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Amor en juego

Capítulo 26: El mejor partido de mi vida.

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Estar completamente desnuda, acostada sobre una cama con las piernas abiertas y dobladas mientras que, un dios como Hugo Torres lamía su clítoris en medio de uno de los estadios más famosos del planeta tenía que ser para Julia algo memorable, inolvidable, extraordinario excepcional y todo lo que sigue.

Hugo tenía las manos en su trasero, apretando sus nalgas con fuerza para exhibirla todavía más para él porque quería alimentarse de su sexo empapado hasta la saciedad. Julia ya se había corrido una vez y la pequeña perla hinchada que él torturaba con su lengua era la prueba de su reciente orgasmo, pero Hugo necesitaba más. Él quería tener la certeza de que a partir de ese momento Julia sería suya para siempre.

Julia gemía agarrando la cabeza de Hugo para presionarla más en su intimidad, sus gemidos pasaron a gritos cuando otro orgasmo atravesó su cuerpo nublando por completo sus sentidos y se entregó al intenso placer. Hugo sintió el temblor de sus piernas y succionó su clítoris mientras que ella se derramaba a chorros en su boca.

Hugo subió hasta su boca para besarla y sacó los dos dedos que tenía en su interior para llevárselos a la boca de Julia, y ella los chupo saboreando su propio orgasmo mientras que Hugo la miraba con lujuria. Él besó su boca con posesividad y Julia mordisqueó sus labios con deseo.

Hugo terminó de desnudarse poniéndose de rodillas sobre la cama y posicionó a Julia en cuatro patas delante de él. Ella apoyó la cabeza sobre el cojín y empinó su trasero para darle más acceso a ella. Hugo no tardó en bajar su cabeza entre sus piernas para volver a lamber sus dos agujeros rosados hasta dejarlos empapados.

–¿Te gusta mi “puertita de la felicidad”? – Preguntó Julia con una sonrisa traviesa.

–¿A cuál de las dos te refieres, porque yo quiero las dos? –Preguntó Hugo con malicia y sintió como Julia se tensaba por su insinuación.

–Hugo yo nunca…

–Tranquila bebé hasta que no estés lista no follaré tu pequeño agujerito. – Murmuró Hugo posicionando la punta de su miembro en la entrada de Julia y ella gimió con fuerza apretando sus paredes a su alrededor mientras que él se deslizaba dentro de ella. –¡¡Ooh Dios bebé que mojada estás!!¡Ah…Disfrutaré mucho… follándote Aahh! – gimió sintiendo lo húmeda y lo caliente que estaba Julia, lista para ser castigada por él.

–¡Ay, Hugo, duele…Ahh! – Gritó Julia cuando Hugo comenzó a abrirse camino dentro de ella.

–Mmm bebé, ¿Ya te duele? –Preguntó Hugo mordiéndose el labio inferior por el placer de estar en su interior y Julia asintió haciendo un puchero. –Ay pobrecita… pues no ha entrado ni la mitad todavía. –Murmuró con tono suave empurrándose dentro de ella. –Vas a tener que gritar bebé, grita todo lo que quieras porque ya no aguanto más…Aaaah voy a follarte ese c****o rosado hasta romperte. –Anunció agarrando las caderas de Julia para embestirla con fuerza y ella gritó con la sensación de su enorme miembro rompiéndola.

Julia gemía y gritada sintiendo como Hugo se movía dentro de ella como una fiera, era doloroso sentirlo, pero también era placentero, era la combinación perfecta ser poseída por un hombre como él y escuchar sus gruñidos de placer.

Ella sintió que otro clímax dominaba su cuerpo y Hugo la penetró hasta el fondo sintiendo su sexo contraerse y aprovechó para mojar el segundo agujero de Julia con su saliva e introdujo un dedo en el mientras que ella se corría en su miembro perdida en placer y Hugo cerró los ojos disfrutando de ser mojado por ella.

Julia lo necesitaba tanto que ni siquiera se inmutó cuando sintió el dedo con el que Hugo exploraba su agujero más secreto, solo disfrutaba. Él sentía lo entregada que estaba llevándole al delirio y embistió con más fuerza. Sus gemidos parecían sonar a unísono por todo el campo de fútbol.

 Julia estaba a punto de volver a correrse mientras que lo sentía descontrolarse detrás de ella, y cuando su cuerpo anunció la llegada de otro orgasmo Hugo le preguntó.

–Me estás volviendo loco amor, te a voy a dar a elegir ¿Dónde quieres que termine, en tu agujerito húmedo o en tu boquita? –Preguntó sin dejar de moverse dentro de ella y Julia no tardó en contestar movida por el enorme de deseo que la envolvía.

–¡¡Quiero dentro de mi co**o Hugo, todo dentro…Ahh!!–Gimió Julia moviendo su trasero dejando a Hugo al borde del abismo.

–Pídemelo Ahh… Pídemelo amor y te lo daré…te daré todo lo que quieras. – Gruñó Hugo sintiendo una presión en la punta de su miembro a punto de explotar.

–¡¡Córrete…Aahhhhh!! ¡Quiero Tooodo… Aahh! –Gritó Julia mientras se corría otra vez para Hugo dándole la liberación que tanto necesitaba.

