–¿Te duele mucho bebé? –Preguntó Hugo preocupado entregándole a Julia un analgésico.
–Sí me duele demasiado. –Confesó Julia haciendo un puchero. – Es que ayer en la noche fui atacada por una bestia en celo, que no sabe la diferencia entre “hacer el amor” y “follar salvajemente”, ¿sabes? –Se burló Julia tomándose el analgésico y Hugo la miró con una sonrisa pícara.
–Me gustaría decirte que “lo siento”, pero sería una cochina mentira.
–Cada vez que recuerdo todo lo que pasó anoche entre nosotros siento que vale la pena pagar las consecuencias, hasta podría llegar a decir que lo estoy disfrutando. –Murmuró Julia con una voz traviesa mientras que Hugo esbozaba una sonrisa maliciosa listo para devorarla a besos una vez más, pero fue interrumpido por la notificación de un mensaje que entraba en su teléfono móvil y cuando vio de quien se trataba resopló con fastidio. –¿Ha pasado algo amor? –Preguntó preocupada al ver como la mirada de Hugo se oscurecía.
–Es mi madre, no deja de molestarme con sus chantajes emocionales. –Escupió disgustado, porque estaba cansado de Adara y sus amenazas.
Esta vez Hugo no volvería atrás en su decisión de mantenerla alejada de su vida, pero Julia se preocupaba porque no terminaba de entender la relación que tenía él con Adara y que tal vez no debería ser tan duro con su propia madre.
–Sé que tu madre no ha actuado de la mejor manera Hugo, pero es tu mamá, yo daría lo que fuera por tener a la mía. –Habló Julia con tristeza y él no pudo evitar sentirse mal por ella.
–Cada vez que recuerdas a tu madre veo en tus ojos lo mucho que la querías y que seguramente era una mujer maravillosa, pero no es mi caso bebé. – Respondió y suspiró antes de continuar, porque era mejor explicarle a Julia de una buena vez todo lo que había pasado con su madre. –Ella me abandonó cuando yo tenía tres años ya que no soportaba vivir en la pobreza con mi padre, porque por más que él trabajarse duro para sacarnos adelante, para Adara no era lo suficiente. –Escupió asqueado recordando lo ambiciosa que era su madre. –Un día se largó con un hombre que podía ofrecerle todos los lujos que ella tanto quería, y estuvo viviendo cómodamente con él durante veinte años, y digamos se olvidó de mí, solo me llamaba un par de veces al año, hasta que salió la noticia de que había firmado mi primer contrato millonario, entonces ese hombre también pasó a ser poca cosa para mi madre…
–Y fue cuando Adara regresó para buscarte. –Murmuró Julia interrumpiendo a Hugo, porque ya comprendía el rencor que sentía él por su madre.
–Regresó por mi dinero Julia, no por mí. –Respondió sentándose a su lado para abrazarla. – Al principio no la quería en mi vida y se lo he dejado claro, ahí fue donde comenzaron sus amenazas de montar un escándalo, yo solo era una “promesa” para el fútbol español, no tenía un hombre y no podía arriesgar mi futuro por su culpa, así que Felipe me convenció a darle lo que quería, pero ya me cansé. Se acabó la buena vida para Adara Sánchez.
–Lo siento mucho Hugo, tiene que ser muy difícil tener una madre tan ambiciosa y egoísta como ella. – Susurró Julia acomodándose entre sus brazos.
–Yo lo siento cada día, y lo peor es que a lo largo de mi vida conocí a muchas mujeres como ella. Pensaba que jamás tendría la suerte de encontrar una que fuera todo lo contrario a mi madre. –Hugo suspiró apartando un mechón de cabello del rostro de Julia para acariciarlo. –Pero menuda sorpresita me ha dado la vida con ponerte en mi camino Julia Rivarola.
–Creo que la suerte llegó para los dos, hacía mucho tiempo que no me sentía tan feliz y protegida.
–Pues pienso hacerte muchísimo más feliz este fin de semana, así que llama a Bea porque vas a necesitar armamento pesado para este viaje.
–¿No se supone que es un viaje de negocios señor Torres?
–Nadie viaja a Dubái solo por negocios bebé, aprovecharemos cada minuto tanto cuanto podamos. – Contestó Hugo abalanzándose sobre Julia para darle uno de sus besos posesivos.
Julia no era la única que necesitaría un buen vestuario para el viaje. Felipe daba vueltas por su despacho mientras que Kelly estaba sentada en una silla delante de su escritorio enumerando todos los compromisos que Felipe tenía para esa semana.
–Llama al arquitecto y avisa a su secretaria que debemos cambiar la reunión que tenemos programada para hablar de la remodelación del casino de Marbella. – Habló Felipe apuntando su dedo índice a la Tablet donde Kelly tenía su agenda y después se lo llevó a la barbilla mirando por la ventana pensativo.
–Pensaba que esa reunión era importante. –Habló Kelly mirándolo extrañada.
