Un mes después Zoe jugaba en el jardín con Iker mientras que sus padres se habían apartado un rato de ellos para tomar unas cervezas y así descansar un poco después de haber estado horas jugando con los niños.
–¡Muy bien cariño, enseña al conejito que tú eres una cazadora! – Exclamó Felipe viendo como
Zoe iba detrás de Iker amenazándolo con su pistolita de agua y Hugo le dio un codazo suave. – ¡¿Qué?! – Preguntó mirando a su amigo. – No me mires con esa cara porque es la verdad, mi hija es toda una Oliveira.
–¡¡Es una Guerrero!! – Exclamó Abraham saliendo al jardín, llamando la atención de los dos amigos, que se miraron girando los ojos.
–¿Qué hace el pitbull con cara de princeso aquí? – Preguntó Felipe mirando a Hugo que se encogió de hombros.
–No tengo ni idea, este metiche siempre está en todas partes, aparece de la nada sin que lo inviten. – Se quejó Hugo y Abraham lo miró molesto.
–¡Esta es mi casa payaso, así que ustedes dos son los que sobran aquí! –Exclamó Abraham acercándose a ellos.
–¡Es mi casa también, ahora vivo aquí con la abuela duquesa! – Replicó Hugo mirándolo con fastidio.
–Porque eres un aprovechado igualado, que ha utilizado un documento para meterse en mi casa. – Escupió Abraham frunciendo el ceño, pero su rostro se iluminó cuando Zoe le apuntó con la pistolita, diciendo “Piu, piu, piu” – Está bien princesa, ya no me meteré con tu progenitor. – Contestó levantando las manos en señal de rendición y la niña comenzó a reírse, haciéndolos derretirse con tanta ternura.
–¡¡Eres hermosa mi niña, papi te ama!! – Vociferó Felipe mirando a Zoe embelesado.
–¡¡Nuestra niña!!– Exclamaron Abraham y Hugo a unísono, después se miraron entre ellos y resoplaron con fastidio.
–¿Quieren unas pipas? – Preguntó Abraham enseñando una bolsita con pipas de girasol y los dos amigos se miraron entre ellos encogiéndose de hombros.
–¡¿Por qué no?!
–Sí, no estaría mal.
Contestaron los dos metiendo la mano en la bolsita de pipas y después los tres se sentaron en el sillón del jardín para ver a los niños jugar, como si fueran amigos de toda la vida, aunque Felipe y Abraham seguían discutiendo sobre que era Zoe, ¿Una Oliveira o una Guerrero?
Diego salió de la casa con cara de quien ocultaba un enorme secreto, caminando en la dirección de su hijo, pero al ver que Hugo lo miraba intrigando decidió cambiar de dirección y unirse a los niños para jugar con ellos, para así evitar las preguntas de su hijo que empezaba a sospechar de las repentinas desapariciones de su padre.
Después de un rato Julia salió al jardín acompañada de Kelly y las dos abuelas, que parecían estar muy animadas con sus planes. Kelly se paró en la entrada mirando a Felipe boquiabierta al ver como estaba vestido.
–¡Lipe, ¿se puede saber que estás haciendo vestido con una falda de tutu, que te queda enana?! – Vociferó Kelly viendo como Felipe bailaba al lado de Zoe haciendo de bailarina mientras que la niña cantaba utilizando la pistolita de agua como si fuese un micrófono y los demás comenzaron a reírse.
–Zozo me ha apuntado con la pistolita de agua para que me la pusiera, tuve que obedecerla. – Contestó Felipe sonriendo y Kelly lo miró embobada al ver como tenía las gafas un poco mojadas, porque su hija le había disparado con la pistolita que era su juguete favorito.
Kelly se llevó una mano a la cintura y otra a la cabeza riéndose mientras que se preguntaba como iba hacer para controlar a Zoe, porque estaba claro que tenía a todos dominados.
Hugo miró a Julia con curiosidad, ya que su mujer estaba muy sonriente y él sabía que algo estaría planeado en su cabecita.
–¿Cuál es el motivo de tanto entusiasmo? – Preguntó Hugo con curiosidad mientras que Julia miraba como Kelly ayudaba a Felipe a quitarse la falda de tutu.
–Pues que hemos decidido hacer un viaje a Argentina con los niños, pero solamente las mamás y las abuelas. – Contestó Julia con una enorme sonrisa y Hugo frunció el ceño molesto. – Queremos que los niños conozcan nuestra tierra y su cultura, que se familiaricen con ella.
–¿Y por qué papá no puede ir? – Preguntó Hugo disgustado y Felipe se cruzó de brazos con el ceño fruncido mientras que Kelly le limpiaba las gafas.
–Pues porque los papás tienen compromisos importantes. – Contestó Kelly colocando las gafas en el rostro de Felipe. – Tú tienes que volver a entrenar para el inicio de la temporada y Felipe tiene la inauguración del nuevo casino, así que no pueden acompañarnos en este momento y nosotras queremos aprovechar las fechas para viajar.