–¡¡¡Pues toomaaaa…AAAAAAAHHHH!!!–Gimió Hugo derramándose dentro de ella, llenándola con su liberación.

Hugo salió de su interior con delicadeza mientras que Julia seguía en la misma postura con la respiración acelerada y el cuerpo tembloroso. Julia se giró sin previo aviso para mirarlo y Hugo le sonrió agarrando su cara con las manos para besarla. Normalmente Hugo era el más posesivo de los dos, pero en ese momento era Julia quien dominaba, ella devoraba su boca con deseo y Hugo se entregó a ella saboreando sus labios.

Julia se agachó delante de él mirando su miembro que permanecía erecto y pasó su lengua alrededor de la punta lamiendo despacio y Hugo pensó que estaba a punto de perder la cordura sintiendo el calor de boca.

 Julia lamía y succionaba toda la extensión de su hombría sin dejar de mirarlo a los ojos. Ella tragó hasta el último centímetro de su enorme trozo de carne y Hugo pensó que jamás había sentido algo parecido con otra, ella era definitivamente la mujer de su vida.

–¿Quieres más bebé? –Preguntó Hugo con una sonrisa maliciosa y Julia asintió moviendo la cabeza sin apartar su boca de él. –Pues te daré más, mucho más y en todos tus agujeros. –Afirmó con la voz ronca y ella ni siquiera rechistó ,solo quería ser poseída por él sin importar cómo.

Hugo la acostó sobre la cama boca arriba y se colocó de rodillas entre sus piernas. Levantó un poco su trasero y posicionó su miembro en la entrada del pequeño agujero sin estrenar que había entre las nalgas de Julia y la miró esperando alguna protesta, pero solo encontró determinación y deseo en su mirada.

Hugo dejó caer su saliva por centro de Julia y con el dedo pulgar masajeó su clítoris mientras bombeaba su dedo índice dentro ella.

Julia estaba muy mojada por todo lo que habían hecho antes, así que entrar en ella no sería difícil. Ella solo necesitaba acostumbrarse a su tamaño y después todo serías más fácil. Hugo se empujó dentro de su pequeño agujero mientras que Julia se retorcía por el placer y el dolor que sentía, pero no huyó de él estaba completamente entregada a Hugo, era suya.

Hugo quería ser delicado, pero estar dentro de ella se sentía tan increíble que solo quería enterrarse por completo y poseerla como un animal. Los dos gritaban por el placer que los dominaban y Julia disfrutaba de observar a Hugo entre sus piernas sudando con los músculos tensos empujándose en su vagina mojada como un semental en celo dispuesto a romperla sin piedad.

–¡Ohhh Julia…estás tan apretada…me voy a correr otra vez Aahhh!!–Jadeó Hugo liberándose otra vez llenando su vientre y Julia disfrutó tanto de ser poseída por Hugo de aquella forma, con su dedo en su vagina y su miembro pulsando dentro de su estrecho ano que tuvo otro fuerte orgasmo.

Los dos se acostaron abrazados sobre la cama y Julia apoyó la cabeza sobre el pecho de Hugo mientras que con su dedo índice delineaba sus perfectos pectorales. Hugo agarró su teléfono y envió un mensaje a su chofer mientras que Julia lo miraba con curiosidad, pero no tardó en saber lo que había hecho cuando la cubierta retráctil del Santiago Bernabéu se abrió sobre ellos dejando entrar la luz de la luna, que iluminó todo el campo de fútbol.

–No sabía que los jugadores podían disponer así del estadio. –Murmuró Julia besando su pecho y Hugo la miró con ternura.

–Es que no podemos. – Aclaró Hugo y Julia se levantó sobre su codo con el ceño fruncido. –Yo creo que hasta perdería mi contrato, si el presidente llegará enterarse de esta locura. –Explicó y Julia se llevó una mano a la boca preocupada.

–Dios mío Hugo, ¿Te volviste loco? –Preguntó Julia asustada y lo vio reírse.

–¡¡Me volví loco por ti bebé!!–Respondió acariciando los cabellos de Julia e inclinándose para dejar un suave beso en su boca. –Pero puedes estar tranquila, los empleados me adoran y me han ayudado a realizar esta sorpresa, eso sin contar que tengo mucho dinero para pagar a quien haga falta para mantener esto en secreto. –Aclaró con satisfacción y Julia sonrió con tranquilidad.

 Los dos se abrazaron disfrutando de aquel momento juntos y Julia pensó que era lo más bonito que habían hecho por ella.

–Tenía que haber esperado por ti para tener mi primera vez. –Pensó Julia en voz alta y se sonrojó mirando a Hugo de reojo y él le sonreía con ternura.

–Pues yo no, para mí hay muchísimo más mérito en ser el mejor, que ser el único. –Afirmó y ella asintió con vehemencia besando su boca.

–Gracias por la sorpresa, me has hecho la mujer más feliz del mundo. –Murmuró Julia con una sonrisa llena de felicidad.

–Yo soy el que tiene que agradecer aquí, porque este ha sido el mejor partido de mi vida. –Respondió Hugo antes de volver a besarla y hacerle el amor una vez más.

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