–Es muy importante, pero si todo sale bien en las negociaciones de Dubái empezaremos con la construcción del nuevo hotel lo antes posible, y Henrique es el arquitecto principal de ese proyecto, mi casino puede esperar. –Contestó y Kelly asintió deslizando su dedo sobre la pantalla sin darse cuenta de que Felipe no apartaba la vista de ella. –Por cierto, ¿Ya tienes todo preparado para el viaje? Partimos mañana a primera hora y te aconsejo que prepares bien la maleta. Hugo y yo tenemos una gala especial, necesitarás un bonito vestido. –Explicó y Kelly giró la cabeza con brusquedad para mirarlo intranquila porque no había pensado en eso.
Kelly no tenía ropa para un evento de ese nivel, todo lo que llevaba puesto para trabajar se lo había prestado Julia, ya que Felipe solía frecuentar lugares muy elegantes y ella estaba prácticamente obligada a vestirse adecuadamente para acompañarlo. Felipe observó detenidamente viendo cada una de las emociones que reflejaba su rostro y no tardó en darse cuenta que había algún problema.
–¿No tienes nada para la ocasión verdad? –Preguntó mirándola fijamente y Kelly negó con la cabeza apenada, porque era la verdad no tenía nada.
Felipe levantó el brazo para mirar su reloj y se acercó a Kelly para quitarle la Tablet y dejarlar sobre su escritorio. Comenzó a recoger con rapidez todos los documentos que había sobre la mesa para guardarlos y Kelly observaba todos sus movimientos atónita, sin entender el motivo de tanta prisa de repente.
–¿Qué estás haciendo Felipe? –Preguntó Kelly cuando él se acercó a ella y la agarró de la mano para levantarla de la silla.
–Vámonos, tenemos que ir a Malasaña. Es casi la hora de la comida, así que es el momento perfecto, porque el lugar al que vamos a ir no está muy lejos de aquí. – Respondió abotonándose la chaqueta de su traje y tiró de Kelly para que salieran rápidamente de su oficina.
Kelly estuvo atenta durante los quince minutos de trayecto que hicieron en coche desde la oficina de la Castellana hasta un edificio antiguo en el barrio Malasaña. Felipe parecía muy entusiasmado cuando llegaron al lugar y ella solo lo miraba con desconfianza porque sabía él que tramaba algo.
Cuando llegaron a la cuarta planta del edificio caminaron por un largo pasillo donde había varias oficinas y departamentos, algo muy común en el centro de la ciudad. Al final del pasillo tocaron el timbre de la última puerta donde fueron recibidos por un chico muy atractivo y sonriente que parecía estar esperando por ellos. Se saludaron cordialmente y Felipe preguntó.
–¿Dónde está mi hermana, Lucas?
–Cuando recibí tu llamada Bea todavía estaba aquí, pero tuvo que salir a prisas y no me dio tiempo a avisarla que venías para acá. Por lo que me ha dado a entender una de sus costureras se dirigía a la casa del señor Torres. –Respondió el chico y Felipe bajó la cabeza en modo pensativo, era una pena que no estuviera su hermana, pero tampoco la necesitaba para lo que quería hacer, el buen gusto era un gen que compartían los dos.
–Bueno no hay problema, creo que contigo aquí será más que suficiente para guiarme, ya que mi hermana hizo reformas y no sé dónde está absolutamente nada ahora. Enséñame todo lo que tengan aquí. –Pidió Felipe y Lucas los guio hasta la planta superior del atelier de Bea donde había varias prendas, acessórios y incluso vestidos de novias. Kelly miraba todo boquiabierta impresionada por la belleza del atelier con su decoración floral, los enormes ventanales y la cantidad absurda de ropa que había en él.
–¿Me imagino que buscas algo para la señorita verdad? –Preguntó Lucas y Felipe no pudo evitar darse cuenta de que el chico le prestaba demasiada atención a Kelly y eso le molestó.
–Así es Lucas, pero ahora ya te puedes ir, a partir de aquí ya me encargo yo. Tú tendrás mucho trabajo que hacer y no queremos ocupar tu tiempo. –Contestó Felipe con seriedad mirándolo fijamente.
–Pero señor Herráez, yo estaré encantado de ayudar en lo que haga falta. –Respondió el chico mirando a Kelly tan descaradamente que ella hasta se sintió incomoda.
–¡Puedo ocuparme perfectamente Lucas! Además ¿de quién crees que mi hermanita heredó el buen gusto? Y cuanto a la talla no te preocupes, creo que la señorita aquí presente y mi hermanita tienen la misma talla y sé perfectamente que Bea tiene la zona privada exclusivamente para ella donde guarda toda la fortuna en ropa que intenta ocultar de su marido, Dime donde puedo encontrar el tesoro de Bea y largáte. –Susurró Felipe para que solo Lucas pudiera escucharlo y el chico no tardó en obdecer sus órdenes indicando rápidamente donde estaba la zona privada de Bea, y después se marchó para dejarlos solos.
Kelly miró alrededor de la enorme sala donde un espejo ocupaba una pared entera llegando hasta el techo y un largo perchero con una gran variedad de prendas ordenadas por el color, rodeaba la mitad de la estancia y había una alta estantería repleta de zapatos y bolsos, convirtiendo aquel atelier en el sueño de cualquier mujer.