–¡No quiero estar lejos de mi hija! – Contestó Felipe con desagrado y Kelly suspiró con cansancio.
–Será apenas una semana, así que no exageres. – Replicó Kelly y Felipe se giró para ver a Zoe haciendo un puchero, pero asintió al igual que Hugo, porque los dos sabían que ellas tenían razón, los dos estarían muy ocupados durante la semana siguiente.
–Bueno, está bien lo acepto, pero que te quede claro que estaré llamando cada media hora. – Afirmó Hugo con seriedad y Julia asintió dejando un beso en sus labios.
–También podemos hacer unas videollamadas especiales durante la noche, ya sabes, para darnos las buenas noches. – Susurró Julia en el oído de Hugo y él se mordió los labios solo de imaginar qué clase de videollamadas serían.
Estaban todos distraídos comentando los detalles del viaje a Argentina cuando el teléfono de Abraham comenzó a sonar con insistencia y Julia vio su cara de preocupación al mirarlo antes de contestar la llamada, entonces él se apartó del resto de la familia para buscar algo de privacidad.
Abraham contestó la llamada del director de la prisión donde estaba Tony y Julia decidió seguirlo para saber si estaba todo bien, porque nada la angustiaba más que ver a Abraham Guerrero preocupado, pero cuando entró al salón pudo ver en la cara de Abraham que no le estaban dando una noticia muy agradable, entonces se acercó a él para esperar que colgara la llamada.
–¿Va todo bien Abraham? – Preguntó Julia mirándolo con preocupación y Abraham acarició el rostro de la chica para tranquilizarla.
–Tengo que ir a la prisión donde está Tony, hasta que no llegue allí no podré contestarte a esa pregunta. – Respondió Abraham y Julia lo miró angustiada.
–No me digas que su abogado ha conseguido liberarlo Abraham – Preguntó Julia con nerviosismo. – Te dije que no debiste alargar el tiempo de espera para el juicio, porque el conseguiría la forma de salir libre. – Habló Julia indignada y Abraham negó con la cabeza, aunque era cierto que él, con la ayuda de Amaya, habían encontrado la forma de retrasar el juicio de la sentencia de Tony, porque Abraham quería torturarlo un poco más.
–No sé si puedo llamar libertad lo que ha logrado Tony, Julia, pero no es de la forma que tú crees. – Contestó Abraham y Julia lo miró con incomprensión, pero como no podía contestar a todas sus preguntas se marchó para ir a la prisión donde estaba encerrado el futbolista.
Cuando Abraham llegó a la prisión Elena lo estaba esperando en la entrada, caminando de un lado a otro pensativa.
–Me sorprende verte aquí tan pronto, porque ayer cuando me marché ni siquiera podías pararte de la cama. – Bromeó Abraham mirándola con malicia y Elena se rio recordando la noche que habían pasado juntos.
–Y todavía me tiemblan las piernas Guerrero, pero las obligaciones son lo primero, así que aquí estoy para ver que habrá hecho este ser tan repugnante. – Contestó Elena haciendo una mueca de asco y los dos entraron en la prisión, donde el director del lugar esperaba por ellos.
–¿Así que se suicidó sin que nadie pudiese impedirlo? – Preguntó Abraham con incredulidad y el director asintió.
–Los presos que estaban en la celda de enfrente sí que lo vieron, pero decidieron asistir al espectáculo sin hacer nada. – Contestó el director indicándoles que pasarán delante de él para ir a la celda de Tony.
–¿Tony todavía está en la celda? – Preguntó Abraham girando la cabeza para ver al director con el rabillo de ojo.
–Pensé que sería mejor no moverlo antes de que lo vieras. – Respondió el director con indiferencia.
Cuando los tres llegaron a la celda de Tony, Abraham encontró el cuerpo de Tony desnudo con el vestido rojo enrollado en el cuello del futbolista. Tony lo había utilizado para ahorcarse enganchándolo a la pequeña ventanilla con rejas que había en lo alto de unas de las paredes de la celda.
–Ahora que está muerto jamás conseguiremos justicia para las víctimas, el muy cabrón se ha librado. – Contestó Elena suspirando con cansancio y Abraham negó con la cabeza.
–En algunas religiones consideran que no existe nada peor que la muerte, y que al otro lado existe un infierno, así que prefiero aferrarme a esa idea y en cuanto a las víctimas, bueno, Pujols no era el único que les debía algo. – Contestó Abraham con un tono frío sin dejar de mirar el cadáver de Tony. – El representante de Tony también fue un verdugo para aquellas mujeres, al igual que los médicos, periodistas y hasta policías que se vendieron para ayudar a ocultar los crímenes de este miserable. – Abraham se giró para ver a Elena y continuó. – Así que esta búsqueda por la justicia está apenas empezando, puedes estar tranquila. Ahora vámonos de aquí, porque lo único que quiero es olvidar la cara de esta porquería de ser humano y avisar a Julia que podrá dormir tranquila y pasar página ahora que Tony Pujols está muerto.