerrado en aquel lugar durante un año, y cuando regresé mi padre se había casado con Pilar, después de matar a mi hijo como si nada. Ella me utilizó por dinero y mi padre vio la oportunidad perfecta para estar con la mujer que quería. No he vuelto a hablar con mi madre desde entonces, para ella yo soy el culpable de haber roto nuestra familia. Mi hermana es la única que me apoya, ella siempre ha creído en mí. –Felipe confesó todo con un nudo en garganta.

–Pero ahora tú eres quién dirige los negocios de tu familia, ¿Tu padre lo ha permitido? –Preguntó Kelly con curiosidad.

–Esa fue mi venganza, cuando salí de la universidad me dediqué de cuerpo y alma a los negocios de la familia, también eran míos y él no pudo hacer nada para mantenerme alejado. Logré convencer a unos cuantos socios que me vendieran sus acciones, aumentando las mías y me convertí en el socio mayoritario, ahora soy el CEO de todas nuestras empresas. Superé a mi padre, ahora él que manda soy yo. –Contestó Felipe sin expresar ninguna emoción en su voz.

–¿Y como Adela sabía todo eso? –Preguntó Kelly extrañada de que la periodista supiera algo tan íntimo.

–Nuestras madres son muy amigas y Adela solía frecuentar nuestra casa de verano, donde Pilar también trabajaba. Ella nos encontró juntos una vez, no sabe toda la historia, pero si sabe que no ha acabado muy bien para mí.

–Siento mucho que hayas tenido que pasar por todo eso, por culpa de dos personas tan egoístas. –Lo abrazó Kelly, pero los dos se sobresaltaron cuando Aurora entró al portal. Felipe se levantó inmediatamente y a Kelly le hizo gracia su nerviosismo mientras que Aurora los miraba con desconfianza.

–Hola señor Herráez, veo que habéis terminado “pronto” hoy. –Lo saludó Aurora mirándolo fijamente y después miró a su hija. – ¡¡Mi vida estás entera mojada, te vas a poner mala!! vamos sube a casa para quitarte esa ropa.

–Bueno, es mejor que me vaya. Ha sido un placer verla señora. –Se despidió Felipe rascándose la cabeza con ansiedad, pero Aurora lo llamó antes de que pudiera salir.

–Señor Herráez, usted también. ¡Vamos suba!– Ordenó Aurora acercándose a él y agarrándolo del brazo. –Están los dos empapados por la lluvia, deben secarse y tomar algo caliente para no terminar enfermos.

–No se preocupe por mi señora, estaré bien…

–¡No se lo estoy pidiendo joven, es una orden! De nada me servirá cuidar a mi hija si usted cae enfermo. Porque en la primera oportunidad que se vaya a besuquearse con usted a escondidas, terminará igual. ¡¡Arriba los dos!! Y señor Herráez hágame el favor de subirme el carrito de la compra. –Ordenó Aurora y los dos la hicieron caso como si fueran dos niños.

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