–Vamos a ver que tendrá la loca de mi hermana por aquí. –Habló Felipe en voz alta mientras rebuscaba entre los vestidos de gala y Kelly se acercó a él para tocar su hombro y llamar su atención.
–¿Felipe que estamos haciendo exactamente en este lugar? – Preguntó Kelly y Felipe la miró con una sonrisa traviesa.
–Estamos aquí para preparar todo lo que vayas a necesitar para este fin de semana.
–¡¡¡Felipe yo no puedo pagar nada de esto!!!–Exclamó Kelly exasperada caminando en dirección a la salida y Felipe la agarró de la mano para detenerla.
–¡¡Ey, Ey Kelly!! Tranquila, no hace falta que te preocupes por el dinero. Entiendo que no aceptarás que te pague nada, así que tómalo como un préstamo. ¿Qué te parece?
–¿Un préstamo? –Preguntó ella con recelo mirando a Felipe que sonreía con condescendencia.
–Eso, un simple préstamo. Mira, mi hermana colabora con varios fotógrafos conocidos prestando todo que tiene aquí para sus sesiones fotográficas a diario. Puedes elegir lo que más te guste y después lo devolvemos sin problemas. –Intentó convencerla porque sabía lo orgullosa que era y jamás aceptaría un favor así viniendo de él.
Kelly miró la estantería pensando en si debería aceptar o no la propuesta, pero sabía que no la quedaba más remedio, porque no tenía absolutamente nada para vestir en una gala en Dubái.
–¡¡Está bien, pero después devolveré absolutamente todo!!–Afirmó con vehemencia llevándose las manos a la cintura.
Felipe sonrió con emoción y comenzaron a buscar todo lo que Kelly necesitaría para el fin de semana, ya que clarmente un vestido de gala no sería lo único que le haría falta. Había un probador en la sala que Kelly podría utilizar para probarse la ropa. Ella probó varias prendas para distintas ocasiones y como no sabía exactamente lo que debería elegir para cada ocasión lo enseñaba a Felipe que opinaba gustoso.
–No sé yo Felipe, ¿no crees que todo esto sea un exagero? –Preguntó Kelly saliendo del probador con vestido turquesa que se ajustada a sus curvas, de tirantes con un escote corazón que realzaba sus pechos perfectamente redondeados y tenía toda la espalda descubierta hasta la curva de su trasero.Felipe estaba embelesado mirando a la hermosa rubia de piel bronceada que tenía delante de sus ojos.
–¡¡¡FELIPE!!!–Exclamó Kelly él se dio una bofetada mental para despertar de su aturdimiento.
–Eh…sí…sí… ¿Qué…qué me decías? –Balbuceó llevándose las manos a los bolsillos para intentar disimular la erección que empezaba a despertar en su entrepierna y Kelly lo miró con el ceño fruncido porque lo veía muy ansioso.
–¿Te parece bien este vestido? Yo lo veo demasiado llamativo, no estoy acostumbrada a llevar este tipo de ropa. – Habló mordiéndose el labio inferior parada delante del espejo y se estremeció cuando vio el reflejo de Felipe en el parado justo detrás de ella, bien pegado a su espalda.
–Te puedo asegurar de que naciste para lucir ese vestido, te ves hermosa, jamás en mis treinta años de vida había visto una mujer más bella que tú. – Afirmó Felipe mirándola fijamente a los ojos a través del espejo y Kelly sintió como si estuviera bajo la mirada de un depredaror y lo peor es que la excitaba.
Kelly sintió como sus piernas se hacían mantequilla, porque no podía negar que ella lo veía de la misma manera, era extremadamente hermoso y odiaba el poder que tenía sobre su cuerpo, era incapaz de controlar sus emociones cerca de él.
Cuando ya no pudo sostener por más tiempo su mirada Kelly se giró a un lado para apartarse de él, pero Felipe se interpuso en su camino y colocó su mano sobre la cintura de la chica y llevó la otra a su rostro para levantar su mirada.
–¿Dime si algún día podrás perdonarme? –Murmuró Felipe muy cerca de su boca.
–Estoy trabajando para ti, creo que eso es respuesta suficiente para tu pregunta. –Contestó nerviosa sintiendo como su mano apretaba su cintura y Felipe parecía devorarla con la mirada.
–Como jefe me encanta poder darte la oportunidad de demostrar lo mucho que vales como profesional porque eres muy inteligente y trabajadora, pero como hombre no es suficiente para saber si puedo o no luchar por ti.
–Felipe es mejor dejar las cosas como están. –Respondió Kelly intentando apartarse de él, pero Felipe la pegó a su cuerpo para tenerla todavía más cerca de él, como si quisiera fundirse en ella.
–Para mí dejar las cosas como están es dar a otro hombre la oportunidad de entrar en tu vida Kelly, y yo no soportaría verte en los brazos de otro. No soy perfecto y cometí un error muy grave, pero dejarme luchar por ti, para tenerte a mi lado como mi mujer. – Respondió con la voz ronca y una mirada que reflejaba su total determinación y deseo de adueñarse de ella.