Categorías
Amor en juego 2

🔒 Capítulo Extra: Despedida

Log in or Register to save this content for later.

Kelly y Beatriz saltaban de felicidad en el salón junto con Zoe mientras que veían las noticias sobre Rodrigo de Oliveira, el tío de Felipe que estaba en la cárcel. Kelly se preguntó porqué Felipe no estaba celebrando con ellos aquel momento tan importante para la familia, entonces se fue a buscarlo.

Felipe estaba de pie mirando por la ventana de su habitación viendo como la nieve empezaba a caer en la sierra de Madrid. Había estado hablando por teléfono con Adriano Ferrer, el mafioso que había ayudado a Eros a deshacerse de Adela Valverde y también el mayor enemigo de Abraham Guerrero. 

Felipe sentía un fuerte dolor en su pecho después de haber escuchado todo lo que Adriano tenía para decirle, pero sabía que tenía que ser fuerte por su familia ya que a partir de aquel momento los Oliveira tenían que enfrentarse a lo que más temían, la caída de su imperio.

Después de pensar en lo que debería hacer a partir de aquel momento, Felipe reunió sus fuerzas para escuchar el mensaje de voz que había recibido de Eros, pero que él no había querido escuchar. Felipe necesitaba saber lo que Eros quería decirle, aunque ya era demasiado tarde, porque no podía hacer nada más para ayudar a su primo. Entonces Felipe respiró profundamente antes de llevarse el teléfono a su oído y después cerró los ojos mientras que escuchaba la voz de su primo.

–Hola primo, solo quería decirte que tenías razón, sobre todo. – Empezó Eros a hablar con la voz rota. – Creo que me espera mucho sufrimiento en la próxima vida para poder pagar todo el daño que hice en esta y él que todavía me queda por hacer. Os amo con todo mi corazón y de verdad que intenté buscar la libertad para todos nosotros, aunque no lo hice de la mejor manera, pero lo intenté y ahora entiendo que yo soy una de las mayores barreras para alcanzar esa libertad, Lipe. También tenías razón sobre ella. Mi chica se merece ser feliz, ella se merece lo mejor y por más que odie tener que admitirlo ese no soy yo. Soy lo peor que le podía haber pasado en la vida y porque la amo he tomado la decisión de irme, dejarla ser libre de mí y de ese amor que jamás tenía que haber nacido. – Eros se calló por unos segundos como si le hubiese costado seguir hablando y Felipe después escuchó a su primo suspirar antes de seguir. – Espero que algún día me puedas perdonar Lipe. Cuida a la pequeña Zoe y a nuestro niño que está llegando, mantenlos a salvo Lipe, lejos de todo lo que ha provocado nuestra familia, de las cosas que hice. Te quiero primo.

Felipe apretó el teléfono con fuerza en su mano y estaba a punto de tirarlo contra la pared cuando Kelly entró a la habitación.

–Amor, ¿qué estás haciendo ahí? – Preguntó Kelly sonriendo, acercándose a él. – Tenemos que celebrar Lipe, por fin lo han logrado. Ahora los Oliveira son libres. – Habló con entusiasmo, pero al ver el rostro tan serio de su marido toda la alegría desvaneció.

–Prepara las maletas Kelly. – Pidió Felipe con un tono bajo y Kelly lo miró con incomprensión.

–¿Qué estás diciendo Lipe, a dónde quieres ir ahora? – Preguntó Kelly con preocupación y Felipe pasó la mano por sus cabellos con cansancio. 

–Tenemos que irnos está misma noche amor, así que ve a prepararlo todo y avisa a mi hermana. Bea también tendrá que marcharse. – Contestó Felipe mirándola con tristeza y Kelly comenzó a entender lo que estaba pasando.

–¿Tenemos que huir, es eso Lipe? – Preguntó con nerviosismo con sus ojos aguados y Felipe sintió una punzada en el corazón por verla de aquella manera, porque le había prometido que nada les pasaría, pero al final estaba pasando y justo cuando su esposa estaba llegando a las últimas semanas de embarazo.

–No estamos huyendo amor, nos están exiliando. – Murmuró y Kelly se llevó las manos a la boca asustada. – Sí nos quedamos en Europa vendrán a por nosotros.

