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Amor en juego

Capítulo 35: Una noche especial.

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Las parejas llegaron a una hermosa Villa en Lanzarote con una playa totalmente privada, solo para ellos. El concierto sería al día siguiente y habían llegado muy tarde. Entonces solo había tiempo para hacer una, encerrarse en las habitaciones de la casa para quitarse las ganas que se tenían.

Julia despertó a la mañana siguiente estirando el brazo para buscar a Hugo en la cama, pero se dio cuenta de que estaba sola. Se incorporó buscando alrededor y él no estaba por ninguna parte.

Se paró de la cama y se acercó a la puerta de la terraza que estaba abierta de par en par pensando que a lo mejor Hugo había salido para dar un paseo por la playa. El aire movía las cortinas blancas y el olor del mar invadía todo el dormitorio. Era una casa baja y desde la terraza podían salir directo a la playa. Respiró profundamente sintiendo la suave brisa que venía del mar y decidió salir de la habitación para buscar a Hugo por la casa.

Nada más salir al pasillo Julia se encontró con Kelly que también salía de su habitación frotándose los ojos con el torso de la mano, estaba completamente despeinada, al igual que ella.

–Hasta parece que te ha atropellado un camión. –Murmuró Kelly mirando a Julia de arriba abajo, tapándose la boca para callar una risita maliciosa.

–En verdad fue un macho alfa en celo, pero algo me dice que no era el único que había en esta casa anoche, porque no te veo caminar muy bien. –Se burló Julia y las dos empezaron a reírse en el medio del pasillo. –Algo me dice que tu alfa tampoco está en su cama.

–Ha desaparecido…

Kelly no terminó de hablar cuando escucharon una melodía viniendo de la cocina y un fuerte olor a café. Podían escuchar también a dos personas cantando alegremente. Caminaron juntas hasta la cocina y se encontraron con la imagen perfecta. Hugo y Felipe estaban preparando el desayuno, vestidos apenas con unos jeans azules claros, descalzos y sin camiseta, con sus perfectos torsos bien marcados completamente desnudos.

Hugo cantaba sujetando un cucharón de madera en la mano, como si fuera un micrófono y Felipe le hacía el coro, las chicas no pudieron aguantarse las carcajadas. Ellos parecían dos adolescentes eufóricos por ver a su cantante favorito en concierto.

–Creo que acaban de volver a tener quince años. –Se burló Kelly sorprendiéndolos y Felipe se acercó a ella con una mirada de reproche, pero luego la besó de forma obscena.

–¡Ahh paren por Dios!! ¡Yo no tengo la necesidad de ver esto! – Exclamó Hugo haciendo una mueca de asco tapándose los ojos, al ver como su mejor amigo le metía su lengua entera en la boca de Kelly.

–Yo tampoco tengo porque estar escuchando vuestro ritual de apareamiento, pero al parecer es algo inevitable entre vosotros. –Contestó Felipe sin separar su boca de la de Kelly. – Cualquiera diría que Julia estaba en un matadero anoche.

–¡¿Disculpa?!–Se escandalizó Hugo llevándose una mano al pecho de forma dramática. –La que está caminando con las piernas torcidas es tu mujer, y no la mía. – Replicó apuntando a Kelly con el dedo índice.

–Ustedes dos llevan ventaja porque habéis empezado en la guerra antes que nosotros, Kelly todavía está en la etapa de adaptación. –Explicó Felipe mirando a Kelly encogiéndose de hombros.

–¡¡Claro que sí papi, tú dile!!–Vociferó Kelly echando leña al fuego.

–¡¡¿PAPI?!!Espera, espera…creo que no lo he escuchado bien. ¿Le has llamado “papi”? –Se indignó Hugo y Julia comenzó a reírse por la cara de ofendido que había puesto. –¡Bebé, dile que “papi” soy yo! –Demandó Hugo cruzándose de brazos y Julia asintió con vehemencia mientras se reía.

–¡¡Si mi amor, tú eres el único PAPI!!–Afirmó Julia dándole la razón entre risas y Hugo esbozó una sonrisa satisfecha.

–Bueno pues sí tú eres “papi”, yo también quiero un apodo para mí. –Pidió Felipe mirando a Kelly con una mirada interrogativa.

–Pues creo que tengo uno perfecto para ti, “LA BESTIA”– Exclamó Kelly abriéndose las manos en aire como si estuviera anunciando algo y Hugo abrió la boca, escandalizado.

–¡¡No puede ser la bestia, él no puede tener un apodo mejor que el mío!!–Replicó Hugo cruzándose de brazos mirando a Felipe de arriba abajo, que estaba sonriendo con satisfacción.

–¿Y se puede saber porque no mi Rey? –Preguntó Felipe con sonrisa burlona.

–Pues porque yo soy Mace Windu y tú eres Yoda, no tienes derecho a tener un apodo mejor que el mío. –Contestó Hugo y Julia lo interrogó con la mirada sin entender lo que quería decir. –Pues que el sable de Yoda es más corto.

–¡Ah por favor, Hugo! ¿Sigues con eso? Ya no tenemos trece años–Preguntó Felipe poniendo los ojos en blanco

–El que tuvo la idea de medir fuiste tú, así que ahora no te quejes. –Respondió encogiéndose de hombros mientras que las chicas se reían.

–Ya han pasado años imbécil, las cosas han cambiado, ¿sabes? –Habló Felipe con fastidio.

–Espera, ¿llevan tanto tiempo siendo amigo? –Preguntó Kelly con curiosidad y los dos asintieron con una sonrisa llena de orgullo.

–Así es, nos conocimos en la escuela de fútbol, pero en esos tiempos nos llevábamos muy mal porque “LI BISTII” era un estirado engreído. –Contestó Hugo acercándose a Felipe para apoyar el brazo en su hombro. –Su padre participó en una fiesta benéfica en mi barrio para los niños. Allí me vio jugando y decidió que sería una buena inversión, él me pagó la escuela de fútbol, así fue como conocí a este.

–Al principio nos odiábamos porque yo era la estrella del equipo, pero entonces llegó Hugo con su talento robando toda la atención, como buen acaparador que es. –Se burló Felipe dándole un codazo suave a Hugo. –Hasta que empezamos a llevarnos bien y hoy en día no puedo imaginar mi vida sin el “rey de la modestia”–Explicó y los dos compartieron una sonrisa cómplice.

Las chicas los observaban con ternura, porque era muy bonito ver la unión tan fuerte que tenían, y se miraron entre ellas con una sonrisa llena de felicidad y orgullo, porque ellas sentían lo mismo, eran como hermanas.

Horas más tarde Kelly y Julia se vistieron cómodamente como les habían recomendado los chicos ya que el concierto sería en la Playa de Reducto.

Cuando llegaron al lugar, estaba hasta arriba de personas y las chicas se sorprendieron de ver a dos hombres como Hugo y Felipe que estaban acostumbrados a las fiestas exclusivas y palcos VIPs tan animados entre la multitud.

Las chicas disfrutaron de ver como Hugo y Felipe cantaban uno de los temas con tanta emoción y felicidad, hasta se podría decir que estaban cantando lo que sería como un himno para ellos. Después de media hora de concierto Kelly y Julia gritaron a unísono cuando Felipe y Hugo las subieron a sus hombros para que vieran mejor el escenario.

Cuando empezó una canción más lenta las bajaron de sus hombros poniéndose detrás de ellas, y cada uno abrazó a su chica envolviéndolas en sus brazos con todo el cariño y protección. En medio de la canción mientras que Felipe le daba a Kelly un beso lleno de ternura, Hugo le cantaba al oído a Julia.

–“…Y VA PASANDO EL TIEMPO Y TE QUIERO AÚN MÁS

   Y ES QUE QUIERO IR MÁS LEJOS

   MÁS LEJOS DE LO NORMAL, DE LO QUE HACE LA GENTE

   DE ESE FÁCIL TE QUIERO

   Y YO QUIERO INVENTAR ESA FRASE 

   ACORDE A TODO ESTO QUE SIENTO

  Y TE QUIERO MÁS, QUE ESTE TIEMPO ATRÁS…”

Él cantaba para ella, mientras que Julia se derretía en sus brazos sintiéndose la mujer más afortunada y feliz sobre la tierra.

Cuando terminó el concierto los cuatros abandonaron la playa, Kelly y Julia se sentaron en un banco y los chicos se arrodillaron delante de ellas para ayudarlas a ponerse las sandalias. Después caminaron por paseo marítimo hasta llegar a un aparcamiento donde estaba el coche aparcado, y se encontraron con un Ferrari al lado del Jeep en el que habían llegado, y Kelly miró a Felipe extrañada.

–Te dije que era un hombre de costumbres, ¿o no te lo dije? –Bromeó Felipe y Kelly asintió riéndose.

–Eso ya lo tengo muy claro, lo que no entiendo es para qué necesitamos dos coches. –Preguntó Kelly mirando a Felipe con desconfianza y él se encogió de hombros con una sonrisa pícara.

–Tendrás que acompañarme para descubrirlo, porque nos espera una larga noche. –Respondió Felipe despidiéndose de Hugo y Julia subiéndose al Ferrari, y antes de seguirlo Kelly se acercó a su amiga.

–Disfruta la noche, creo que Felipe tendrá algo muy bonito reservado para ti. –Murmuró Julia mirando por encima del hombro de Kelly viendo como Hugo se acercaba a la ventana del conductor para hablar con Felipe.

–Espero que hagas lo mismo. Siento que esta noche será muy especial para las dos. –Contestó Kelly dándole un abrazo.

–Creo que todas las noches son especiales desde que conocimos a esos dos locos…te quiero mucho Kelly. –Susurró en su oído y Kelly se apartó de ella para mirarla a los ojos.

–Yo te quiero con toda mi alma Juls. –Respondió dejando un beso en la mejilla de Julia y se subió al Ferrari con Felipe.

Hugo y Julia regresaron a la villa, pero antes de entrar él la invitó a dar un paseo por la playa privada y se descalzaron para sentir la arena bajo sus pies. Él la llevó hasta una de las camas balinesas que había en la playa, y ambos miraron a la luna embelesados, recordando su primera vez en el Santiago Bernabéu, pero esa noche la luna brillaba de una forma especial alumbrando toda la noche sobre el mar.

Hugo puso la mano en su cintura para girarla hacia él y Julia sintió todas las mariposas alborotadas en su interior mirando sus hermosos ojos verdes, solamente con Hugo sentía eso. Él se llevó las manos a los tirantes de su vestido y los bajó con delicadeza. El vestido de Julia cayó al suelo dejándola en bragas delante de él. Hugo al ver la ropa interior la miró con reproche, pero después la besó con cariño abrazándola.

Ella puso las manos sobre su pecho para alejarlo un poco, y poco a poco lo fue desnudando para ella sin dejar de mirarlo a los ojos. Los dos se acostaron desnudos en la cama besándose, y Hugo se posicionó sobre ella sin apartar sus labios de los suyos. Julia extrañó su comportamiento y le preguntó.

–La bestia está tardando en salir hoy, ¿estás bien Hugo Torres? -Lo miró con curiosidad y lo vio sonreír bajando la cabeza con timidez, algo muy raro en Hugo. Entonces él levantó la cabeza acariciando su rostro con el torso de la mano y contestó.

–Esta noche solo quiero ser el hombre que está completamente enamorado de ti.

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