–Pero tú me dijiste que cuando llegará ese momento Eros nos protegería, me lo prometiste Lipe. – Contestó Kelly llevándose las manos a su vientre angustiada y Felipe negó con la cabeza. 

–Ya no hay nadie que pueda protegernos. – Contestó Felipe y Kelly lo miró a los ojos asustada.

–¿Eros ha …? – Murmuró Kelly sin poder terminar aquella pregunta y Felipe asintió. – ¡¡Dios mío!!

Felipe le explicó todo lo que había sucedido y Kelly se quedó horrorizada escuchando todo mientras que Felipe le agarraba de la mano para intentar calmarla.

–¿Entonces ahora tenemos que confiar en Adriano Ferrer? – Preguntó Kelly nerviosa porque sabía quien era Adriano y temía depositar la seguridad de su familia en manos de alguien tan cruel.

–No confío en Adriano, en este momento solo confío en una persona. – Contestó Felipe y Kelly sabía muy bien a quien se refería entonces lo llamó.

Durante la noche estaban todos en la entrada de la mansión de Felipe Herráez, donde dos camionetas negras estaban preparadas para llevarlos al aeropuerto.

Julia abrazaba a su mejor amiga intentando reconfórtala mientras que Zoe y Iker se abrazaban como si no quisieran soltarse. Los niños no querían despedirse el uno del otro.

–Cuando sea seguro iremos a visitaros, porque no pienso estar mucho tiempo alejado de vosotros y menos de mis sobrinos. – Habló Hugo dando un abrazo a Felipe con Kai en sus brazos, entonces Felipe dejó un beso en la cabecita del bebé que estaba completamente dormido en los brazos de su padre.

–Espero que no sea durante mucho tiempo hermano, espero que esta situación se arregle cuanto antes para poder volver. – Contestó Felipe intentando ser positivo porque no le quedaba más remedio. 

Después de que toda la familia Herráez se despidiese de sus amigos, Felipe se acercó a Abraham que esperaba por ellos cerca de la camioneta.

–¡Tengo todo preparado! – Habló Abraham con seriedad y Felipe se cruzó de brazos para escucharlo. – Cuando lleguen al aeropuerto todos recibirán una nueva documentación y también encargué lo que me pediste, hay un hermoso viñedo esperando por vosotros en Argentina. Espero que sea lo suficiente para amenizar un poco la preocupación de Kelly porque en su estado debe estar tranquila.

–Gracias Abraham, por todo lo que estás haciendo por nosotros. – Contestó Felipe y los dos se dieron un abrazo. 

–No tienes que agradecer, recuerda que esa niña. – Abraham señaló a Zoe con la mirada apartándose de Felipe. – Esa princesita también es mía. – Murmuró y Felipe sonrió mirando a su pequeña, después miró a Abraham con preocupación.

–Abraham, no me gusta la idea de decirte esto, pero Adriano Ferrer quiere el lugar que sería para Eros y si llega a hacerlo…

–Ustedes jamás podrán volver y el futuro de tus hijos correrá peligro, porque los Oliveira siempre serán una amenaza para cualquiera que quiera gobernar la mafia en Europa. – Terminó Abraham lo que Felipe quería decir colocando una mano sobre su hombro mirándolo directamente a los ojos. – Eso no pasará Felipe, puedes estar seguro de que no lo dejaré tranquilo ni un solo momento, Adriano Ferrer jamás tendrá el imperio de los Oliveira. – Habló con vehemencia y Felipe lo miró con seriedad.

–Sé quién eres Abraham y sé que Adriano Ferrer es tu hermano mayor. – Contestó Felipe y Abraham miró hacia los lados para estar seguro de que nadie más de la familia escuchará aquello. – ¿Estás dispuesto a luchar contra tu propio hermano para proteger el legado de los Oliveira?

–Por mí todos tus primos se pueden ir a la mierd* Felipe, pero nadie se va a meter con mi niña. Por Zoe soy capaz de meter una bala en la cabeza de mi hermano. – Contestó Abraham con seguridad y Felipe asintió sabiendo que no podía haber elegido a nadie mejor para confiar la seguridad de su familia.

Felipe y Kelly se despidieron de sus amigos deseando volver a verlos pronto, pero lo que no se imaginaban es que solo regresarían a España seis años después con sus tres hijos Dante, Zoe y una hermosa bebé llamada Azahara.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *